Un reciente informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA) advirtió que China podría recurrir a una estrategia de presión militar limitada sobre Taiwán a través de la captura de islas periféricas, sin llegar aún a una invasión directa de la isla principal. La “Evaluación de Amenazas Globales 2024”, publicada por la DIA este mes, subraya que el gigante asiático contempla opciones como la toma de Kinmen, Matsu, Dongsha, Taiping o Penghu para coaccionar a Taipéi y probar la respuesta de Washington.

En este sentido, el informe sostiene que si bien no se anticipa una invasión total de Taiwán en el corto plazo, el Ejército Popular de Liberación (EPL) podría intensificar sus acciones para debilitar la soberanía taiwanesa. “China posee una variedad de opciones militares para coaccionar a Taiwán, incluyendo la toma de las islas periféricas más pequeñas”, señala el documento, advirtiendo que este tipo de maniobras también buscaría socavar la voluntad de Estados Unidos de intervenir en defensa de la isla.
Estas islas periféricas son particularmente vulnerables por su ubicación geográfica: Kinmen y Matsu, por ejemplo, se encuentran a menos de 10 kilómetros de la costa de China continental. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), Pekín ya desplegó una estrategia de “zona gris” en estas regiones, combinando presión económica, guerra legal, desinformación y desarrollo de infraestructura para debilitar la influencia de Taipéi sin desencadenar un conflicto abierto.

“La campaña china en Kinmen y Matsu busca erosionar el control de Taiwán a través de métodos no violentos, pero persistentes”, explica el ISW. Este centro de estudios advierte que estas maniobras podrían escalar hacia una ofensiva limitada, como parte de una “guerra corta” para capturar territorios sin el costo político y militar de una guerra total.
El documento de la DIA también indica que China aún prefiere alcanzar la unificación mediante negociaciones, siempre que el costo de una acción militar siga siendo superior a sus beneficios estratégicos. Sin embargo, el gigante asiático mantiene su presión mediante bloqueos, maniobras militares, campañas diplomáticas y económicas, con el objetivo de disuadir a Taiwán de avanzar hacia una declaración formal de independencia.
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