A través de su secretario de Energía, Daniel González, el Gobierno argentino presentó un plan centrado en el incremento de tarifas y la contención de gastos para impulsar la competitividad en el sector energético. El anuncio se realizó durante un seminario organizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) y la Embajada de Francia en Buenos Aires, el pasado martes.
“Claramente, tenemos un tema de competitividad que venimos señalando hace años: impuestos altos, falta de acceso a capital y una tremenda carencia en transmisión eléctrica. Necesitamos recomponer tarifas para sostener el equilibrio fiscal y permitir que las compañías inviertan en mejorar los servicios”, sostuvo González.

El funcionario destacó que “es un camino largo”, pero que el país está “creando las condiciones para que el sector privado tenga un rol central en el desarrollo energético”, donde “con recursos abundantes y costos renovables cada vez más bajos, Argentina puede asegurar más energía, más barata y con menor impacto ambiental”.
Para el titular de Energía, estos cambios muestran una forma de crear condiciones para que las inversiones lleguen al país y al sector energético, sin que necesariamente el Estado tenga que hacerlas. “No creemos que a los argentinos les convenga que el Estado invierta en obras que pueden ser optimizadas por el sector privado”, añadió.
Entre el impulso del RIGI y el sector privado
El funcionario también subrayó que el RIGI “ya está teniendo un efecto muy fuerte, adelantando inversiones que quizá se hubieran hecho mucho más tarde o incluso nunca”.
Tal y como fue mencionado anteriormente, uno de los pilares de la estrategia gubernamental es potenciar la participación privada, evitando que el Estado asuma cargas innecesarias. Sin embargo, en este contexto se torna relevante el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI).

González declaró que el RIGI “ya está teniendo un efecto muy fuerte, adelantando inversiones que quizá se hubieran hecho mucho más tarde o incluso nunca”, siendo un régimen que ofrece beneficios fiscales y regulatorios. Cabe recordar que la iniciativa se enfoca, específicamente, en proyectos a gran escala, como la expansión de parques eólicos en Patagonia o la explotación de litio en el norte.
Argentina ha visto históricamente inversiones millonarias en otros sectores, así como también en proyectos específicos, como Vaca Muerta. Por ello, el Gobierno busca revertir esta tendencia y promover la diversificación energética y económica.
Desafíos históricos y oportunidades energéticas en Argentina
Durante años, el país ha enfrentado obstáculos estructurales que han mermado su posición en el mercado energético global. Según expertos, los elevados impuestos sobre la producción y distribución de energía han desincentivado inversiones, al igual que la falta de financiamiento accesible para la modernización de los proyectos del sector.
A ello se suma la dependencia de fuentes fósiles, como el gas y el petróleo, que terminan vulnerando a la Argentina en el sistema internacional por las fluctuaciones de precios que este tipo de recursos suele tener. Por eso es tan importante un cambio de paradigma, donde el ajuste tarifario no sea solo una medida fiscal, sino un catalizador para mejoras en el servicio.

Además, Argentina posee un vasto potencial en otro tipo de energías, como la eólica, la solar o los recursos hidroeléctricos. Pero así como suponen nuevas oportunidades de inversión extranjera y de proyección regional, también implica desafíos. Puntualmente, precisan de inversiones en infraestructura, incentivos fiscales, un mercado abierto a sus comodidades, entre otras.
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