China en alerta por la presencia de tropas de EE.UU. en Taiwán y advierte sobre un posible punto de quiebre militar

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La reciente revelación del despliegue de aproximadamente 500 militares estadounidenses en Taiwán ha encendido las alarmas en Beijing y representa, según expertos en seguridad internacional, un punto de inflexión en la relación triangular entre China, Taiwán y Estados Unidos. El dato fue confirmado públicamente el 15 de mayo por el contralmirante retirado de la Armada estadounidense, Mark Montgomery, durante una audiencia ante el Congreso de Estados Unidos, y su impacto geopolítico no se ha hecho esperar.

Estados Unidos endurece su presencia en la isla

El número informado de personal militar en Taiwán multiplica por más de diez la cifra previamente conocida de 41 efectivos. Aunque desde Washington se sostiene que se trata de tropas destinadas a tareas de entrenamiento, el volumen y la visibilidad del despliegue marcan un viraje evidente hacia una cooperación militar más operativa y sostenida. Este paso parece alejar a la Casa Blanca de su histórica política de “ambigüedad estratégica”, en la cual evitaba pronunciarse con claridad sobre si defendería militarmente a Taiwán en caso de un ataque por parte de China continental.

Crédito: Ejército de los Estados Unidos

Montgomery justificó esta mayor implicancia señalando que es esencial para preparar a las fuerzas taiwanesas como una “fuerza de contra-intervención creíble”. “Si vamos a venderles decenas de miles de millones de dólares en equipamiento, tiene sentido que estemos allí entrenando y colaborando”, afirmó ante el Congreso.

Reacciones y advertencias desde China

El anuncio no pasó desapercibido en el continente. La cadena estatal china CCTV difundió un inusual segmento en el que varios residentes de la isla criticaron la presencia militar estadounidense, considerándola una provocación que “empuja a Taiwán hacia el peligro de la guerra”. Aunque no se detallaron contramedidas específicas por parte del Ejército Popular de Liberación (EPL), el malestar en Beijing es evidente.

Para China, Taiwán es una provincia rebelde que debe reincorporarse al país, incluso por la fuerza si fuese necesario. Cualquier presencia militar extranjera en la isla se interpreta como una violación de la política de “una sola China” que Beijing defiende con firmeza. Ante este panorama, analistas como William Matthews, del think tank Chatham House, advierten que este tipo de acciones puede reforzar la percepción de una “ventana limitada de acción” para Beijing, elevando el riesgo de un conflicto militar directo.

Crédito: Daniel Ceng/AP

Entrenamiento, disuasión y modelos defensivos

Desde Taipei, voceros institucionales intentaron suavizar el alcance de la noticia al señalar que se trata de misiones de entrenamiento “técnicas y de corto plazo”, y no de una presencia militar permanente. Sin embargo, expertos taiwaneses y estadounidenses coinciden en que este despliegue forma parte de una estrategia más amplia de disuasión frente a una potencial agresión china.

Inspirados por las enseñanzas del conflicto en Ucrania, los estrategas estadounidenses promueven modelos como la “defensa en profundidad” y la estrategia del “puercoespín” (porcupine strategy), que consisten en convertir a Taiwán en un territorio difícil de conquistar mediante tácticas asimétricas, operaciones de guerrilla y sistemas de armas dispersos que aumenten el costo de una invasión.

Oriana Mastro, especialista en defensa del Instituto Freeman Spogli de la Universidad de Stanford, señaló que “no hay escenario en el que Taiwán pueda defenderse sin intervención militar directa de Estados Unidos”. En este sentido, la presencia física de tropas se convierte en una señal clara de compromiso y un factor clave para la disuasión efectiva, dada la dificultad logística de reforzar la isla en medio de un conflicto.

¿Un cambio irreversible?

La administración Biden, aunque ha reiterado públicamente su adhesión a la política de una sola China, ha multiplicado los gestos de apoyo a Taiwán. Desde 2021 se han registrado ejercicios conjuntos, visitas de altos mandos militares como el General Jay Bargeron del Comando Indo-Pacífico, y una creciente participación de buques estadounidenses en operaciones conjuntas en el estrecho.

El propio Montgomery planteó en su testimonio la posibilidad de duplicar el número de efectivos estadounidenses en Taiwán, llevándolo a mil, para consolidar una integración militar más profunda. Esta escalada progresiva, aunque limitada en magnitud, representa una alteración sustantiva del statu quo en el Indo-Pacífico.

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Equipo de redacción de El Estratégico

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