Así es el innovador cohete MET 1-SO que lanzó la Fuerza Aérea Argentina

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El 22 de mayo, Argentina volvió a mirar al espacio con el lanzamiento del MET 1-SO “Escorpio” desde la Base Aeronaval de Punta Indio. Este nuevo cohete sonda, desarrollado por la Fuerza Aérea Argentina (FAA) junto al CITEDEF, marcó un antes y un después en la industria espacial nacional. No fue solo una prueba de vuelo, fue el regreso formal del país a la cohetería suborbital, con sistemas propios y objetivos estratégicos.

MET 1-SO: Un cohete con inteligencia artificial y recuperación marítima

El MET 1-SO es un vehículo suborbital de una sola etapa capaz de alcanzar altitudes cercanas a los 100 km, en la llamada línea de Kármán, que marca el umbral del espacio. Está propulsado por un motor de combustible sólido estabilizado desarrollado en el país, que utiliza una mezcla química nacional optimizada para lograr empuje constante y predecible durante toda la fase de ascenso.

En esta primera misión, sin embargo, el perfil de vuelo fue más acotado. El objetivo no era transportar cargas útiles, sino validar en condiciones reales los subsistemas que conforman el lanzador.

La cápsula de carga útil fue diseñada para ser recuperable y está equipada con un sistema de inteligencia artificial que asiste en su localización y rescate tras el amerizaje. Luego del apogeo balístico, se desacopló del lanzador y descendió al Atlántico Sur, donde un equipo de la Armada la recuperó con apoyo de drones y sensores de posicionamiento.

Este hito marca un antes y un después: es la primera vez que Argentina logra recuperar una cápsula lanzada desde tierra firme hacia el mar.

MET 1-SO Fuerza Aérea Argentina
Cohete sonda MET 1-SO desarrollado por la Fuerza Aérea Argentina (FAA) y CITEDEF.

Tecnología nacional al servicio de una estrategia aeroespacial

Si bien se trata de un vehículo experimental, el MET 1-SO combina múltiples tecnologías avanzadas.

La aviónica —el cerebro electrónico del cohete— fue desarrollada íntegramente en el país, e incluye sistemas avanzados que garantizan el control autónomo del vuelo. Entre sus componentes destacados se encuentra la navegación inercial, que utiliza acelerómetros y giróscopos para calcular la trayectoria con alta precisión, sin necesidad de señales externas. Esta autonomía es fundamental en vuelos suborbitales, especialmente en zonas donde el GPS resulta inaccesible o poco confiable.

La telemetría de alta frecuencia permite transmitir en tiempo real parámetros críticos del vuelo, incluso durante fases de alta aceleración. Además, cuenta con un sistema de guiado pasivo —sin actuadores móviles—, que utiliza estabilizadores aerodinámicos y un diseño optimizado del centro de masas para mantener una trayectoria precisa.

Todo el sistema se concebió con una arquitectura modular y escalable, que permite adaptarlo a misiones más exigentes en términos de altitud y complejidad instrumental.

El vuelo inaugural del MET 1-SO fue un éxito rotundo. No solo cumplió con todos los parámetros planificados, sino que demostró la viabilidad del diseño modular, reutilizable y de desarrollo nacional. Este tipo de capacidades posicionan a Argentina en un grupo reducido de países con dominio tecnológico para construir, lanzar y recuperar vehículos suborbitales.

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Equipo de redacción de El Estratégico

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