Durante su visita oficial a Catar, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una serie de acuerdos bilaterales con el emir catarí, jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, que alcanzan un valor estimado de al menos 1.200 millones de dólares en intercambios económicos.
La Casa Blanca informó que los convenios comprenden áreas estratégicas como aviación comercial, defensa, seguridad marítima e inversiones en infraestructura militar.

El valor de la operación se estima en 96.000 millones de dólares, según el documento oficial difundido por Washington. Adicionalmente, se rubricó una declaración de intenciones para canalizar inversiones por 38.000 millones de dólares en la base aérea de Al Udeid y otros proyectos asociados a la defensa aérea y la vigilancia marítima.
Aviones, drones y defensa: Catar como socio estratégico en el Golfo
Durante una conferencia conjunta, Trump destacó que el pedido de 160 aeronaves por parte de Qatar Airways representa “el más grande en la historia de Boeing”, con un valor total que, según sus palabras, supera los 200.000 millones de dólares, donde el mandatario lo calificó como un hito comercial y un ejemplo de la “transformación real” de la economía estadounidense bajo su gestión.

La base aérea de Al Udeid, que alberga a más de 10.000 soldados estadounidenses y sirve como centro logístico clave para las operaciones en Medio Oriente, se perfila como el eje de nuevas inversiones conjuntas en tecnología y defensa.
La visita a Doha constituyó la segunda etapa de la gira regional de Trump por el Golfo, tras su paso por Arabia Saudita, donde selló compromisos de inversión por más de 600.000 millones de dólares, incluyendo un paquete de defensa por 140.000 millones, que también sorprendió al anunciar el levantamiento de sanciones a Siria y al sostener un encuentro con el presidente de ese país durante su escala en Riad.
Impacto geopolítico y competencia con China en la industria aeronáutica
El anuncio de Qatar Airways se produce en un momento clave para la industria aeronáutica estadounidense, en un contexto de tensiones comerciales con China, donde la decisión de Doha de apostar por Boeing, cuando Pekín mantiene en suspenso sus pedidos como medida de presión en la disputa bilateral con Washington, representa un espaldarazo significativo a la fabricante estadounidense.
La Casa Blanca interpreta estos acuerdos como una señal de confianza internacional en la economía estadounidense y un resultado directo de la política exterior impulsada por la administración Trump, que busca consolidar alianzas económicas sólidas en regiones estratégicas como el Golfo Pérsico.
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