China profundizó el comercio bilateral en petróleo con Irak, consolidándose como uno de los principales actores en el sector energético iraquí. De acuerdo a declaraciones del embajador iraquí en Beijing, Shoresh Khalid, se espera que el volumen comercial de petróleo entre ambos países supere los 55 mil millones de dólares este año, subrayando la importancia estratégica de Irak para los intereses económicos chinos.
Con más de 11 millones de barriles diarios de importación, China es el mayor importador de petróleo crudo del mundo, y casi la mitad de esta cifra proviene de los países de Oriente Medio. Irak, después de Rusia y Arabia Saudita, es la tercera fuente de petróleo para China, contribuyendo con aproximadamente 1,2 millones de barriles diarios.
En lugar de seguir una estrategia militar en Oriente Medio, el gigante asiático optó por fortalecer su influencia mediante inversiones diplomáticas y económicas, principalmente a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Según el ministro chino de Asuntos Exteriores, el objetivo es preservar los intereses mutuos sin interferir en los asuntos internos de los países. En Irak, este enfoque impulsó una serie de contratos significativos en la industria petrolera, donde las empresas chinas han ganado la mayoría de las recientes licitaciones para la exploración de petróleo y gas.
En las recientes licitaciones de licencias en Irak, las empresas chinas obtuvieron los derechos para explotar 10 nuevos yacimientos de petróleo y gas. Esta expansión no solo implica la compra y venta de petróleo, sino que también posiciona a China como uno de los principales operadores de yacimientos en Irak. El Ministro de Petróleo iraquí, Hayan Abdulghani, señaló que estos acuerdos aumentarán las reservas probadas de petróleo de Irak a 160 mil millones de barriles, destacando la magnitud del impacto económico.
Interdependencia política
El dominio chino en el sector petrolero de Irak crea una interdependencia política entre ambos países. Más del 90% de la economía iraquí depende de los ingresos petroleros, y con China como principal operador de la mayoría de los campos petrolíferos, la producción y estabilidad económica de Irak están cada vez más vinculadas a las decisiones y políticas de Beijing.
De acuerdo a analistas de The Diplomat, este dominio también refleja un cambio en la dinámica global de la energía, donde las empresas occidentales – como Exxon Mobil – redujeron su presencia en Irak, cediendo terreno a las empresas chinas.
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Fuente: THE DIPLOMAT
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