El túnel Agua Negra, concebido como obra estratégica en la Cordillera de los Andes para unir San Juan (Argentina) con la Región de Coquimbo (Chile), vuelve a escena con un diseño técnico que prevé dos tubos paralelos de aproximadamente 13,9 km a más de 4.000 msnm y galerías de emergencia cada 500 metros. El proyecto, que cuenta con ingeniería ejecutiva aprobada y un esquema de financiamiento previamente asociado al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), apunta a resolver una limitación histórica: transformar un paso estacional de alta montaña en un corredor seguro, previsible y operativo todo el año.
En términos de desempeño, la planificación original proyecta nueve años de obra, un costo de referencia cercano a USD 1.500 millones y un flujo medio inicial en torno a 2.200 vehículos/día (pre-inversión). La configuración con unidireccionalidad por tubo y salidas de emergencia redundantes responde a estándares de seguridad para túneles de gran altitud, donde la operación continua y la gestión de riesgos (incendio, ventilación, evacuación) son variables críticas del diseño.
Estado de avance y marco operativo
Del lado chileno, autoridades consulares reportaron trabajos viales y de accesos con la meta de mejorar transitabilidad y preparar la logística de obra. En Argentina, los frentes se orientan a reordenar los tramos de aproximación y actualizar programación técnica–presupuestaria acorde a la fase de relanzamiento. En ambos casos, la prioridad inmediata es alinear accesos y precondiciones para una construcción que, por complejidad geográfica, requiere planificación estacional, ventanas climáticas y secuenciación de túneles.
La ingeniería de detalle contempla sistemas de ventilación longitudinal/semitransversal, detección y supresión de incendios, drenajes y revestimientos aptos para condiciones criogénicas, además de centros de control y comunicaciones redundantes. La operación futura demanda una gestión binacional integrada (mantenimiento, seguridad, emergencias, pesaje, aduanas) para sostener disponibilidad anual y niveles de servicio homogéneos.
Rol del financiamiento internacional y del BID
El BID figura como ancla financiero–técnico histórico del proyecto, combinando préstamos para obras y apoyo a gestión de riesgos, estándares ambientales y sociales y fortalecimiento institucional. Un relanzamiento ordenado exige:
- Actualizar análisis costo–beneficio con supuestos de demanda post-pandemia y nuevas matrices exportadoras.
- Recalibrar cronogramas y contingencias (inflación internacional de costos, tipos de cambio, CAPEX/OPEX).
- Estructurar garantías y gobernanza binacional para licitar paquetes de obra con señales claras de bancabilidad.
El atractivo del túnel para los multilaterales radica en su impacto logístico verificable (reducción de tiempos y costos de cruce), su capacidad para diversificar rutas frente a contingencias en otros pasos andinos, y su efecto sobre resiliencia de cadenas de suministro entre cuencas atlántica y pacífica.
Beneficios logísticos y operación todo–tiempo
Hoy el paso Agua Negra opera de forma estacional; el túnel transformaría ese patrón en operación todo–tiempo, descomprimiendo picos estacionales y mejorando la previsibilidad del lead time para carga general, perecederos y carga proyecto. La reducción de altimetrías críticas, radios de curva y exposición meteorológica se traduce en más seguridad, menor siniestralidad y menor desgaste de flota.
Para la trazabilidad exportadora, la conexión directa con puertos de Coquimbo recorta kilómetros logísticos hacia el Pacífico y habilita ventanas de mercado (cut-off portuarios) más competitivas. En turismo, la continuidad anual agregará ocupación estable y derrame transversal (alojamiento, servicios, gastronomía) a ambos lados de la cordillera.
El diseño de dos tubos con calzadas separadas y conexiones transversales reduce riesgo de colisiones frontales y habilita gestión de emergencias escalonada. La telemetría de tránsito, CCTV, sensado de gases y control de ventilación integrados a un centro binacional son pilares para cumplir con niveles de servicio y ISO de gestión en túneles de alta montaña. El componente de operación y mantenimiento (O&M) deberá licitarse con indicadores de desempeño (KPIs) y mecanismos de penalidad/bonificación que alineen incentivos de disponibilidad.
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