El Ministerio de Seguridad Nacional continúa profundizando su postura contra el narcotráfico y el contrabando en las fronteras de la Argentina, donde el accionar de las Fuerzas de Seguridad se ha convertido en una herramienta clave para el control territorial y la disuasión del delito transfronterizo. A través de operativos sistemáticos, patrullajes coordinados y despliegues especiales, las Fuerzas buscan blindar los accesos vulnerables, desarticular rutas ilegales y garantizar una vigilancia constante en zonas críticas, especialmente en el norte del país.

En este contexto, el pasado fin de semana efectivos de la Gendarmería Nacional (GNA) desmantelaron 25 estructuras ilegales instaladas sobre la ribera del río Pilcomayo, en Formosa. Se trataba de puentes precarios construidos con pallets, utilizados para el contrabando y el ingreso irregular de personas por pasos no habilitados.
Accesos improvisados y riesgos en la frontera norte
Aproximadamente 25 puentes clandestinos que se hallaban sobre el río Pilcomayo (Limite Internacional Fronterizo), fueron destruidos por la GNA. El trabajo manual fue realizado por efectivos de la Agrupación VI “Formosa”, los Escuadrones 15 “Bajo Paraguay”, 16 “Clorinda” y la Sección de Investigaciones Antidrogas “Clorinda”, bajo la operación denominada “Desarme”.

Según el Ministerio de Seguridad Nacional, “las pasarelas precarias de maderas, eran utilizadas para el contrabando y el ingreso ilegal de personas por lugares no habilitados”. “Estos trabajos de control y vigilancia de fronteras, permitieron el levantamiento de estructuras precarias de madera confeccionadas con pallets, las cuales eran utilizadas como pasarelas clandestinas y, de esta manera, ser empleadas para evadir el control migratorio”, destacaron desde la cartera.
La GNA declaró que estas pasarelas no sólo se violaban normativas migratorias, sino que también ponían en riesgo la seguridad regional. “Buscamos inutilizar cruces informales y reafirmar el control estatal”, señalaron desde la fuerza.
Golpe al narcotráfico — Interceptan camión con 1.500 kilos de marihuana
Las acciones recientes forman parte de un plan sistemático de vigilancia impulsado por la cartera dirigida por Bullrich, que busca neutralizar los puntos de cruce ilegales y reafirmar el control del Estado sobre los pasos habilitados. Puntualmente, el norte del país ha sido testigo del recrudecimiento de los controles fronterizos estos últimos meses.
El mismo fin de semana, personal de Gendarmería interceptó en la ruta nacional 11 un camión de carga que transportaba casi 1.500 kilos de marihuana camuflados entre puertas de aluminio. El vehículo, proveniente de Paraguay y con destino a Chile, presentaba anomalías aduaneras.
El can “Tango” marcó el área sospechosa, permitiendo la extracción de 1.690 paquetes del estupefaciente, y luego el conductor, de nacionalidad paraguaya, fue detenido. El procedimiento estuvo bajo la intervención del Juzgado Federal N.º 2 de Formosa.
Fronteras vulnerables, focos operativos más amplios
La GNA ha intensificado su activa lucha contra el crimen organizado, a través de operativos clave en todo el país. De tal manera, se ha logrado incautar sustancias y material ilícito y desmantelar varias bandas criminales a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Con el fin de garantizar la seguridad en las Rutas Nacionales y el territorio argentino, el Ministerio de Seguridad Nacional coordina permanentemente operativos de seguridad en diferentes puntos del país.

Todos estos operativos, acciones e intervenciones desplegadas por la Gendarmería Nacional Argentina, forman parte de una estrategia integral del Ministerio de Seguridad Nacional para continuar combatiendo la delincuencia en el territorio nacional. Un claro ejemplo de ello fue el endurecimiento de los controles fronterizos y las restricciones de ingreso al país, ante la amenaza de células terroristas de Hezbolá en la Triple Frontera, que impulsó la creación del Plan Guacurarí.
Y es que, efectivamente, el reciente operativo revela una situación crítica en la vigilancia fronteriza: por un lado, el despliegue físico para desarticular accesos clandestinos; por el otro, el control logístico que detecta cargas ilegales en tránsito internacional. Puntualmente en Formosa, ambos frentes convergen en una estrategia que refuerza el Estado como actor central en la disputa por rutas, territorio y soberanía migratoria.
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