Luego del encuentro bilateral entre Javier Milei y Donald Trump, que tuvo lugar el día de ayer en la Casa Blanca, las acciones y bonos argentinos comenzaron a caer. No obstante, tras las caídas del día martes, los instrumentos soberanos muestran un moderado repunte, en la jornada del miércoles, y suben alrededor de un 1%, a lo largo de la curva.
Los bonos y acciones argentinas se habían derrumbado, tras el encuentro entre Donald Trump y Javier Milei, en el cual el Presidente de los Estados Unidos advirtió que el apoyo financiero de Washington hacia la República Argentina dependerá del resultado electoral de los comicios legislativos, del próximo 26 de octubre. Frente a la prensa, Trump declaró que Estados Unidos apoyará y ayudará a la Argentina, en tanto Milei gane las elecciones, lo que sacudiría no solo el tablero político nacional sino también los mercados, donde el impacto de esta declaración se vería reflejado en caídas y derrumbes de los instrumentos soberanos. Trump considera que las elecciones legislativas nacionales son “una votación clave observada por todo el mundo”, aunque, especialmente, por Washington.
En esta misma línea, el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, fue aún más categórico: “Volver a las políticas fracasadas del peronismo haría que Estados Unidos reevalúe su apoyo”. Las declaraciones de los altos mandatarios estadounidenses, que estarían condicionando la ayuda de Estados Unidos hacia la Argentina, en función de la victoria de Milei en las elecciones legislativas; provocaron una caída inmediata en las acciones y bonos argentinos.
Los bonos argentinos en dólares sufrieron un desplome generalizado, en la jornada de ayer. Pese a ello, este miércoles registran un leve y tibio repunte, que aún está lejos de compensar el retroceso del día martes. En este sentido, las caídas de ayer llegaron a alcanzar hasta un 4,64% en el caso del Global 2035, títulos soberanos con vencimiento en el año 2035, contra una suba en torno al 1,1%, registrada en el inicio de la jornada de hoy.
En cuanto a las acciones argentinas, estas también habrían reflejado alzas moderadas en la jornada del miércoles. De hecho, en la pizarra de American Depositary Receipts (ADRs), donde se divisan las cotizaciones de las acciones que operan en las bolsas de Estados Unidos, está prácticamente en verde para las acciones argentinas, este miércoles, con alzas, que en general, son moderadas, tras el derrumbe registrado el día de ayer. En este escenario, resulta necesario resaltar el salto de un 9% en las acciones de Central Puerto (CEPU), en Estados Unidos, tras la firma de un memorándum de entendimiento con Sur Energy para la probable provisión de energía renovable a “Stargate Argentina”, el flamante proyecto del datacenter de OpenAI, que se desarrollaría en la Patagonia argentina.
La debilidad económica y financiera de la Argentina
Lo sucedido el día de ayer en los mercados, tras las fuertes y condicionantes declaraciones de las autoridades estadounidenses, evidencian y reflejan que, aún a día de hoy, la economía y el mercado financiero argentino se encuentran débiles. De hecho, la moderada recuperación, que mostraron las acciones y bonos argentinos, este miércoles, luego de su derrumbe, no logra ocultar las profundas fragilidades y debilidades que atraviesa la economía argentina.
El mercado financiero ensaya repuntes frágiles y moderados pero que resultan volátiles, mientras persisten desequilibrios estructurales: inflación, déficit fiscal crónico y falta de confianza inversora, a pesar de que se anuncie un creciente interés de inversión en el país. En este escenario, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortaría su proyección de crecimiento para la Argentina, anticipando más inflación y desempleo.
A la vez, la Argentina continúa recurriendo al financiamiento externo del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), entre otros, y aboga por consolidar el respaldo financiero del Tesoro de Estados Unidos, oficializado, recientemente, a través del swap acordado por U$S 20.000 millones, que ahora, resultó quedar sujeto y condicionado al resultado electoral del próximo 26 de octubre.
Dicha sensibilidad financiera y económica revela que cualquier ruido político, cambio en el tablero geopolítico, rumor de pérdida de respaldo externo o tensión electoral puede desencadenar fuertes salidas de capital, desplome de activos e instrumentos soberanos o corridas cambiarias. En este contexto, el efecto corrector del mercado actúa más como un termómetro que como un reaseguro.
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