La Armada Argentina finalizó con éxito la operación “Mare Nostrum III”, un despliegue conjunto aeronaval para reforzar el control y vigilancia sobre la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA). Entre el 16 y el 30 de abril, las unidades involucradas detectaron la presencia de más de 400 buques pesqueros y logísticos, nacionales y extranjeros, operando en las cercanías del límite de la milla 200.
La misión fue llevada a cabo por el patrullero oceánico ARA Storni, perteneciente a la División Patrullado Marítimo, y una aeronave Beechcraft B-200 M de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima. El patrullero zarpó desde la Base Naval Mar del Plata hacia la zona adyacente a la ZEE, en un recorrido que abarcó desde el lateral de la ciudad de Viedma (Río Negro) hasta el área frente a las Islas Malvinas. Su objetivo fue ejercer una acción disuasiva frente a la intensa actividad pesquera que históricamente se concentra en el borde exterior de las aguas jurisdiccionales argentinas.

La aeronave B-200 M realizó dos vuelos clave los días 23 y 28 de abril, cubriendo más de 41.000 millas náuticas cuadradas. Gracias a sus sistemas de detección y vigilancia, se logró identificar importantes concentraciones de buques, muchos de los cuales se encontraban en maniobras de pesca de arrastre. La operación aérea, coordinada con la patrulla de superficie, reforzó el efecto disuasorio, empujando a los buques foráneos a mantenerse fuera de la jurisdicción argentina.
Desde el Comando Conjunto Marítimo del Estado Mayor Conjunto, en Buenos Aires, se supervisaron en tiempo real las acciones de vigilancia. La operación se integró en un esquema más amplio de control electrónico, consolidando la presencia soberana argentina sobre el Mar Argentino y fortaleciendo las capacidades de respuesta frente a amenazas a los recursos naturales estratégicos del país.

Además del patrullaje, la tripulación del ARA Storni llevó adelante ejercicios de alistamiento y adiestramiento táctico. Se realizaron simulacros de lucha contra incendios, control de averías, zafarranchos generales y maniobras con lanchas RHIBs, fundamentales para operaciones de Visita, Registro y Captura (VRC).
Este tipo de operativos se intensifican anualmente entre los meses de noviembre y mayo, período que coincide con la temporada alta de pesca del calamar, uno de los recursos más explotados en el Atlántico Sur.
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