El pasado lunes, el presidente del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas (IOSFA), Roberto Fiochi, envió una carta al ministro de Defensa, Luis Petri, presentando su renuncia. “Esta decisión obedece a motivos estrictamente personales. Luego de una reflexión profunda, considero necesario abocarme a cuestiones empresariales que requieren hoy de toda mi dedicación”, subrayó Fiochi en su carta.
A partir del acontecimiento, IOSFA emitió un comunicado oficial informando la renuncia de Fiochi, la cual fue aceptada por el Ministro de Defensa. En simultáneo, destacó que la nueva titular de la obra social será la contadora Betina Surballe, quien se desempeñaba como Directora Ejecutiva del Instituto de Ayuda Financiera para el Pago de Retiros y Pensiones Militares (IAF).

“Durante su paso por el IAF, Surballe llevó adelante un proceso exitoso de modernización y ordenamiento con resultados concretos: crecimiento de la cartera de inversiones en 87%, incremento del 98% en préstamos personales y del 87% en créditos hipotecarios, reducción del 26% en el costo laboral y disminución del gasto operativo en un 50%. En esta nueva etapa, en IOSFA llevarán a cabo medidas claves para implementar una reingeniería de la obra social, para que esta pueda ser sustentable en el largo plazo y así terminar con los problemas que arrastra desde su origen”.
En simultáneo, el comunicado afirma que habrá una fuerte reducción de costos y auditorías externas, También, que se modernizará el sistema informático para hacer más eficiente los procesos administrativos. Se confirmó que se está trabajando con el Ministerio de Economía “para saldar deudas por aportes patronales no liquidados para, de esta manera, hacerle frente al pago de proveedores”, como paso crucial para “avanzar en este proceso de saneamiento para cumplir con el compromiso asumido desde el primer día: recuperar la obra social para devolvérsela a las Fuerzas Armadas en condiciones sanas, equilibradas y sustentables”.
Una crisis de larga data
Las tensiones entre el personal militar y el Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas (IOSFA) tienen su tiempo latentes. No obstante, los últimos meses fueron claves para que la crisis en el organismo y su impacto en el Ministerio de Defensa comenzaran a hacerse aún más críticos.
Casi a principios de año, una carta fue enviada al ministro Petri para solicitar una audiencia y exponer reclamos relacionados a IOSFA. La misiva denunciaba la falta de representación de los suboficiales en la toma de decisiones y la sospechosa transparencia en la gestión de la obra social.

Tiempo después, varios directores de la institución se dirigieron al presidente del IAF expresando una gran preocupación por la conducción de IOSFA y las decisiones tomadas, entre otras cuestiones. A grandes rasgos, reclamaban la falta de participación efectiva del Directorio y la situación financiera de la obra social.
A mediados de abril, la situación comenzó a ser más directa e insistente. En ese momento, el Vocal Titular del Directorio de IOSFA, Eduardo Jorge Urrutia, le envió una Nota de Solicitud de Renegociación de las Condiciones del Préstamo otorgado por el IAF a Fiochi. En la nota, Urrutia solicitaba al presidente la renegociación del préstamo otorgado por el IAF.

El alto grado de tensión y malestar entre el personal militar y el presidente de IOSFA era cada vez más evidente. En consecuencia, comenzó a impactar en la cartera dirigida por Petri, luego de que múltiples diputados comenzaran a solicitar respuestas sobre la situación crítica de la obra social.
El detonante más evidente fue cuando Fiochi declaró en redes sociales que el instituto atravesaba una etapa “difícil” pero que no se podía catalogar como una crisis “alarmante”. Allí también reconoció que existen suspensiones puntuales en algunas zonas, pero sostuvo que se estaba garantizando el 100% de los tratamientos de alta complejidad y los medicamentos de alto costo. En torno a lo salarial, afirmó que la inflación y los salarios estancados afectan el sistema de salud militar.
Los comentarios del presidente del instituto, en respuesta a las críticas del Foro Argentino de Defensa (FAD) y otros ámbitos militares, fueron agravantes para la situación ya tensionada y comprometida. Puntualmente porque la extensa controversia visibilizó un problema de fondo que afecta al personal en actividad y retirado de las Fuerzas Armadas y de Seguridad: las condiciones de cobertura médica y el estado financiero del principal prestador del sector. Queda por verse si esta novedad, de la mano de un cambio de conducción, podrá gestionar y solucionar los problemas de antaño.
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