América Latina atraviesa una doble faceta en épocas de crisis a nivel global, en la que las autocracias crecen, las democracias se devalúan, las guerras se intensifican y los líderes mundiales más respetados miran los problemas domésticos. La región es la más pacífica del mundo, al no tener guerras en ella en el último siglo. La última fue la de Malvinas en Argentina. La paz entre los Estados prima. Pero a su vez, es la región más violenta, en la que la violencia y la inseguridad son los problemas más frecuentes en cada país. El que encabeza el ranking de la tasa de homicidios es Ecuador, que este 9 de febrero elige presidente, en un contexto ajetreado.

Si uno observa los principales ejes de la campaña electoral en Ecuador, tras alcanzar la tasa de homicidios más alta de la región, son las cuestiones vinculadas a los grupos de crimen organizado, la militarización, reformas en el sistema carcelario, y apenas algo de economía.
Desde principios de los 2000, en Ecuador primó la inestabilidad institucional. Las probabilidades de que un mandatario finalice su mandato sin causas de corrupción o sin ser echado por un juicio político eran casi nulas. Esta elección, que definirá al presidente de los próximos cuatro años, tiene colores similares a los cuadros de otras épocas del país andino. El actual mandatario, Daniel Noboa, llegó al poder luego de que el predecesor, Guillermo Lasso, declarara la “muerte cruzada”, que disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones. Para el académico de FLACSO y especialista en seguridad, violencia y narcotráfico, Fernando Carrión, el proceso electoral actual de Ecuador comienza con una “muerte cruzada” luego de que la Asamblea Nacional pidiera la renuncia del mandatario en 2023, Guillermo Lasso, y convoque a elecciones adelantadas. Según el experto, este fue el origen de los comicios a realizarse el próximo 9 de febrero.
En el medio, el índice de homicidios escalaba a niveles sin precedentes. En aquellas elecciones, en 2023, Noboa apareció como un outsider que venía a establecer un nuevo status quo en Quito y le ganó a la, hoy nuevamente contrincante, correista Luisa González.
16 candidatos sinónimos de polarización
Para estas elecciones, hay 16 candidatos que se enfrentarán en los comicios. El primer debate obligatorio mostró dos cosas: en primer lugar, que el sistema político ecuatoriano está devaluado porque ninguno presentó propuestas serias, sino que apuntaron contra el presente, Noboa, y el pasado, González; en segundo lugar, estos dos últimos nombres, son los favoritos, no solo por los sondeos, sino por los otros 14 candidatos que hicieron campaña en nombre de ellos, según su espectro político.
Sacando a Noboa y González, de los 14 candidatos, solo un nombre puede inclinar la balanza. Andrea González, del Partido Sociedad Patriótica, reúne un 5% de votos, según algunas encuestas. Mientras que Noboa y González tienen un piso garantizado de 30%, hay que ver cuál es el techo. En su último enfrentamiento en 2023, Noboa le ganó a González con el 52% de los votos. Se puede repetir este último escenario y darle “continuidad” al gobierno oficialista.

La oferta electoral, para el ecuatoriano promedio, no es atractiva. Todos los candidatos centraron sus propuestas en la “mano dura” y el trabajo que hay que hacer desde el estado para desactivar a las bandas de crimen organizado.
Por su lado, Noboa propone continuar su plan de gobierno denominado “Plan Fénix” de seguridad, con el objetivo en la prevención y respuesta del delito. Desde el Ministerio del Interior aclararon a Escenario Mundial que el plan tiene carácter reservado.
Por su parte, Luisa González, propone una reforma estructural del estado, con la vuelta de Ministerios que fueron cerrados en el gobierno de Lenin Moreno, como el Ministerio de Coordinador de Seguridad y el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos. Por otro lado, mencionó un “pacto ético” de la sociedad, para transparentar el sistema de partidos políticos, y una modernización de las fuerzas de seguridad con herramientas tecnológicas.
Un sistema desgastado
Ecuador se mantiene incierto. Sea Noboa o González quienes vayan a imponerse en las urnas, el balotaje aparece como el escenario principal. Muchas encuestas de percepción social indican que los candidatos no representan los intereses y problemas del ecuatoriano promedio, si bien la inseguridad es una cuestión en boca de todos, las reformas que proponen tienen grandes chances de verse interrumpida por juicios políticos, como el que ya se está discutiendo al presidente Noboa.

Como también se elegirán a 151 asambleístas a ocupar bancas, la pata legislativa será clave en la arquitectura del nuevo proyecto ecuatoriano 2025-2029. Se estima que la Asamblea Nacional quedará partida en tercios, y es donde el pragmatismo y la negociación de alianzas toma lugar. Reglas de la democracia.
Discursos de clima de guerra, desconfianza hacia la política y los militares en las calles, muestran un Ecuador que deberá definir el curso de su futuro.
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