La ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, encabezó la apertura de la Cumbre Regional de Seguridad Ciudadana y Justicia en Buenos Aires con un mensaje claro: endurecer la lucha contra el crimen organizado en América Latina. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) acompañó el encuentro con un anuncio histórico de financiamiento regional.
En un contexto regional marcado por el avance de redes criminales transnacionales, Bullrich dio inicio a la Cumbre junto a sus homólogos de Seguridad y Justicia de América Latina y el Caribe, junto a autoridades del BID, organismos internacionales y representantes de gobiernos regionales. El objetivo anunciado del encuentro fue coordinar respuestas frente a los desafíos comunes en materia de seguridad.
Financiamiento, cooperación y nuevas herramientas
Durante la jornada inaugural, Bullrich estuvo acompañada por funcionarios clave de su cartera, como Alejandra Monteoliva, Secretaria de Seguridad Nacional; Alberto Fohrig, Director Nacional de Cooperación Internacional. También estuvieron presentes Ilan Goldfajn, Presidente del BID; Fausto Olivo, Viceministro de Seguridad Pública de Ecuador, y Ana María Ibáñez, Vicepresidenta de Sectores y Conocimiento del BID.
La agenda del encuentro giró en torno a la persecución penal efectiva, la seguridad transfronteriza, el fortalecimiento institucional y la cooperación internacional. Argentina asumió además la presidencia pro tempore de la Alianza para la Seguridad, la Justicia y el Desarrollo, sucediendo a Ecuador.
El BID aprovechó la ocasión para anunciar un compromiso histórico de $2.500 millones de dólares en préstamos estimados para los próximos tres años, destinados a fortalecer la seguridad ciudadana en América Latina y el Caribe. El paquete incluye acciones para proteger comunidades vulnerables, frenar el financiamiento ilícito y reforzar las instituciones judiciales y policiales. Además, se lanzó una Fuerza de Tarea de Respuesta Rápida contra la violencia y el crimen organizado, que permitirá asistencia técnica inmediata ante crisis de seguridad.
¿Una estrategia suficiente?
En este escenario, el Ministerio de Seguridad Nacional busca posicionarse como un actor central a nivel regional, con énfasis en el combate al narcotráfico, la trata de personas y el crimen organizado. El enfoque de la cartera liderada por Bullrich se hizo presente a lo largo del encuentro: el crimen organizado ya no es un problema aislado, sino una amenaza estructural que exige respuestas coordinadas.
Y si bien los anuncios y el despliegue institucional marcan una voluntad política clara, persiste la incógnita sobre si estos esfuerzos alcanzan, efectivamente, para revertir el avance del crimen organizado en la región. Ahora, la efectividad dependerá no sólo del financiamiento y la cooperación, sino de la capacidad de los Estados para sostener políticas públicas integrales, con controles democráticos y resultados medibles.
En América Latina, donde las redes criminales suelen tener raíces profundas en estructuras sociales, económicas y territoriales, es crucial transformar las condiciones que permiten su reproducción, como la desigualdad, la corrupción, la debilidad judicial o la falta de oportunidades.
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