La Armada de EE.UU. reincorpora al servicio a uno de sus antiguos cruceros de misiles Ticonderoga modernizado

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El pasado 22 de abril, la Armada de EE.UU. dió a conocer que ha reincorporado al servicio a uno de sus antiguos cruceros de misiles clase Ticonderoga sometido a un proceso de modernización, a saber, el USS Cape St. George (CG 71). Acorde ha sido manifestado, el buque ya arribó a su nuevo asiento en la Base Naval de San Diego, estado de California, tras ser relocalizado permanentemente desde la Base Naval Everett del estado de Washington.

La noticia fue celebrada por la capitana Jennifer Pontius, quién actualmente se desempeña como comandante del buque, manifestando: “Estoy sumamente orgullosa de esta dedicada tripulación y de todo el arduo trabajo y sacrificio que devolvió la vida al Cape St. George. Reparar y restaurar los sistemas tras una prolongada modernización fue un esfuerzo titánico, y esta talentosa tripulación es la razón por la que el buque pudo regresar al mar y reintegrarse a la fuerza de combate de nuestra Armada.“

A grandes rasgos, hablamos de uno de los ejemplares de la clase Ticonderoga más jóvenes de la flota estadounidense, puesto en servicio en el año el 12 de junio de 1993. Nombrado en honor a una batalla librada en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, el crucero se caracteriza por su gran flexibilidad operativa, dado que es capaz de participar en misiones de combate naval (tanto submarino como contra objetivos en superficie), defensa antiaérea, ataque terrestre y de apoyo a Grupos de Portaaviones de la fuerza.

Hablamos de un buque que desplaza más de 9.800 toneladas a plena carga, mismas que van contenidas dentro de una eslora de 173 metros y una manga de 16.8 metros, capaz de alcanzar velocidades máximas de hasta 32.5 nudos; con una autonomía de 6.000 millas náuticas a 20 nudos. En términos de armamento, cada unidad presenta dos Sistemas de Lanzamiento Vertical (VLS) Mk-41 de 61 celdas, lanzadores de torpedos SVTT Mk-32 y cañones Mk-45 mod 2, entre otros elementos. Dichas capacidades a su vez se complementan con los radares multifunción AN/SPY-1A/B y la suite de guerra electrónica AN/SPS-64, además de contar con una cubierta de aterrizaje y hangar para recibir hasta dos helicópteros.

Cabe recordar en este punto, que el crucero en cuestión comenzó a recibir las primeras modificaciones en el año 2021, estando dichos trabajos a cargo del Astillero Vigor en Seattle. Se trató de un proceso extenso en el que la embarcación recibió importantes mejoras en el casco y en sus sistemas mecánicos, además de actualizaciones en sus sistemas de combate con el fin de garantizar que siga siendo una plataforma letal en los entornos de combate modernos. Sin embargo, existen diversos cuestionamientos respecto del monto invertido en el proyecto (más de 600 millones sólo para esta nave), y de la utilidad del mismo considerando que en los planes de la Armada de EE.UU. el crucero se retiraría en el año 2027.

En ese sentido, el caso del USS Cape St. George es tan sólo un fragmento del fallido plan de modernización y reparación de cruceros clase Ticonderoga emprendidos por la Armada de EE.UU., en el cuál se malgastaron más de US$ 1.840 millones según los reportes de la Government Accountability Office (GAO) publicados en el mes de diciembre. Además de lo marcado en términos de inversión, ha de destacarse que el programa también se ha visto truncado en la escasa cantidad de cruceros que finalmente pudieron someterse a los trabajos estipulados en el mismo, siendo ilustrativo plantear que de 11 buques originalmente seleccionados, 7 iniciaron el proceso y sólo 3 llegaron a las etapas finales.

Sumado a todo esto, no puede dejar de traerse a colación que incluso en aquellos ejemplares que ingresaron a la modernización, fue observado el uso de materiales no autorizados durante los trabajos. El antes mencionado informe elaborado por la GAO detalla el caso del USS Vicksburg, proyecto que finalmente se abandonó tras gastar más de 745 millones de dólares, en el que se buscó instalar una nueva manga presurizada alrededor del sonar del buque utilizando materiales tales como “film plástico, cinta con pegamento instantáneo común comprado en tiendas, espuma expansiva y un producto sellador como el que se ve en la televisión.“

*Créditos de las imágenes: suboficial de primera clase Kelby Sanders

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