La árida formación geológica conocida como Vaca Muerta parece perfilarse como la clave para el futuro de la República Argentina, prometiendo convertir al país en un petro-estado e importante hub exportador mundial que traiga las divisas que el país tanto necesita.
El potencial de Vaca Muerta
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que la región posee la segunda mayor reserva mundial de gas de esquisto y la cuarta mayor reserva de petróleo de esquisto. Recientemente, se iniciaron perforaciones en una cuenca de esquisto en Palermo Aike, al sur de Argentina, por lo que el potencial podría ser significativamente mayor.
“El petróleo es lo que pondrá a Argentina nuevamente en pie porque va a ser una fuente muy importante de divisas. Tenemos que empezar a pensar como un petroestado porque somos un actor mundial en ciernes. Primero tenemos que abordar nuestros problemas de infraestructura”, dijo Horacio Turri de Pampa Energy a The Telegraph.
Además, sostuvo que Vaca Muerta no es la misma que hace 10 años y que actualmente tan solo produce una fracción de lo que realmente podría ofrecer.
Cada pozo de Vaca Muerta necesita aproximadamente 15.000 toneladas de arena, 400 camiones de agua y un suministro constante de diésel.
Durante varios años, sucesivos gobiernos hablaron acerca de la posibilidad de construir un ferrocarril que recorte los costos logísticos, pero las crisis económicas y las deudas anularon todos los planes.
Para el profesor Alejandro Welbers de la Universidad CEMA “la infraestructura es algo que simplemente no hacemos en Argentina, todo se ha estado desmoronando durante 70 años“.
Sin embargo, las necesidades son cada vez más urgentes y lo que está en juego cada vez más importante. Vaca Muerta está bendecida con vetas de marga negra de alta presión a 3.000 metros de profundidad, de hasta 450 metros de espesor, que coinciden con las capas más ricas del esquisto Wolfberry del Pérmico.
Según la empresa Mckinsey & Co., la nueva tecnología de fracking ha reducido los costos de producción a 36 dólares el barril, un negocio sumamente competitivo frente al precio de mercado situado en los US$ 80 y US$ 90 por barril. Por otro lado, el precio del gas es de alrededor de 1,60 dólares (MMBtu), lo suficientemente bajo como para producir gas natural licuado (GNL) y exportarlo a Europa a un costo competitivo.
¿Cómo sigue la política energética con Milei?
Horacio Marín, director ejecutivo de YPF formado en Texas e insurgente de Milei, dice que se ocupará de garantizar que Argentina genere 30.000 millones de dólares al año en exportaciones de hidrocarburos para 2030 o poco después.
Las estimaciones indican que el balance de gas se convertirá progresivamente en un gran superávit durante la próxima década a medida que Vaca Muerta suministre a Chile, Brasil y el mercado del Mercosur por gasoducto.
Marín dijo que YPF ha contratado dos terminales flotantes de GNL con Petronas de Malasia y una terminal fija más grande en la costa atlántica. Si todo va bien, las exportaciones combinadas de petróleo y gas per cápita de Argentina podrían no estar muy por debajo de las de Rusia a mediados de la década de 2030.
El presidente Javier Milei busca abrir la industria de hidrocarburos del país al mercado global a partir de la eliminación de trabas proteccionistas que permita al capital extranjero hacer el trabajo pesado en infraestructura.
Para ello, el nuevo proyecto de Ley Ómnibus juega un papel esencial debido al régimen de inversiones (RIGI) que dará, en principio, total libertad a las compañías para repatriar ganancias al tipo de cambio del mercado y traer su propio equipo sin restricciones a partir de la eliminación de los derechos de importación y exportación.
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Fuente: The Telegraph
