El “Golden Dome”, un proyecto de sistema antimisiles anunciado por EE.UU., ha generado múltiples reacciones alrededor del mundo por sus posibles implicancias a nivel geopolítico. En este contexto, China se pronunció en contra del escudo, argumentando que su construcción incrementaría el riesgo de convertir el espacio en un verdadero campo de batalla. Impulsado por Donald Trump, el Golden Dome tiene por objetivo proteger a EE.UU. de ataques con misiles, incluso lanzados desde el espacio.
¿Qué es el Golden Dome?
La administración Trump no es ajena al vertiginoso avance de la tecnología militar en todo el mundo. Los mayores enemigos de Washington en cuanto a capacidad militar y presupuesto (China, Rusia, y Corea del Norte), poseen sofisticados sistemas de ataque, y conducen regularmente entrenamientos destinados a preparar a sus fuerzas militares para el peor escenario. Es en este marco donde el presidente de EE.UU. presentó el Golden Dome, un sistema similar al actual Iron Dome israelí.

El nuevo escudo tendría la capacidad de interceptar cohetes de corto alcance y proyectiles de artillería, pero estaría diseñado, además, para contener misiles intercontinentales con cabezas nucleares. Si bien los detalles técnicos aún no están del todo claros, el Secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, dio a conocer que el Golden Dome protegería a EE.UU. de “misiles crucero, balísticos, hipersónicos y drones”, sin importar su naturaleza convencional o nuclear.
China se manifiesta en contra del Golden Dome asegurando que podría militarizar el espacio
Mao Ning, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, instó a EE.UU. a detener el desarro del Golden Dome, advirtiendo que el sistema tiene chances de militarizar el espacio y provocar una nueva carrera armamentística. En la misma línea, el gobierno de Pekín afirmó que el sistema propuesto por Trump podría acarrear serias implicaciones ofensivas. Según el gobierno chino, EE.UU. mantiene una obsesión por sostener la defensa del país a cualquier costo, poniendo en riesgo incluso la seguridad global.

El proyecto, al cual se destinarán 25 mil millones de dólares inicialmente, será la primera arma que EE.UU. instala en el espacio. Además, se estima que Golden Dome podría estar operacional en tres años. No obstante, su financiamiento y cronograma de construcción han sido objeto de críticas, no solo por el impacto presupuestario, sino también por la magnitud del proyecto y su puesta en marcha. Dadas las circunstancias, las repercusiones a nivel geopolítico, especialmente con Pekín y Moscú, también se contemplan como un factor desestabilizante a medida que el Golden Dome tome forma.
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