El sector yerbatero argentino atraviesa uno de sus mejores momentos en materia de exportaciones. Según los datos difundidos por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), septiembre cerró con un récord histórico de 7.255.770 kilos exportados, el volumen más alto jamás registrado por la industria.

El desempeño confirma una tendencia de crecimiento sostenido: en los primeros nueve meses del año, los embarques al exterior aumentaron casi un 10 % respecto del mismo período de 2024, y las proyecciones indican que 2025 finalizará con más de 50 millones de kilos exportados, un salto superior al 20 %.
De acuerdo con el INYM, entre enero y septiembre los compradores internacionales adquirieron 8,7 millones de kilos más que el año anterior, consolidando dos años consecutivos de crecimiento, algo que no ocurría desde el bienio 2017-2018.
El consumo interno también se recupera
Los principales destinos de la yerba mate argentina continúan siendo Siria, Chile y Estados Unidos, aunque el sector mantiene expectativas de expansión en Europa y Medio Oriente, donde el producto comienza a posicionarse como infusión natural y energizante. No obstante, también se observan buenas tendencias en el consumo interno.
A nivel doméstico, el consumo de yerba mate también muestra señales de recuperación tras la fuerte caída registrada en 2024. En lo que va de 2025, los argentinos consumieron 13,6 millones de kilos más que el año pasado, pasando de 193,4 millones a 207,1 millones de kilos.

Pese a ello, los niveles aún se ubican ligeramente por debajo de los registrados en 2023, cuando el consumo había alcanzado los 211,9 millones de kilos. En total, si se combinan los despachos internos y externos, la industria yerbatera pasó de vender 226,6 millones de kilos en 2024 a 249 millones en 2025, marcando un repunte general del 10 % interanual.
Los productores, en una situación desigual
El panorama, sin embargo, no es homogéneo. Mientras los molinos y exportadores celebran el incremento en ventas, los productores primarios enfrentan una realidad mucho más compleja. De acuerdo con el INYM, los precios actuales no alcanzan a cubrir los costos de producción. En algunas zonas de Misiones, los productores reciben apenas 200 pesos por kilo de hoja verde, y en el mejor de los casos, hasta 305 pesos en cooperativas o secaderos del sur provincial.
El instituto calcula que, para cubrir los costos operativos, el productor debería recibir 423,99 pesos por kilo, y si se agrega un margen de rentabilidad razonable, el precio debería alcanzar 551,18 pesos por kilo. A pesar del aumento en las ventas y del repunte exportador, la producción primaria cerró la cosecha gruesa con 104,9 millones de kilos menos de hoja verde respecto del año anterior.
Según las estadísticas oficiales, se trata de la segunda mejor cosecha del último lustro, aunque las zafras de 2022 y 2023 habían estado fuertemente afectadas por la sequía. El contraste entre el boom exportador y la presión sobre los productores plantea uno de los principales desafíos del sector para 2026: equilibrar la rentabilidad entre la industria y la base productiva, garantizando precios justos en origen y sostenibilidad en toda la cadena yerbatera.
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