Tal y como adelantamos desde El Estratégico, el conflicto salarial de los docentes de las Fuerzas Armadas sigue escalando, generando un fuerte impacto en la educación de los alumnos y en la gestión del Ministerio de Defensa. La crisis latente ha provocado reuniones internas en el Gobierno para definir los próximos pasos, a la espera de solucionar la situación.

La incertidumbre persiste sobre el futuro del sistema educativo en los colegios militares, lo cual ha derivado en la suspensión de clases, la renuncia masiva de docentes y la creciente movilización de las familias afectadas. El Ministerio de Defensa busca activamente alternativas para mitigar el impacto.
Reuniones canceladas, falta de respuestas
Fuentes cercanas a El Estratégico confirman que esperaba un encuentro clave entre el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Modernización. No obstante, esta reunión habría sido cancelada por Juan Fariño, el secretario de Modernización y Empleo Público, en tres oportunidades.
La falta de avances ha generado malestar entre los docentes, quienes denuncian salarios por debajo de la línea de indigencia y la suspensión de clases por falta de personal. A mediados de mayo, los educadores realizaron un paro masivo frente a la falta de respuestas, principalmente desde el Instituto Social Militar Dámaso Centeno y el Liceo Militar General Paz, que tuvo una contundente adhesión.
Propuestas en análisis
Ante la crisis, el Gobierno evalúa medidas para contener el conflicto, entre ellas un bono mensual no remunerativo para equiparar los salarios con la paritaria nacional docente y la posible apertura de la paritaria docente, una demanda histórica del sector.
Se espera también la redacción de una nueva ley educativa, reemplazando la normativa vigente desde 1984. Pero la falta de soluciones ha llevado a padres y madres de alumnos del Instituto Dámaso Centeno a organizar una reunión en la Ciudad de Buenos Aires.

Algunas de las medidas promovidas por los familiares implican el no pago de cuotas escolares como medida de presión, la interpelación directa al ministro de Defensa, Luis Petri, y el impulso para crear un ente autárquico que gestione los colegios militares de manera independiente.
En paralelo, familias del Liceo Militar General Paz de Córdoba organizan una sentada frente al Ministerio de Defensa, trasladándose en micros hasta Buenos Aires para exigir respuestas y visibilizar el impacto de la crisis en la educación de sus hijos.
Efectivamente, la renuncia masiva de docentes y la falta de cobertura de horas han afectado el desarrollo del ciclo lectivo, generando incertidumbre sobre el futuro de la educación en los institutos militares. Mientras el Gobierno analiza medidas, la presión de los docentes y las familias sigue en aumento.
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