Tras completar un despliegue de combate de más de ocho meses, el portaaviones nuclear USS Harry Truman se encuentra en aguas del Mar Mediterráneo navegando de regreso a los EE.UU. desde Medio Oriente, habiendo ya cruzado el Canal de Suez el pasado fin de semana. Aprovechando el tránsito por la región, el buque se ha integrado a la fase final de los ejercicios Neptune Strike junto a fuerzas aliadas en el marco de la OTAN, tras lo cuál se espera que se dirija hacia la Estación Naval de Norfolk en el estado de Virginia.

Cabe recordar, que el despliegue del portaaviones en cuestión había iniciado durante septiembre del año 2024, momento en el que fue desplegado desde su puerto base hacia el Mar del Norte a fines de que pueda participar de ejercicios de alistamiento previos a su destino en Medio Oriente. Mientras se dirigía a esa segunda etapa de su misión, el USS Harry Truman sufrió el primero de los que sería una serie de eventos desafortunados que marcaron su despliegue, a saber, una colisión con un buque civil cerca de las costas egipcias. Ello derivó en una escala imprevista en la bahía de Souda (Grecia) para recibir trabajos de mantenimiento, mientras que a la par, se despidió al capitán de la nave Dave Snowden y se lo sustituyó por el capitán Christopher Hill.
Ya arribado a su zona de despliegue, el Truman lideró Operación Rough Rider durante los últimos meses, misma que fue delineada por Washington con el objetivo colocado en el debilitamiento de las capacidades del grupo rebelde hutí en Yemen; el cuál llevaba meses atacando las rutas de comercio marítimo que pasaban por el Canal de Suez en supuesto apoyo de la causa Palestina. La campaña requirió de diversas extensiones del período de despliegue previsto, aunque en fechas recientes, el presidente Donald Trump las pausó en respuesta a un supuesto pedido de capitulación por parte de la facción, mismo que fue posteriormente desmentido por esta.

Resulta importante destacar, que durante el período que pasó desplegado en la región, el portaaviones de la Armada estadounidense fue blanco de múltiples ataques hutíes. En uno de ellos, llevado a cabo el mes pasado, la nave se vio incluso forzada a realizar bruscas maniobras evasivas que derivaron en la pérdida del segundo caza F/A-18 Super Hornet de su ala embarcada tras que esta cayera al mar mientras era remolcado en la cubierta de hangares; el primero se había perdido en diciembre a causa de un incidente de fuego amigo que involucró al crucero USS Gettysburg (CG-64).
En fechas mas recientes, el portaaviones volvió a verse involucrado en un incidente que conllevó la pérdida de un tercer caza F/A-18 Super Hornet, sumando a la ya larga lista de problemas dados a conocer durante el despliegue. En este caso, la Armada de EE.UU. reportó que no se trató de un evento derivado del accionar hutí, sino que más bien de una falla durante la maniobra de aterrizaje de este en la cubierta. Particularmente, se habló de que el gancho de la aeronave no logró acoplarse correctamente con el cable que facilita su frenado, siendo necesario el despliegue de un helicóptero de rescate para recuperar a los dos pilotos que se encontraban adentro de la cabina.
*Créditos de las imágenes: suboficial de tercera clase Michael Shen
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