La Argentina se encuentra entre los cinco países con mayor confianza institucional, de acuerdo a la última edición del Barómetro de Confianza de Edelman. El análisis muestra una crisis de legitimidad en Occidente, mientras en Oriente se registran niveles récords de confianza institucional. Según la última edición del Barómetro de Confianza de Edelman, hay una marcada diferencia entre los países con credibilidad institucional –en ascenso– y aquellos que se encuentran sumidos en una pérdida sostenida de confianza. Estas diferencias resultan ser, para muchos analistas y expertos en la materia, más marcadas que nunca.

El ranking está encabezado por Arabia Saudita con 87 puntos, a la que le siguen China (83) e India (79). La percepción de orden social, compartida entre estos tres países, contribuye a la confianza institucional registrada para los mismos. En este sentido, la estabilidad política, la expansión del sistema económico y la tendencia de una administración estatal que privilegia el control y la previsibilidad favorecen la construcción de una percepción de orden social, que repercute en los indicadores y valores de confianza institucional registrados recientemente.
Sin embargo, el informe resalta que en las democracias tradicionales la tendencia marcha en sentido contrario, con un fuerte retroceso de la confianza en los países occidentales. Los niveles registrados en países, como Alemania y en Reino Unido, se desploman hasta los 35 y 37 puntos, respectivamente. Incluso, Estados Unidos muestra un retroceso, con 41 puntos registrados. En este escenario, la República Argentina aparece con 42 puntos de confianza institucional, configurando una cifra débil aunque estable, en comparación con su historial reciente.

El comportamiento del índice de Edelman va en línea con tendencias observadas por otras consultoras, como Pew Research e Ipsos, en donde se ha registrado que los ciudadanos valoran gobiernos capaces de entregar resultados concretos –orden, seguridad, crecimiento, estabilidad– más que modelos políticos. En este sentido, se sostiene que en Asia, donde predomina la búsqueda de eficiencia, la confianza institucional aumenta; mientras que, en Occidente, donde predominan los discursos polarizantes y los modelos políticos antagónicos, la credibilidad y confianza institucional se erosiona y roza mínimos históricos.
Edelman en su Barómetro revela que, el 63% de la población mundial considera que sus gobiernos no logran brindar la seguridad económica suficiente. A su vez, el 54% cree que los líderes políticos utilizan la polarización para obtener ventajas. Todos estos juicios y estas percepciones sociales, registradas en la última edición del Barómetro, explican por qué países con instituciones históricamente fuertes muestran, actualmente, retrocesos en los niveles de confianza y credibilidad institucional.

En este escenario, la Argentina se posiciona dentro de los cinco países con mayor confianza y credibilidad institucional. El nivel de confianza define y determina el humor político de la población, aunque también influye en decisiones de inversión, consumo y planificación empresarial. En los países con índices altos y medios, las compañías reportan mayor cooperación con los Estados, hay políticas más consistentes con el crecimiento y reglas claras para el desarrollo de infraestructura. En contextos donde predomina la desconfianza, el escenario es inverso: volatilidad, menor previsibilidad normativa, consumo moderado y gobiernos con ciclos cortos. La Argentina con una cifra débil, aunque estable, se posiciona entre los países con mayores confianza y credibilidad institucional, habida cuenta de su historial reciente.
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