Esta semana, Argentina y Paraguay reactivaron oficialmente las obras del Proyecto Aña Cuá, la ampliación estratégica de Yacyretá que permitirá incorporar más de 270 MW de energía limpia, fortalecer el sistema eléctrico regional y dinamizar la economía del Litoral. El acto se desarrolló en la zona de obras del Brazo Aña Cuá, con la presencia de los directores ejecutivos de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Alfonso Peña (Argentina) y Luis Benítez Cuevas (Paraguay); miembros del Consejo de Administración; junto a autoridades de ambos países.


La postal más simbólica del relanzamiento llegó temprano: operarios argentinos y paraguayos ingresando juntos al predio, celebrando la reapertura de una obra que había quedado demorada por cuestiones administrativas y contractuales, luego destrabadas por gestiones técnicas y políticas de ambas márgenes. El trabajo conjunto entre la EBY y el Consorcio Aña Cuá WRT —integrado por Webuild, Rovella Carranza y Tecnoedil— permitió resolver los últimos trámites pendientes y habilitar la continuidad de los trabajos civiles y electromecánicos.
Para ambos gobiernos, la reactivación tiene un peso que trasciende lo técnico. Representa un mensaje político claro: reforzar la integración bilateral, asegurar la soberanía energética y recuperar el ritmo de las grandes obras estratégicas en el Cono Sur. Aña Cuá consolida así su papel como una pieza central en la expansión energética y en el desarrollo productivo del Litoral, con beneficios ambientales y económicos que proyectan su impacto mucho más allá de la frontera binacional.
Un refuerzo con impacto inmediato
La ampliación de Aña Cuá permitirá incrementar en un 10% la generación del complejo Yacyretá. Se trata de uno de los proyectos energéticos más importantes de la región, pensado para optimizar el aprovechamiento del caudal ecológico mediante una nueva central equipada con turbinas Kaplan de alta eficiencia.
Ese incremento de potencia se traducirá en mayor estabilidad para el sistema interconectado, un flujo adicional de 53 millones de dólares por año para la EBY y un fortalecimiento de la seguridad energética tanto para Argentina como para Paraguay, en un contexto de demanda creciente y presión sobre la infraestructura de generación. El director argentino, Alfonso Peña, definió la reanudación como “un avance decisivo para la integración energética y para el desarrollo de las comunidades del NEA y del sur paraguayo”, remarcando tanto el aporte técnico de la obra como su impacto territorial.

En paralelo, la reactivación de Aña Cuá generará 1.000 nuevos empleos directos. La mayor parte de esa demanda será absorbida por trabajadores de Ituzaingó (Argentina) y Ayolas (Paraguay), además de otras localidades situadas dentro del área de influencia de la represa. La obra dinamizará toda la cadena productiva regional: transporte, hormigón, metalmecánica, servicios electromecánicos, construcción y logística, en un corredor donde Yacyretá funciona desde hace décadas como motor económico y social.
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