A seis meses de iniciada la nueva gestión de gobierno, es momento oportuno para dar un breve repaso sobre los claroscuros en el ámbito de la Defensa Nacional. La expectativa que se generó (y que se genera) en torno a esta administración fue y se mantiene significativa, especialmente entre el personal militar y la ciudadanía informada o relacionada al ámbito que clama por políticas publicas determinantes que cambien la suerte de un sector que, no hay duda, viene con un derrotero de degradación constante.
Ligado a la expectativa, según una encuesta que llevamos adelante con el equipo de Zona Militar, y que publicaremos durante esta jornada, existe una gran expectativa positiva sobre la gestión actual, y con un notable contraste con el ánimo decaído que se observaba en la encuesta realizada y publicada el año pasado. Este cambio en la percepción pública es indicativo de las esperanzas puestas en las nuevas autoridades para revitalizar el sector, que a 6 meses de comenzado su periplo, dan pinceladas en verde, amarillo y rojo.
En verde
En estos primeros seis meses, se rompieron muchísimos tabúes que venían siendo arrastrados desde hace años. El mensaje a la tropa de que esta gestión venia a darles relevancia y a darles lugar ha calzado muy bien. No hay dudas de que en el interior de las Fuerzas Armadas existe un espíritu profundamente conectado a la sociedad que protege y asiste, cuestión que es fácilmente visibilizada con la infinita cantidad de actividades que estas vienen realizando en su apoyo. Esto no es nuevo… viene de hace años, pese a que se mantenían discursos atrasados y desconfianzas civiles (solo en algunos reductos).
Por otro lado, se ha observado una continuidad natural sobre ciertos ejes que se venían trabajando durante gestiones pasadas y que solo necesitaban tiempo para materializarse. La gestión actual honró con confianza a los uniformados para que estos continúen con sus programas mas relevantes a la espera de que salgan a la luz. No hubo escobazo. Un ejemplo destacado es la recepción de helicópteros modernizados, aviones Pampa, la continuidad del proyecto TAM2C, los procesos para incorporar más radares (que serán presentados seguramente en poco tiempo), entre otros.
Otro logro significativo es la decisión respecto a los cazas F-16. Durante la gestión anterior, se realizó un análisis exhaustivo, pero faltó lo más importante… la decisión política (Para los detractores del F-16 es importante mencionar que la única propuesta seria y completa fue la estadounidense). Sin embargo, poco después de asumir, este gobierno y la actual gestión ministerial resolvieron el problema de raíz, avanzando con la adquisición de 24 cazas F-16 Fighting Falcon de Estados Unidos, marcando un hito importante en la modernización de la Fuerza Aérea Argentina y resolviendo una de las necesidades materiales mas apremiantes.
Además, el Ministerio de Defensa ha confirmado el pago inicial por los aviones de vigilancia P-3N Orion noruegos, lo que representa un paso adelante en la mejora de las capacidades de vigilancia marítima del país, y que se esperan, según distintas fuentes, luego de agosto. También se destaca la posible posición de Argentina como socio global de la OTAN, lo que podría abrir nuevas oportunidades y reforzar la cooperación internacional en materia de defensa.
En amarillo
No hay dudas de que el F-16 es un hito en materia de incorporación de capacidades, pero (no lamentamos el uso de esta palabra) es la única línea de trabajo en materia de negociación que ha tenido ímpetu dentro del Ministerio de Defensa. Acaso por haber sido un tema de tanta relevancia geopolítica y tanto interés desde el exterior para ser resuelto rápido. Mientras este tema fue resuelto con un puntin de una pelota a metros del arco, las otras necesidades sustanciales de reequipamiento para las Fuerzas Armadas parece que juegan de suplente. El tema del VCBR para el Ejército Argentino se decanta, o por el envío inicial de sistemas descartados por un pais vecino, o la dilación de un proceso administrativo que puede durar varias gestiones mas. Los planes para la Armada, también duermen el sueño de los justos. Desde las fuerzas hermanas de la Fuerza Aérea puede haber alguna queja… “les firmaron un proyecto como sistema que va a sumar mucho mas de 600 millones de dolares y a nosotros nos quieren encajar unas chipacas”. Veremos si la habilidad administrativa con la que cerraron el proceso de los cazas se hace extensiva.
También para poner en amarillo tenemos a la palabra demora. Si bien debatible en cuanto a ciertas responsabilidades, todas las cuestiones ligadas a la Defensa Nacional tienen como organismo responsable a su ministerio… incluso cuando los problemas estan relacionados a otras áreas o agencias del Estado Nacional. Las demoras las vimos con los planes relacionados a los procesos de inversión ligados al FONDEF, que eran esperados por el Congreso de la Nación y que luego de ciertas dilaciones se pudieron informar. También lo vemos con cierta falta de empuje para algo que era visto como evidente y que finalmente no se dio, como ser la equiparación salarial. Este tema continuara con demoras.
Otro punto con demoras o falta de empuje esta relacionado a lo que sucede en el Senado con los procesos de ascensos de oficiales superiores, cuestión que lleva una demora de 2 años y hasta ahora no se ha resuelto, así como también la cuestión ligada a la salida y entrada de tropas (alias, ejercicios combinados), que también esperan su turno en el ámbito legislativo.
En rojo
Uno de los puntos mas complicados y con mayor impacto a todo nivel dentro de la estructura de Defensa es aquella relacionada al presupuesto. Las criticas a la gestión anterior luego de haber levantado el trofeo de menor inversión el año ultimo, ahora se han callado en esos grupos. De mantenerse los números actuales, la Argentina se embarca a volver a perforar su propio casco en materia de recursos para Defensa y este hecho va a contrastar fuertemente con cualquier mensaje o slogan de “volver a poner al militar en el lugar que se merece”.
Otro punto para poner en rojo (siempre a ojos de este cronista) es el debate que otra vez se vuelve a desatar sobre la cuestión normativa. La modificación de la Ley de Seguridad Interior o de Defensa Nacional es un tema debatible ad eternum que solo moverá el péndulo al extremo de un lado al otro sin nunca encontrar un equilibrio. Los comentarios surgidos luego de los problemas en Rosario generan controversia y requieren un análisis profundo para garantizar que las Fuerzas Armadas puedan cumplir sus roles sin tener problemas posteriores.
Comentarios finales
Los primeros seis meses de la nueva gestión en defensa han mostrado avances y continuidades positivas, pero también han revelado demoras y desafíos que necesitan ser abordados con urgencia. En esta semaforización, donde faltará una infinidad de puntos, se busca poner de relevancia algunas cuestiones a ojos de este cronista que merecen cierta atención. La expectativa de la ciudadanía y del personal militar es alta, y la gestión actual debe responder con decisiones firmes y efectivas para cumplir con las promesas y necesidades del sector.
Los próximos meses serán cruciales para determinar si la administración podrá mantener el impulso inicial y resolver los pendientes que aún afectan la operatividad y modernización de las Fuerzas Armadas argentinas, o si la política de Defensa solo se concentrará en lo discursivo, siempre mucho mas económico que lo instrumentalista (Argentina en este sentido ya tiene mucha experiencia).
NdA: La semaforización no busca complacer ni castigar a ningún sector del Gráfico de Nolan. Zona Militar disfruta mucho cuando los fundamentalistas acusan al medio de posicionarse en algun espectro ideológico. En este sentido, para la tranquilidad de sesgos, recomendamos leer o escuchar a comunicadores paraoficiales.
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