Argentina busca consolidar su soberanía energética con el uranio nacional

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Con uranio nacional, la República Argentina busca consolidar su soberanía energética y su independencia nuclear, a través de un megaproyecto. La firma Blue Sky estaría acelerando su trabajo para llegar a la factibilidad de un reconocido proyecto de uranio, en la provincia de Río Negro, que podría otorgarle soberanía e independencia energética a la Nación Argentina. De hecho, la compañía cuenta con un socio dispuesto a invertir más de U$S 190 millones en el desarrollo. En caso de ejecutarse, la Argentina podría ahorrar más de U$S 23 millones mensuales en la importación del mineral. 

La República Argentina es uno de los pocos países que cuenta con la posibilidad de desarrollar toda su cadena productiva de generación de energía nuclear. Sin embargo, en la actualidad, el país obtiene su combustible, a través de la importación del uranio sin concentrar –lo que se conoce como yellow cake– y luego del proceso industrial, genera la energía en sus propias centrales nucleares. Desde hace más de 30 años, la Argentina no extrae el uranio. Sin minería de uranio desarrollada, el país debe importar la materia prima para mantener en actividad operativa sus tres centrales nucleares –Atucha I, Atucha II y Embalse–. En este sentido, en el mes de agosto, esta maniobra le costó U$S 23.797.000 al país, representando el mayor gasto de su balanza comercial minera. 

La Central Nuclear Embalse es una de las tres centrales nucleares de la Argentina, donde el uranio importado se mantiene en actividad operativo. Créditos: Casa Rosada Presidencia.

Sin embargo, este escenario podría cambiar próximamente. Gracias al “Proyecto Ivana”, la Argentina podría desarrollar su minería de uranio. En la actualidad, este yacimiento se encuentra en explotación, bajo la conducción de Blue Sky. El Gerente de Exploración del yacimiento, Ariel Testi, explicó que tras lograr superar el Estudio Económico Preliminar (PEA), el yacimiento aboga por la siguiente etapa –la prefactibilidad–, motivo por el cual se formará una segunda compañía (Ivana Minerales). 

Blue Sky firmó, además, un joint venture con Corporación América, en febrero de este año, con el objetivo de contar con los fondos y el financiamiento necesario para el trabajo por delante. De esta manera, la compañía invertirá U$S 35 millones en el megaproyecto de uranio. Esto permitirá desarrollar y ejecutar los trabajos necesarios para realizar los informes de prefactibilidad, acelerando el proceso para la puesta en marcha del yacimiento, ubicado en Río Negro. 

Gracias al “Proyecto Ivana”, que busca desarrollar Blue Sky y Corporación América, la Argentina podría impulsar y potenciar su minería de uranio. Créditos: NA.

De acuerdo a la información disponible, el área central del yacimiento Ivana cuenta con 19,7 millones de toneladas de material con buena ley de uranio. De ese espacio, el 80% posee recursos, con una alta certeza. La reserva de uranio del yacimiento, en cuestión, estaría siendo trabajada desde el año 2011, aunque, desde 2018 los procesos de trabajo se aceleraron, gracias a las inversiones de Blue Sky Uranium. Sin embargo, Corporación América ha obtenido el 49% del proyecto, gracias al joint venture, asegurándose un importante porcentaje de minerales en el futuro cercano. Dentro del plan de trabajo, las firmas se comprometieron a realizar una inversión a futuro de U$S 160 millones para construir una planta, a través de la que se obtendrá el uranio. 

La extracción de uranio de la Argentina – El potencial de Ivana

Como se explicó previamente, desde hace más de 30 años, la Argentina dejó de explotar sus yacimientos de uranio, el cual ya no es extraído en el territorio nacional. Desde entonces, el país ha optado por importar este mineral, cuyo valor podría comenzar a ahorrarse, a partir del desarrollo del Proyecto Ivana, que promete impulsar el desarrollo de la minería de uranio. 

