La construcción de los nuevos portaaviones nucleares de la Armada de EE.UU. registra retrasos y aumento de costos sostenidos

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El pasado martes, autoridades de la Armada de EE.UU. presentaron ante el Congreso un preocupante reporte respecto de la construcción de los nuevos portaaviones para la institución, registrando en el mismo una serie de retrasos y aumentos de costos sostenidos que obstaculizan el desarrollo del programa. Particularmente, los focos apuntan hacia el proceso de construcción de los futuros cascos pertenecientes a la nueva clase Ford, el cuál según afirman los funcionarios está tomando más tiempo que lo previsto originalmente.

En este caso fue el contralmirante Casey Moton, actual director ejecutivo del programa de portaaviones, quién estuvo a cargo de informar a los congresistas estadounidenses de los mencionados problemas. En materia de retrasos en los cronogramas de entrega, el reporte tuvo cómo protagonistas a los futuros USS John F. Kennedy (CVN-79) y USS Enterprise (CVN-80), mientras que respecto de los costes crecientes, se suma a estos dos ejemplares el futuro USS Doris Miller (CVN-81).

Ampliando en algunos detalles, cabe recordar que el primero de los futuros portaaviones mencionados ya se encontraría en las etapas finales de su fabricación (al 95% según fue afirmado), aunque aún enfrenta desafíos críticos para integrar los elevadores de armamento avanzado y en su equipo de detención avanzado que va en la cubierta. Ello impacta en los plazos de entrega del segundo ejemplar en cuestión, mismo que estaría frente a un potencial retraso de unos 28 meses, número que antes se situaba entre 18 y 26 meses. En términos de los costos, la Armada de EE.UU. ha estimado que sus nuevos portaaviones cuesten USD 12.9 mil millones, 13.5 mil millones y 14 mil millones respectivamente.

Recogiendo algunas de las declaraciones del contralmirante Moton: “Importantes piezas de material llegan tarde a la nave, lo que provoca retrasos en la ruta crítica y obliga al constructor naval a modificar nuestro ciclo de construcción principal (…) Estamos haciendo todo lo posible con el constructor naval para mejorar ese pronóstico.”

Las voces de senadores preocupados por la cuestión no se demoraron en hacerse escuchar, destacándose la frustración del senador republicano Rick Scott, quién expresó su indignación con las múltiples compañías que fallaron en el cumplimiento de sus contratos y urgió a la Armada estadounidense a explorar mecanismos de sanción. Además, en las conversaciones fue mencionado que también es una posibilidad que los costes antes mencionados vuelvan a verse modificados en el futuro, considerando el impacto (aún no definido) de la política de aranceles de la administración Trump; aunque ha de mencionarse que la mayoría de componentes utilizados en la construcción de los futuros buques de la institución son de origen local.

Por último, pasando revista brevemente de las características que hacen a los portaaviones de la clase Ford, podemos mencionar que se trata de buques que presentan una eslora de 333 metros y una eslora de 77 metros, mismas que contienen las más de 100.000 toneladas que desplazan. Se sabe además, que cada ejemplar contará con radares AN / SPY-3 y AN / SPY-4, lanzadores RIM-162 ESSM y RIM-116 RAM, cuatro ametralladoras M2 calibre 50 y tres Phalanx CIWS, como sus principales armamentos. Si nos referimos a sus capacidades de almacenar aeronaves, la información disponible indica que los portaaviones puedan cargar con hasta 90 plataformas, entre las que se encontrarían los cazas F/A-18E/F Super Hornet y F-35, además de helicópteros SH-60 Seahawk y aeronaves de alerta temprana E-2 Hawkeye, entre otros.

*Imágenes empleadas a modo ilustrativo

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Equipo de redacción de El Estratégico

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