Por “problema de aftosa”, Estados Unidos podría reducir sus volúmenes de compra de carne argentina – Las implicancias de la suspensión de la vacunación contra la aftosa

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La suspensión de la vacunación contra la fiebre aftosa, dispuesta por el Gobierno Nacional en el marco de los cambios en el plan sanitario, ya podría comenzar a repercutir en el comercio internacional, como había adelantado este medio. De este modo, Estados Unidos, habría anunciado una reducción en sus volúmenes de compra de carne argentina, por presuntos “problemas de aftosa”. La fiebre aftosa es una enfermedad viral animal, que afecta a la producción de ganado, sumamente contagiosa entre animales, a través de secreciones, excreciones y leche, y afecta tanto a bovinos, porcinos, ovinos y caprinos, entre otros. En la Argentina, existen zonas libres de aftosa, con vacunación y sin vacunación. 

El mes pasado, a través de la Resolución N°711/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina (SENASA), el Gobierno Nacional oficializó una serie de cambios y modificaciones en el plan de vacunación contra la fiebre aftosa, que entraría en vigencia, a partir del próximo año. Además, previamente, por medio de la Resolución N°525/2025 de SENASA, se había habilitado la importación de vacunas contra la aftosa, “autorizadas para la venta en países del Mercosur”, con el objetivo de reducir el precio de la vacuna. De este modo, en la segunda campaña de vacunación del 2026, no se inocularán vaquillonas, novillos, toritos y novillitos, contra la fiebre aftosa. La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación explicó que la medida generará un reducción de 16 millones de dosis de la vacuna contra la fiebre antiaftosa, lo que contempla un ahorro estimado de 25 millones de dólares, para los productores. 

Vacunación contra la fiebre aftosa. Créditos: NA.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación Argentina, Federico Sturzenegger, se refirió a los alcances de la medida y defendió los cambios impulsados, al explicar que “baja u$s 20 millones los costos de la ganadería”. En ese entonces, el Ministro Sturzenegger había explicado que el Gobierno Nacional busca “evitar la vacunación de ejemplares que ya recibieron previamente varias dosis o que están prontas a faenarse”, lo que “redunda en una baja de unos US$ 20 millones anuales en los costos de la ganadería, en definitiva una baja de costos para las familias argentinas”.

El Gobierno Nacional buscaría resaltar y explicar que la medida, en cuestión, no compromete la sanidad animal ni el comercio internacional argentino. Incluso, se destacan beneficios adicionales, como el menor estrés para los animales, lo que en el largo plazo evita la disminución de su peso; la pérdida productiva; y la reducción de mermas en los frigoríficos. De acuerdo a expertos en la materia, la estrategia del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina para el próximo año es ser libre de aftosa, sin vacunación, evitando, precisamente, la vacunación de ejemplares que ya han recibido varias dosis previas y generando un ahorro significativo para los productores ganaderos locales. 

Créditos: NA.

El impacto en el comercio internacional 

Desde El Estratégico, analizamos y explicamos el impacto y las implicancias de esta medida en el comercio internacional, principalmente, por los riesgos sanitarios y en su defecto, el riesgo de pérdida de la reputación sanitaria que tiene el país y que tanto les ha costado conseguir a los productores argentinos, con años de esfuerzo y trabajo. Desde la epidemia de la temporada 2000-2001, gracias al Plan Nacional de Erradicación de la fiebre aftosa ejecutado por SENASA, el país había logrado ser reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), como “libre de Fiebre Aftosa”, lo cual fue ratificado en mayo de este año. 

En esta línea, los productores locales consideraban que la medida podría afectar el vínculo comercial con socios estratégicos, como la Unión Europea, Gran Bretaña, Japón y otros, quienes demandan y exigen altos controles de calidad sanitaria. Hace un mes atrás, adelantamos que el mercado agroexportador argentino podría enfrentar severos desafíos, producto de esta medida, ya que algunos países como Chile e incluso China, ya habían comenzado a suspender la compra de carne argentina. La decisión de SENASA podría poner en peligro el excelente estatus de calidad sanitaria de la Argentina y comprometer a un mercado, que genera 50 millones de dólares en operaciones de exportación y más de 200.000 empleos.

Créditos: NA.

De hecho, la flexibilización sanitaria, que comenzó con la Resolución 460/2025 y se agudizó con la reciente Resolución 711/2025, ya comenzó a generar efectos adversos en el comercio internacional, con la decisión del Ministerio de Agricultura de Chile de suspender las importaciones de carne argentina y todo producto de origen animal, provenientes de la Patagonia argentina – zona libre de aftosa sin vacunación, donde a partir de la la Resolución N°460/2025 de SENASA se autorizó el ingreso de carne con hueso y material genético de animales susceptibles a la fiebre aftosa. Si bien la exportación de carne a Chile no resulta significativa, la medida afecta a todos los derivados, como el cuero y la lana, y pone en peligro a otros mercados exportadores de la agroindustria local. 

En este escenario, a tan solo un mes de la oficialización de la medida que comenzará a aplicarse el próximo año, Estados Unidos anunció que reduciría sus volúmenes de compra cárnica a la Argentina. Según la información disponible, en el marco de una entrevista con el medio “CNBC”, la Secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, anunció que la importación de carne argentina “no será mucha” y declaró que “Argentina enfrenta un problema de fiebre aftosa”, a pesar de que el territorio nacional está libre de la enfermedad, con vacunación, desde el 2001, cuando se produjo la epidemia. Estados Unidos, como los países de la Unión Europea, Chile y China exige garantías y altos estándares de control sanitario. La flexibilización sanitaria, que comenzaría a regir el próximo año, podría entorpecer el cumplimiento de estas exigencias e impactar, de lleno, en la reputación sanitaria argentina.

Brooke Rollins, Secretaria de Agricultura de Estados Unidos. Créditos: NA.

A la vez, estas declaraciones se producen, en medio de las negociaciones entre Argentina y Estados Unidos por un acuerdo comercial bilateral, que podría incluir la ampliación de la cuota de importación de carne argentina de 20.000 a 60.000 o incluso, 70.000 toneladas, con un arancel del 10%, y de hecho, contradice las declaraciones del Presidente estadounidense, Donald Trump, quien había mencionado que podía aumentar las compras cárnicas a la Argentina para bajar los precios internos en Estados Unidos. En este escenario, comienzan las especulaciones de que Estados Unidos podría reducir el volúmen de compra de carne argentina, ante los problemas contra la fiebre aftosa, que alega la Secretaria Rollins, tras un año de profundos cambios y transformaciones en el plan sanitario argentino y la vacunación contra la aftosa, impulsado por el Gobierno Nacional y apoyado por las principales entidades y referentes del sector ganadero local. 

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Equipo de redacción de El Estratégico

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