El sector petrolero ha experimentado un notable y sustancial crecimiento en los últimos años, de acuerdo al INDEC, el cual ha sido sumamente superior al del resto de los sectores de la economía nacional. Gracias al potencial y las capacidades de Vaca Muerta, el sector petrolero logró crecer un 45% en tan solo tres años. Paralelamente, la construcción sólo creció un 16% y el comercio un 10%, mientras que la industria manufacturera, por su parte, ha evidenciado una profunda contracción.
De acuerdo a las estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de la República Argentina, la industria hidrocarburífera experimentó un destacado crecimiento. Desde la salida de la pandemia, en el año 2022, la industria argentina, impulsada, principalmente, por la aceleración de las actividades en Vaca Muerta, creció a tasas chinas. De hecho, según el “Estimador de la Actividad Económica” del INDEC, entre abril de 2022 y abril del corriente año, el sector “Explotación de Minas y Canteras” creció en un 45%.
El desempeño del sector se explica, principalmente, por la explotación del petróleo y el gas de los yacimientos de Vaca Muerta, dado que el desempeño de la minería, que estuvo condicionada por una multiplicidad de factores, no fue regular ni estable. Tan solo en 2022, el sector petrolero mostró un sólido crecimiento, al alcanzar un pico del 15,7% en el mes de abril. Si bien, durante dicho año, se produjeron variaciones interanuales; en términos generales, todas fueron positivas. Durante el período 2023, la tendencia positiva continuó, aunque con mayor desaceleración y moderación, respecto al año anterior. De hecho, en junio del 2023, se produjo una notable desaceleración del 5,5%. Pese a ello, el sector logró recuperarse en el segundo trimestre del año.

En términos generales, podría decirse que el crecimiento del sector petrolero se explica, principalmente, por la significativa aceleración de las actividades de Vaca Muerta que se produjo en el año 2024. De hecho, la cifra más significativa se produjo en el mes de mayo de dicho año, cuando el incremento interanual fue del 19,4%. Sin embargo, en el tercer trimestre del pasado año, los números también fueron positivos y diciembre cerró con un crecimiento del 18,7%.
Desde el inicio del 2025, se ha mantenido la expansión y el crecimiento del sector petrolero, gracias a Vaca Muerta. De hecho, a inicio del año, en el mes de enero se llegó a registrar un crecimiento interanual del 22,4%, que representa la tasa más alta del período analizado (abril 2022- abril 2025). Si bien en el mes de febrero, se produjo cierta desaceleración, del 10,4%, los números de marzo y abril evidenciaron la continuación de un sólido y sostenido crecimiento, que se explica, en gran parte, por el aumento de las inversiones en los yacimientos petroleros de Vaca Muerta, muchos de ellos en el marco del Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI).

El sólido crecimiento del sector petrolero en comparación con el resto
El sector de “Explotación de Minas y Canteras” ha evidenciado una fuerte y sólida capacidad de expansión y crecimiento, sobre todo, gracias a la explotación de petróleo y gas. No obstante, cabe resaltar, que se estiman y prevén buenas proyecciones para la minería argentina, en los próximos años. Lo que también podría contribuir al desarrollo y crecimiento de este complejo económico. En términos generales, este sector ha demostrado el desempeño más sólido y fuerte, en el período analizado por el INDEC, con un crecimiento acumulado de prácticamente el 45%. Lo que lo posiciona como el sector con mayor expansión en los últimos tres años.
Por su parte, el sector de la “Construcción” también evidenció un significativo y positivo crecimiento, que acumuló un 16,48% de variación, posicionándose en segundo lugar. La cifra de abril de 2025 (17,1%) evidencia una significativa recuperación del sector, que llegó a experimentar una caída del 1,7% en abril de 2024. El crecimiento sugiere un repunte en la inversión pública o privada, o incluso una reactivación de los proyectos pospuestos.
El “Comercio mayorista, minorista y reparaciones” también ha crecido, pero con mucha más moderación y desaceleración, en comparación con los otros dos sectores. La trayectoria de crecimiento de este complejo económico es mucho más mesurada y sensible, a las propias condiciones del consumo. Por ello, si bien su crecimiento acumulado fue del 10,80%, es necesario remarcar la compleja situación económica que está enfrentando la Argentina y cómo ello ha impactado, directa e indirectamente, en el consumo de los argentinos, de acuerdo a diversas estimaciones y estudios de campo. De hecho, recientemente, el sector privado ha debido impulsar un nuevo programa de cuotas, reemplazando el régimen oficial de “Cuota Simple” que finalizó el 1º de julio, para fomentar e incentivar el consumo minorista.

