La incorporación argentina en los portafolios internacionales crece, sin pausa, desde las elecciones nacionales y el capital extranjero reabre su apuesta por la República Argentina, mientras el interés en los activos nacionales se consolida con fuerza. Desde las elecciones legislativas nacionales, la incorporación de los instrumentos locales se reforzó y la victoria electoral del oficialismo empieza a demostrar su impacto en el financiamiento externo del país.
En esta línea, por ejemplo, por la nueva serie del Bono Tango –emitido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires– ingresaron órdenes de alrededor de U$S 1.700 millones, aunque solo se adjudicaron órdenes por 600 millones de dólares. Esta suscripción se ha repetido, constantemente, tras los comicios de medio término en el país y la Ciudad de Buenos Aires ha comenzado a emitir deuda en el mercado internacional a una de las mejores tasas en su historia. “Es una gran noticia para la Ciudad y para nuestro país; es también el resultado de tener responsabilidad fiscal y de una reputación construida cumpliendo siempre con nuestras obligaciones” sostuvo el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, a través de sus redes sociales.

La victoria electoral del oficialismo alivió al mercado, a la vez que redujo la percepción de riesgo político e incentivó las inversiones y la entrada de capital extranjero. La reacción inmediata se vería reflejada en un salto en las acciones y los bonos argentinos. Sin embargo, con el paso del tiempo, el impacto de la victoria se reflejó en la capacidad de financiamiento. Desde entonces, la capacidad de las empresas y los gobiernos subnacionales para adquirir financiamiento externo se ha fortalecido, con tasas más bajas y plazos más largos. De esta manera, por ejemplo, en las últimas semanas, firmas locales como Pampa Energía lograron colocar deuda a tasas cercanas al 8% anual, a 12 años –condiciones inusuales para los emisores argentinos en el último tiempo–.
De acuerdo a varias estimaciones y evaluaciones realizadas, entre las emisiones corporativas y las emisiones ejecutadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en menos de un mes, ya se captaron más de U$S 3.500 millones. En este sentido, las proyecciones estiman que ese monto podría superar los U$S 5.000 millones en cuestión de semanas, a medida que una mayor cantidad de compañías y gobiernos provinciales busquen más fondos y capitales en el exterior.
Una explicación política
La explicación a este fenómeno es puramente política. Con un Gobierno Nacional fortalecido con la victoria electoral y un nuevo Congreso –en el que el oficialismo representa a la primera minoría–, el riesgo institucional se redujo de forma perceptible, lo que reposicionó a los activos argentinos en las principales carteras y portafolios internacionales. Además, en un contexto en el que la Reserva Federal continúa reduciendo las tasas de corto plazo, obtener rendimientos cercanos al 8% anual en dólares continúa siendo un imán para los grandes fondos y capitales.
Si bien, a día de hoy, persiste una amplia brecha entre los rendimientos de los bonos corporativos y los títulos soberanos, la diferencia comienza a achicarse, cada vez en mayor medida. En este sentido, las últimas emisiones de la Ciudad de Buenos Aires y del sector privado se ubicaron en niveles equivalentes a un riesgo país inferior a los 400 puntos básicos. Mientras que, el índice soberano continúa, aún, por encima de las 600 unidades. Si dicha brecha continúa bajando, se podría impulsar una mejora adicional en los precios de los bonos largos.

El Presidente de la Nación, Javier Milei, explicó que, en el corto plazo, la prioridad no es acumular reservas comprando dólares, sino más bien recuperar el acceso al crédito y al financiamiento para atender los próximos compromisos del Estado argentino. Precisamente, ya que a fin de este mes, hay un nuevo vencimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de U$S 1.000 millones, mientras que en enero está pactado un vencimiento de U$S 4.300 millones con bonistas privados.
El desafío del equipo económico del Gobierno Nacional es definir cómo se afrontarán dichos vencimientos: si con reservas del Banco Central, con nuevas colocaciones o con el programa de recompra de deuda, que anunció el Ministro de Economía, Luis Caputo. Mientras tanto, por primera vez en consecutivos años, el mercado parece decidido a volver a apostar por la Argentina y los activos nacionales se reposicionan con fuerza y solidez en los principales portafolios internacionales.
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