El ejército israelí informó a medios locales que planea ocupar el 75% del territorio de la Franja de Gaza en un plazo de dos meses, en un cambio de estrategia que prioriza el control territorial, la distribución de alimentos y la destrucción de la infraestructura de Hamás.

La ofensiva, que continúa intensificándose, responde al objetivo declarado por el gobierno de Benjamin Netanyahu de presionar a Hamás para liberar a los rehenes israelíes restantes, en ese marco, el primer ministro reafirmó que Israel “tomará el control de toda Gaza” y rechazó cualquier alto el fuego duradero o retiro militar como condición para la liberación de los cautivos.
La crisis humanitaria y las críticas internacionales
El cambio de enfoque militar coincide con la creciente crisis humanitaria en Gaza, donde Israel impuso un bloqueo de alimentos, medicamentos y combustible durante casi tres meses, generando advertencias internacionales sobre el riesgo inminente de hambruna.

La situación se agrava con la implementación de un nuevo mecanismo de entrega de ayuda respaldado por Estados Unidos, que ha sido duramente cuestionado por la ONU y otras organizaciones por considerarlo parcial y carente de independencia, siendo que el estadounidense a cargo del operativo renunció el domingo, afirmando que su equipo no podía funcionar de forma autónoma bajo las condiciones actuales.
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