Una mina como Ivana o incluso, cualquiera de los otros proyectos en cartera, podrían reducir el peso de las importaciones energéticas en la balanza comercial. Sobre todo teniendo en consideración, que el precio del insumo nuclear ha estado protagonizando alzas en los últimos años, cuya tendencia proyecta continuar en el corto plazo, producto de la transición energética y la creciente demanda de energías limpias. Además, a diferencia de lo que sucede con otros minerales como el cobre o el oro, la Argentina tiene desarrollados todos los procesos necesarios de valor agregado en la minería de uranio, solo que le falta explotar sus yacimientos de uranio. A nivel local, el uranio es trasladado a las tres centrales nucleares activas en funcionamiento: Atucha I, Atucha II y Embalse. 

Créditos: Dreamstime.

El objetivo de este megaproyecto, en primera instancia, es el abastecimiento del mercado interno, en tanto ello fija la propia ley argentina. Sin embargo, con la calidad de los reactores nacionales en funcionamiento, el desarrollo de este mercado atrae e incentiva a los proyectos mineros en desarrollo, como así también a los inversores locales y extranjeros. En este sentido, también se abogaría por la promoción de la exportación, a fin de generar más divisas internacionales e incentivar el ingreso de capital extrajero.

Este inicial desarrollo, a través del Proyecto Ivana, se produce en medio de un sostenido crecimiento del mercado internacional de uranio. En este contexto, la Argentina se posiciona estratégicamente. De hecho, según el último informe de la Secretaría de Minería, el país posee 33.780 toneladas de uranio identificado, considerando tanto el potencial del mineral ya tratado como concentrado. Las mayores concentraciones se encuentran en Río Negro, Chubut y Mendoza. Si bien actualmente en la cartera nacional hay diversos desarrollos, Ivana se posiciona como el proyecto con más potencial y expectativa, de cara al futuro cercano. Ivana permitiría extraer el mineral con altos niveles de uranio, a solo dos metros de la superficie, mientras que en el resto de los desarrollos en cartera las zonas con riqueza son a decenas o cientos de metros. 

El yacimiento Ivana tiene una ventaja estratégica, dado que permitiría extraer grandes niveles de uranio, a solo dos metros de la superficie. Créditos: NA.

La exploración nacional en baja 

Si bien el sector privado estaría avanzando en la búsqueda de yacimientos de uranio y logrando significativos avances de cara al futuro cercano, especialmente en Ivana, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) sufre una baja exploración nacional. La Comisión se encarga de buscar minerales para la exploración estatal y es precursora de muchas de las inversiones privadas que tienen lugar en la materia, en el territorio nacional. Los yacimientos investigados y explorados por la CNEA son, de hecho, los que luego podrían ser adquiridos por exploradoras nacionales y extranjeras para avanzar en los estudios y puesta en marcha de los proyectos.  

Un conjunto de geólogos del área estatal le han explicado al medio “iProfesional” que, actualmente, sufren un desfinanciamiento histórico. “Desde 2024 no tenemos presupuesto para las campañas” sostuvieron. De acuerdo al testimonio de los trabajadores, actualmente los empleados están con los sueldos congelados, lo que produce una creciente fuga de profesionales al sector privado, mientras las máquinas exploradoras están paradas. A pesar de que la Comisión Nacional de Energía Atómica tiene la capacidad técnica y operativa para brindar servicios a exploradoras, de forma directa, y respaldo a los descubrimientos, para darle continuidad a la industria nuclear, esto no sucede en la actualidad producto de la falta de financiamiento. 

Desde la Comisión Nacional de Energía Atómica, advierten un fuerte desfinanciamiento que afecta las capacidades técnicas y operativas de exploración de la Nación Argentina. Créditos: NA.

En un escenario de creciente demanda global del uranio, la Argentina sufre una reducción significativa en sus capacidades técnicas y operativas de exploración minera, como resultado de la falta de financiamiento estatal. Mientras tanto, Blue Sky y Corporación América buscan avanzar en los trabajos de desarrollo de Ivana, el flamante yacimiento de Río Negro que promete ser la esperanza de la minería de uranio y podría solucionar la importación del insumo nuclear, permitiendo que el país explote el uranio y complete el ciclo productivo nuclear, a nivel local, sin la necesidad de tener que importar el mineral. 

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Equipo de redacción de El Estratégico

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