El pasado jueves, Estados Unidos anunció oficialmente el Marco para un Acuerdo sobre Comercio e Inversión Recíprocos, un entendimiento económico con la Argentina que abre un nuevo capítulo en la relación bilateral y que, según la Casa Blanca, se sustenta en una “visión común de libre empresa, iniciativa privada y mercados abiertos”. El anuncio llegó tras la reunión en Washington entre el canciller Pablo Quirno y el secretario de Estado Marco Rubio, y representa el mayor acercamiento comercial entre ambos países en más de dos décadas.

De base, Buenos Aires podría tener acceso preferencial a sectores estratégicos del mercado estadounidense, así como también la apertura de nuevas cadenas de valor y un redireccionamiento clave del perfil exportador. Pero, ¿qué beneficios traerá a la Argentina? ¿Qué sectores podrían verse efectivamente beneficiados?
Industrias, agro y tecnología entre los principales beneficiarios
Aunque la Casa Blanca presentó los once ejes del acuerdo como una estructura equilibrada, el impacto directo muestra que varios sectores argentinos acceden, por primera vez, a condiciones verdaderamente preferenciales en el mercado estadounidense. Los puntos más relevantes para el país son:
• Medicamentos y productos farmacéuticos: Estados Unidos eliminará aranceles sobre artículos no patentados y ciertos insumos farmacéuticos, fortaleciendo la competitividad de laboratorios argentinos y abre la puerta a exportaciones de genéricos con alto volumen.
• Productos químicos y maquinaria: la industria química y la de bienes de capital acceden ahora a un esquema preferencial, mejorando el perfil exportador del sector y posibilita joint ventures industriales.
• Tecnología y dispositivos médicos: el acuerdo incluye productos de TI, equipamiento médico y dispositivos de alta complejidad, logrando favorecer la inserción de empresas argentinas en nichos de innovación, particularmente en biotecnología y healthtech.
• Vehículos automotores: se abre una ventana inédita para terminales automotrices argentinas, lo cual puede diversificar exportaciones hoy fuertemente concentradas en Brasil.
• Agroindustria y carne: la “amplia gama de productos agrícolas” incluida en el acceso preferencial beneficia a carnes, economías regionales, productos de valor agregado, y oleaginosas y derivados Además, se negocian mejores condiciones de acceso recíproco para la carne vacuna, pudiendo recuperar terreno en EE.UU. justo cuando se reducen volúmenes por temas sanitarios y la competencia global.
Un capítulo clave: cooperación en minerales críticos y soja
El acuerdo incorpora un eje que Washington considera estratégico: minerales críticos. Argentina se alinea con la política estadounidense de diversificación de cadenas de suministro, especialmente para litio. En paralelo, se acordó trabajar de manera conjunta para estabilizar el comercio mundial de soja, un gesto importante para el complejo oleaginoso argentino, en momentos de alta volatilidad global.

Esto plantea una posible aceleración de inversiones del triángulo del litio hacia Washington, así como también podría facilitar el financiamiento de proyectos extractivos y de procesamiento. Además, Argentina podría posicionarse como proveedor clave en la transición energética norteamericana.
No osbtante, como parte del “trato recíproco”, Argentina eliminará de manera progresiva el impuesto estadístico aplicado a productos estadounidenses y abandonará formalidades consulares. A cambio, obtiene reducción de tiempos, validación regulatoria y acceso directo en áreas clave, como certificados FDA para dispositivos médicos, autorizaciones previas para productos farmacéuticos y normativas técnicas estadounidenses como válidas.
Agricultura y productos sensibles: qué deberá abrir Argentina
A cambio del acceso preferencial, Argentina habilita el ingreso de:
- ganado bovino vivo de EE.UU.,
- aves de corral estadounidenses en un plazo de un año,
- productos cárnicos y lácteos con registros simplificados.

Si bien son sensibles para sectores locales, el Gobierno argumenta que la apertura ordenada puede generar convergencia tecnológica, mayor competencia y estándares sanitarios más robustos. A grandes rasgos, los sectores con más oportunidades concretas serán el farmacéutico, químico, maquinaria y tecnología industrial; dispositivos médicos y biotecnología; automotriz; agro y carnes; y litio y minerales críticos.
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