El Ejército de los Estados Unidos ultima los preparativos para un desfile militar que se celebrará el 14 de junio de 2025, en conmemoración del 250.º aniversario de su fundación. La fecha también coincide con el 79.º cumpleaños del presidente Donald Trump, quien será una de las figuras centrales del evento. El acto será el más imponente desde la celebración tras la guerra del Golfo en 1991, e incluirá el retorno de tanques, vehículos blindados y helicópteros a las calles y cielos de la capital estadounidense.

Blindados, artillería y tanques listos para el desfile
El despliegue terrestre incluirá 28 tanques M1 Abrams, cargados esta semana en vagones ferroviarios desde Fort Cavazos, Texas, y cuyo arribo a Maryland se espera en unos 10 días. Desde allí, serán transportados por camiones a un área cercana al Monumento a Lincoln. El día del evento, estos tanques avanzarán junto a 28 vehículos de combate Bradley, 28 blindados a ruedas Stryker, cuatro obuses autopropulsados M-109 Paladin y otras piezas de artillería, atravesando placas de acero colocadas en tramos críticos del recorrido para proteger las calles de Washington D.C.
El Ejército ha previsto trabajos adicionales de asfaltado y colocación de gomas especiales en las orugas de los vehículos, para mitigar el impacto sobre la infraestructura urbana. 6.700 soldados llegarán desde distintas bases del país para participar en el desfile y en las actividades complementarias, incluyendo conciertos y demostraciones militares.
Despliegue aéreo: más de 50 aeronaves en formación
Una parte fundamental del evento el despliegue aéreo, en la que más de 50 helicópteros y aviones sobrevolarán la ciudad, sincronizados con los bloques terrestres del desfile.
Por ejemplo, en el cielo se espera el paso del legendario P-51 Mustang y el bombardero B-25 Mitchell. También se espera el despliegue de helicópteros H-1 Huey, AH-1 Cobra, AH-64 Apache y CH-47 Chinook cruzarán en formación sobre la ruta del desfile.

Una celebración institucional en clave presidencial
El desfile culminará con una presentación de los paracaidistas Golden Knights, quienes entregarán una bandera estadounidense al presidente Trump, seguido de una ceremonia de juramento de 250 nuevos soldados y reincorporados.
Si bien el Departamento de Defensa insiste en que el evento celebra el legado del Ejército, la centralidad de Trump ha desatado críticas por una posible politización del acto. La magnitud del desfile, con un presupuesto estimado de 35 a 45 millones de dólares, también ha generado tensiones con las autoridades locales, que reclaman al gobierno federal la cobertura de costos por potenciales daños urbanos.
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