El Starship voló por tercera vez en lo que va de 2025 y, al igual que en las dos ocasiones anteriores, ha vuelto a registrar inconvenientes. Sin embargo, esta vez la situación es ligeramente más “positiva”. El cohete más grande del mundo despegó desde la Starbase en Texas el martes por la noche. De por sí, la misión fue histórica ya que representó la primera vez que SpaceX reutilizó un propulsor Super Heavy (primera etapa de la nave que se usó en el vuelo 7). La empresa cambió 4 de sus motores Raptors después de esa misión, lo que significa que 29 fueron probados anteriormente en vuelo.
Como se esperaba, las dos etapas de Starship se separaron y la superior incluso llegó al espacio. Sin embargo, la empresa terminó perdiendo ambas partes antes de que pudieran lograr sus objetivos.
“Starship llegó al corte programado del motor de la nave, ¡una gran mejora con respecto al último vuelo!”, aseguró Elon Musk, CEO de SpaceX.
“Las fugas causaron la pérdida de presión del tanque principal durante la costa y la fase de reingreso. Hay muchos buenos datos para revisar”, agregó.

Avances respecto a los vuelos 7 y 8 del Starship
En las dos ocasiones anteriores en las que el Starship voló este año, el Super Heavy se desempeñó a la perfección, regresando a la Starbase para ser atrapado por los brazos mecánicos de la torre de lanzamiento. Sin embargo, la segunda etapa (el Ship) explotó menos de 10 minutos después del despegue en ambas misiones.
Debe tenerse en cuenta que las causas de las explosiones no fueron las mismas. Mientras que en el 7 hubo fugas de propelente, en el 8 se registró una falla de hardware en un motor Raptor.
Como era de esperar, SpaceX se esforzó por minimizar las posibilidades de que tales problemas surgieran nuevamente y el vuelo 9 del Starship fue exitoso en ese sentido.
Por su parte, esta vez el Super Heavy realizó una voltereta de retorno controlada en lugar de aleatoria y golpeó la atmósfera en un ángulo diferente.
“Al aumentar la cantidad de resistencia atmosférica en el vehículo, un ángulo de ataque más alto puede resultar en una velocidad de descenso más baja, lo que a su vez requiere menos propelente para el aterrizaje inicial”, escribió SpaceX.
Pero estos experimentos complicaron el perfil de vuelo del Super Heavy en comparación con misiones anteriores. Por ello, se optó por que la nave no regrese a la Starbase, sino que realizara un “amerizaje duro” en el Golfo de México.
Sin embargo, el Super Heavy no llegó tan lejos. En realidad, el propulsor se rompió a los 6 minutos y 20 segundos del vuelo. El viaje del Super Heavy terminó “antes de que pudiera pasar por el aterrizaje”, explicaron desde SpaceX.
Ship, por el contrario, mejoró un poco su rendimiento esta vez. Llegó al espacio en una trayectoria suborbital que lo llevó hacia el este sobre el Océano Atlántico. Pero el vuelo se agitó después de eso.
Se suponía que el vehículo desplegaría ocho versiones ficticias de satélites Starlink unos 18,5 minutos después del despegue. Sin embargo, eso no sucedió ya que la puerta de la carga útil no pudo abrirse por completo.
“Unos 30 minutos después del lanzamiento, el Ship comenzó a caer, lo que fue el resultado de una fuga en los sistemas del tanque de combustible”, agregaron desde SpaceX. Por ello, la empresa optó por a una ruptura sobre el Océano Índico durante el reingreso.

¿Musk y un falso optimismo?
Para Musk, la prueba representó un importante avance respecto a los otros dos vuelos de este año. Sin embargo, silenciosamente canceló su conferencia en donde iba a brindar adelantos y más información sobre los planes de su empresa para Marte.
Cabe recordar que, según el propio Musk, SpaceX lanzará el primer Starship no tripulado hacia el Planeta Rojo a fines de 2026.
La buena noticia confirmada por Musk es que “la cadencia de lanzamiento para los próximos 3 vuelos será más rápida, aproximadamente 1 cada 3 a 4 semanas”.
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