Investigadores británicos descubrieron señales de vida en el exoplaneta K2-18b, pero científicos estadounisenses cuestionan el hallazgo

Fecha:

En 2023, investigadores de la Universidad de Cambridge detectaron en el exoplaneta K2-18b presuntas señales compatibles con un océano de agua líquida… y hasta posibles huellas químicas de vida. A comienzos de 2025, los mismos investigadores publicaron nuevos datos que reforzaban su hipótesis. Pero un reciente estudio liderado por científicos de la Universidad de Chicago pone en duda la validez de ese hallazgo y cuestiona la interpretación de los datos originales.

K2-18b es un exoplaneta situado a 124 años luz de la Tierra. Clasificado como un sub-Neptuno templado, posee una atmósfera densa, con temperaturas que podrían permitir la existencia de agua en estado líquido, un requisito fundamental para la vida tal como la conocemos.

El telescopio espacial James Webb (JWST) fue clave para este descubrimiento. A partir de sus observaciones, se reportó una posible detección de sulfuro de dimetilo (DMS), una molécula que en la Tierra solo se produce por organismos marinos. También se mencionó la presencia de DMDS, un compuesto químico relacionado. Sin embargo, desde el inicio, ambas señales fueron consideradas tenues y preliminares.

K2-18
Comparación del Sistema K2-18 con el Sistema Solar, en el explorador de exoplanetas de la NASA.

Un hallazgo prometedor… ¿o una ilusión estadística?

Los resultados publicados a principios de 2025 reforzaban la hipótesis inicial y afirmaban haber alcanzado una “significancia de 3 sigma” en la detección del DMS. Ese nivel estadístico representa una evidencia moderada, aunque todavía insuficiente: el umbral para confirmar un descubrimiento es de 5 sigma.

Sin embargo, un nuevo estudio liderado por Rafael Luque, investigador posdoctoral en la Universidad de Chicago, cuestiona la solidez del hallazgo. Su equipo reanalizó los mismos datos del JWST junto con otros datos previos, y concluyó que las señales de DMS y DMDS no son significativas.

“Lo que vimos fueron apenas indicios débiles, y ni siquiera estaban presentes en todos los análisis de reducción de datos”, explicó Caroline Piaulet-Ghorayeb, coautora del nuevo trabajo.

Una relectura integral de los datos de K2-18b

El grupo de Luque optó por un enfoque distinto. En lugar de analizar por separado los instrumentos del JWST, realizaron un estudio conjunto con datos del NIRISS, el NIRSpec y el MIRI. Estos instrumentos cubren diferentes rangos del infrarrojo y permiten obtener una visión más completa del espectro atmosférico del planeta.

“La clave es evitar contar historias contradictorias sobre el mismo planeta”, señaló Michael Zhang, otro miembro del equipo. Su análisis apunta a que la supuesta señal fuerte del DMS en los datos más recientes se diluye al integrar todos los datos disponibles. Esto sugiere que la detección inicial pudo haber sido una sobreestimación producto de una muestra limitada.

Además, demostraron que las mismas características espectrales pueden explicarse mediante moléculas comunes generadas por procesos no biológicos, como el etano.

Ciencia, medios y el deber de cautela

Más allá del debate técnico, los investigadores remarcan otro problema: la forma en que estos hallazgos preliminares son comunicados al público. “La astronomía tiene una ventaja mediática porque apela a preguntas filosóficas y visuales. Pero eso no justifica exagerar los resultados”, dijo Luque.

“Como dijo Carl Sagan: afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Ese estándar no fue alcanzado en este caso”, sentenció.

Tal vez te interese: ¿Qué sabemos sobre K2-18b, el planeta que los científicos creen que alberga vida?

Redaccion
Redaccionhttp://www.elestrategico.com
Equipo de redacción de El Estratégico

Dejá una respuesta

Compartí esta noticia

Suscribite a El Estratégico

Más leídas

Noticias
Últimas