La ministra de Seguridad Nacional, Alejandra Monteoliva, encabezó la firma de una declaración conjunta de intención con la Unión Europea, junto al embajador Erik Høeg, en el marco del programa Eurofront. El objetivo central: fortalecer los controles migratorios y de fronteras, mejorar la cooperación internacional y elevar los estándares operativos frente al crimen organizado transnacional y el terrorismo.

Durante el acto, Monteoliva remarcó que la cooperación internacional es “un pilar central” de la política de seguridad del Ministerio y advirtió que “no podemos dar respuestas en solitario frente al crimen organizado”, al tratarse de un fenómeno global que desborda las capacidades de un solo Estado. La ministra también subrayó que este entendimiento representa una continuidad de la línea de trabajo iniciada bajo la gestión de Patricia Bullrich.
Eurofront: más controles, más información y estándares comunes
Eurofront es un programa de cooperación de la Unión Europea para América Latina, con un presupuesto de 23 millones de euros financiados por la UE y gestionado por un consorcio integrado por FIAPP e IILA. Su foco está puesto en fortalecer la gestión integrada de fronteras, combatir la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes, y promover estándares comunes de seguridad y cooperación regional.
El embajador Erik Høeg destacó que esta declaración conjunta refuerza la asociación entre Argentina y la Unión Europea “sobre la base de valores compartidos”, con un objetivo común: promover la seguridad, los derechos humanos y la protección del Estado de derecho. En la práctica, el acuerdo habilita a mejorar el intercambio de información, la capacitación de fuerzas y organismos, y la armonización de protocolos frente a amenazas que se mueven por fuera de las fronteras nacionales.
Fronteras y migración: el nuevo eje de la seguridad nacional
Monteoliva advirtió que América Latina “sigue siendo la región más violenta del mundo”, con organizaciones criminales más complejas, dinámicas operativas más rápidas y mayor capacidad de corromper o evadir controles estatales. En ese escenario, la gestión de fronteras se consolida como un eje central de la política de seguridad nacional.
La ministra vinculó el acuerdo con una decisión estructural del Gobierno: el traspaso de la Dirección Nacional de Migraciones al Ministerio de Seguridad Nacional. Según explicó, este cambio permite un abordaje integrado del fenómeno migratorio, con información compartida, objetivos comunes y una mirada que articula seguridad, control y respeto de los derechos.

La política migratoria y de control fronterizo, según detalló Monteoliva, se apoya en varios pilares: fortalecimiento de la gobernanza institucional, un marco normativo más efectivo, refuerzo de los controles de ingreso y expulsión, mejora de la infraestructura en pasos fronterizos, capacitación permanente del personal y uso estratégico de la tecnología y los datos para la toma de decisiones.
En línea con el mandato general del gobierno de Javier Milei, la ministra insistió en la necesidad de simplificar procedimientos y ganar eficiencia: menos burocracia, más capacidad operativa. El acuerdo con la Unión Europea se presenta así como una herramienta para acelerar reformas y modernización, aprovechando buenas prácticas y asistencia técnica europea para cerrar brechas de capacidad en un contexto de amenazas crecientes.
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