La ministra de Seguridad Nacional, Alejandra Monteoliva, recibió este miércoles al embajador de la República de Chile en la Argentina, Enrique Vieira Gallo, en un encuentro orientado a profundizar la cooperación en materia migratoria y de control fronterizo.

Según informó la cartera de Seguridad Nacional, durante la reunión ambas partes avanzaron en la coordinación de acciones conjuntas para mejorar los mecanismos de control, agilizar los procesos administrativos y fortalecer el intercambio de información entre los dos países, con foco en los pasos fronterizos de mayor tránsito.
Argentina y Chile reafirmaron, además, su voluntad de sostener un diálogo político y técnico permanente para garantizar una gestión “ordenada, segura y coordinada” de los flujos migratorios, en línea con los compromisos asumidos a nivel regional y con los objetivos del Gobierno argentino de reforzar la gobernanza de fronteras y el cumplimiento de la ley sin afectar la movilidad legítima de personas.
La agenda migratoria se refuerza tras la visita Kast
La reunión en el Ministerio de Seguridad Nacional se produce apenas días después del paso de José Antonio Kast por la Casa Rosada, donde el presidente electo chileno elogió el giro pro-minero de la Argentina y planteó la necesidad de consolidar un “gran polo de desarrollo en América del Sur” con salida por el Pacífico para los proyectos energéticos y de recursos naturales argentinos. En ese contexto, la coordinación migratoria y de fronteras aparece como una pieza clave para acompañar el incremento del flujo de trabajadores, inversiones y logística asociado a los corredores mineros y energéticos binacionales.

Para la administración de Javier Milei, el alineamiento político y económico con el próximo gobierno chileno se traduce también en una agenda de seguridad más integrada, donde migraciones, control fronterizo y lucha contra el crimen organizado se abordan como un paquete estratégico común. La foto de Monteoliva con el embajador Vieira Gallo, tras la visita de Kast a Buenos Aires, funciona así como una señal de continuidad: ambos países buscan ordenar y agilizar los flujos migratorios, pero también blindar los pasos fronterizos frente a redes de tráfico ilícito que operan a ambos lados de la cordillera.
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