El presidente Javier Milei oficializó un cambio clave en la cúpula del área de inteligencia nacional: a través del Decreto 852/2025, publicado en el Boletín Oficial, dispuso el cese de Sergio Darío Neiffert como secretario de Inteligencia de Estado y designó en su lugar al contador público Cristian Ezequiel Auguadra. Según el decreto, se tomaron tres decisiones centrales.
Se destacan:
- Remoción de Neiffert: se “dispone el cese” de Sergio Darío Neiffert como secretario de Inteligencia de Estado de la Presidencia de la Nación.
- Renuncia aceptada y ascenso interno: se acepta la renuncia de Cristian Auguadra como inspector general de la División de Asuntos Internos (DAI), organismo desconcentrado de la propia Secretaría de Inteligencia de Estado.
- Nueva designación: el mismo Auguadra es designado secretario de Inteligencia de Estado, quedando al frente del área que depende directamente de la Presidencia.
La SIDE, organismo cuestionado
El movimiento implica un reordenamiento interno, más que la llegada de una figura externa: Auguadra ya formaba parte de la estructura, a cargo del control interno de la DAI, y ahora pasa a conducir la Secretaría en reemplazo de Neiffert. Al tratarse de un área estratégica —vinculada a la producción de inteligencia para el Poder Ejecutivo y la coordinación con otras agencias de seguridad y defensa— el cambio consolida a un perfil técnico-contable en la cima del organismo, en línea con el estilo de Milei de colocar figuras de confianza con trayectoria en control y auditoría en puestos sensibles del Estado.
Los cambios llegan luego de que la SIDE haya sido objeto de críticas en la opinión pública argentina. Cabe recordar que, en agosto de este año, la filtración de un nuevo informe elaborado por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) reveló que el organismo habría estado monitoreando actividades de dirigentes opositores, organizaciones sociales y centrales sindicales. Desde hace tiempo, el organismo de inteligencia y su Director habían estado en el centro de la esfera pública por varias polémicas: aumento de las partidas presupuestarias y de los gastos reservados, Plan de Inteligencia Nacional (PIN), contratos secretos con lobbistas estadounidenses, entre otros.
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