Finalmente, el sector de la “Industria manufacturera” evidenció una variación negativa en el período analizado, de abril de 2022 a abril de 2025, llegando a alcanzar una caída del 0,86%. Este dato sugiere cierto estancamiento o contracción del sector, en el período general, a pesar de que en el mes de abril del corriente año mostró una leve recuperación. No obstante, ello es una señal positiva de recuperación, tras dos períodos anuales, 2023 y 2024, con severas dificultades y desafíos al respecto.
De esta manera, el Estimador de la Actividad Económica del INDEC evidenció que mientras el sector petrolero mantiene un crecimiento constante y sólido, año a año, desde el 2022; la construcción, el comercio y la industria, sectores caracterizados por ser de las ramas más dinámicas de la economía nacional y la generación de puestos de empleo, enfrentaron severos desafíos en sus tasas y variaciones de crecimiento, que resultando inferiores, estaban contrastadas por bajas. La resiliencia del sector de “Minas y Canteras” fue superior al resto de los complejos económicos, que experimentaron períodos de contracción y desaceleración, principalmente en 2023 y 2024.

Este punto marca, precisamente, la fortaleza y resiliencia de los sectores petroleros y mineros que, pudieron superar, sin verse afectados, las fluctuaciones macroeconómicas internas que han sacudido al país. Paralelamente, el resto de los sectores han sido más sensibles a las fluctuaciones de la macroeconomía, ligadas a la inflación, el poder adquisitivo, la inversión y las coyunturas de corto plazo del mercado interno.
La economía argentina en riesgo de sufrir la enfermedad holandesa
En este particular contexto, el impulso del sector petrolero, gracias a Vaca Muerta y la aceleración de las actividades de los yacimientos, posiciona a la Nación Argentina como un actor de suma relevancia, en el mercado petrolero regional y mundial, y contribuye al crecimiento económico del país. Sin embargo, cabe preguntarse si la economía argentina está en riesgo de sufrir la enfermedad holandesa o efectivamente, si está atravesando la misma.
La enfermedad holandesa es un fenómeno económico que se produce cuando un boom exportador, que generalmente proviene de la explotación de recursos naturales, atrae una gran cantidad de capital y divisas, como así también mano de obra, lo que aprecia la moneda local y encarece el resto de los bienes exportables. En este sentido, cuando se produce este fenómeno y un Estado sólo recibe divisas, gracias a las operaciones de exportación de uno o varios commodities o productos, el resto de los sectores económicos pierden competitividad y la economía pasa a depender económicamente de uno o dos sectores. En suma, ello genera que el país y la economía sean más vulnerables ante un shock externo. La enfermedad holandesa es entendida como un fenómeno de riesgo económico.
En este sentido, la Argentina está experimentando una serie de síntomas e indicadores de este fenómeno económico. Precisamente, se reconocen claras señales de concentración exportadora, donde el campo y la energía, especialmente gracias a Vaca Muerta, concentran las operaciones de exportaciones. Paralelamente, se evidencia un alza récord de egresos por servicios y viajes, lo que impacta directamente en la escasez de divisas internacionales del país. Esto significa que, el ingreso de divisas por las exportaciones energéticas y del agro no son suficientes ante la demanda argentina, dado que los egresos por pagos de deuda, inversiones y viajes, superan a los ingresos.

Hoy en día, la Argentina se encuentra ante un complejo panorama, en el cual no puede equilibrar su balanza de pagos, ante la entrada y salida de divisas internacionales, que no satisfacen la demanda argentina de dólares y genera una escasez de los mismos, a nivel interno. Ello sumado a la concentración exportadora, que implica que el país dependa económicamente de dos sectores: el agro, con quien el Gobierno Nacional enfrenta nuevas tensiones ante la oficialización de la suba de las retenciones, y la energía; aumentado el riesgo de vulnerabilidad ante un shock externo, son claros síntomas de la enfermedad holandesa.
La diversificación de la economía argentina y las exportaciones resulta clave para revertir estos indicios iniciales y gestionar el desarrollo de este fenómeno de riesgo económico. El boom exportador del campo y la energía, producida a través de Vaca Muerta, presentan una oportunidad única que debe ser aprovechada por el Estado argentino, quien si destina dichos ingresos, en forma de inversión, a los sectores productivos, fomentará la diversificación de la economía nacional, reduciendo la vulnerabilidad a los shocks externos. En este sentido, el sector petrolero, que ha presentado significativos resultados de crecimiento en los últimos tres años, según las estimaciones del INDEC, junto al sector minero, para el cual se estiman proyecciones positivas para los próximos años y especialmente, para el litio, podrían ser la clave de la ecuación para evitar caer en la enfermedad holandesa.
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