Esta semana se dio a conocer que el Gobierno Nacional suspendió el avance de la construcción del radar argentino-chino, en San Juan, tras no renovar el convenio que habilitaba la instalación del Radiotelescopio Chino-Argentino (CART). En este escenario, resulta esencial conocer los motivos por los cuales el Gobierno argentino decidió suspender la construcción de este radar, con valioso y estratégico potencial para la ciencia argentina.
Según la información disponible, esta semana el Gobierno Nacional decidió no renovar el convenio, que habilitaba la instalación del CART, en El Leoncito, ubicado en la provincia de San Juan. En este contexto, la Aduana Argentina detuvo los equipos enviados desde China, que apuntaban a avanzar en la construcción del radar. Si bien la decisión del Gobierno de Javier Milei generó rechazo dentro de la comunidad científica argentina, en tanto se está interrumpiendo un proyecto de estratégico y valioso potencial para la ciencia argentina; el oficialismo alega tener sus debidas razones para haber suspendido el desarrollo de este proyecto de ampliación de la red de radares internacionales de observación espacial de China en el país.

De hecho, el Radiotelescopio Chino-Argentino sería la segunda antena que China pretendía instalar en la Cordillera Argentina, dado que ya existe un radar que funciona en Neuquén y es evaluado de cerca, por parte de Estados Unidos, por el potencial uso militar y dual que podría tener. La instalación de estos radares forman parte, de hecho, del plan de expansión científico-militar que China ha estado desarrollando, en acuerdo con países aliados y administraciones con buena relación política. Esta ampliación de la red de radares chinos en Argentina venía siendo advertida por analistas internacionales y especialistas en geopolítica, como así también por el propio Gobierno de Estados Unidos, como un riesgo para la seguridad hemisférica e incluso, para la seguridad nacional.
El proyecto del CART
El proyecto del Radiotelescopio Chino-Argentino (CART) se postuló en el año 2016, bajo la presidencia de Mauricio Macri, como un proyecto científico que buscaba instalarse en El Leoncito (San Juan), en el marco de un acuerdo entre el Observatorio Nacional Chino, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), y el Gobierno de San Juan. No obstante, el convenio original sería firmado en 2015, bajo la administración gubernamental de Cristina Fernández de Kirchner.
Sin embargo, el acuerdo entre las cuatro partes mencionadas sería firmado luego de que en diciembre de 2016, la Embajada de Argentina en China informara al Observatorio Astronómico Nacional de China, la postura oficial de Argentina – procedimiento común a nivel diplomático bilateral – comunicando no haber encontrado objeciones para la implementación del Proyecto CART. De este modo, comenzaron los trámites para la implementación del radiotelescopio argentino-chino.

No obstante, la instalación del radar argentino-chino no comenzó, sino hasta el año 2020, cuando el país se encontraba nuevamente bajo el poder kirchnerista. En 2023, llegaron al país las piezas clave del radiotelescopio, con una antena de 40 metros de diámetro y una inversión estimada en U$S 350 millones, bajo un objetivo estrictamente científico de observación astronómica y cooperación científica internacional. De acuerdo a la Universidad Nacional de San Juan, el radiotelescopio tiene una “tecnología única de su tipo en Sudamérica”, lo que permitiría posicionar a San Juan y al país “en un sitio de privilegio internacional”.
Hasta el momento, la instalación del radiotelescopio estaba en un elevado porcentaje de construcción en la Estación de Altura, ubicada en Barreal (San Juan). Sin embargo, el acuerdo caducaría en junio de este año. La Universidad Nacional de San Juan advertiría entonces, que a pesar de haber caducado el acuerdo, desde el 3 de septiembre, hay un cargamento proveniente de China, en la Aduana, con piezas clave para la estructura del radiotelescopio en construcción.
A principios del mes de octubre, la institución educativa le solicitaría al Gobierno Nacional garantizar la continuidad del proyecto científico, en construcción, alegando su autonomía universitaria, dado que a partir de la Ley 24.521 de Educación Superior, la institución tiene la posibilidad de suscribir acuerdos científicos, de forma bilateral, con cualquier institución nacional o extranjera. Además, la Universidad Nacional de San Juan exigiría que se continúe con su formato original, es decir, que sea suscrito por las cuatros partes iniciales, mencionadas previamente.

El Consejo Superior sobre el proyecto CART alienta “la necesaria continuidad sin más demoras del Proyecto CART e instamos a las autoridades científicas nacionales y de la Cancillería argentina a continuar con el apoyo de los acuerdos firmados desde 2015”, en el marco de una declaración, y alerta sobre “la evidente injerencia de intereses extranjeros que condicionan los destinos de la ciencia y el desarrollo tecnológico de la Argentina, que afecta particularmente la cooperación científica internacional con China y, en consecuencia, al proyecto CART”.
Los motivos del Gobierno Nacional
Recientemente, el Gobierno Nacional tomó la decisión de cancelar y suspender el avance de la construcción del radar argentino-chino. Esta decisión se enmarca dentro de la agenda nacional de revisión de acuerdos con China, impulsada desde la administración de La Libertad Avanza. Si bien el proyecto se presentaba como una iniciativa con aparentes fines científicos, el Gobierno Nacional revisó este proyecto, en el marco de su agenda nacional de evaluación de proyectos chinos. De acuerdo a una serie de fuentes oficiales, el proyecto dependía del Partido Comunista Chino y tenía más alcance que el proyecto, que ya opera en Neuquén, formalizado bajo la administración de Cristina Fernández de Kirchner.

El convenio que autorizaba el desarrollo del segundo radar, que se instalaría en San Juan, venció este año y el Gobierno decidió no renovarlo. En esta línea, la principal preocupación del Gobierno Nacional era el posible uso dual – científico y militar – del radar en construcción, similar al que ya opera en Neuquén y el Gobierno sigue de cerca, ante la inquietud de Estados Unidos por la adjudicación de una falta de supervisión argentina, dado que “no se sabe qué hacen los militares chinos allí”, en palabras del ex Embajador de Estados Unidos en el país (Marc Stanley). De acuerdo a fuentes especializadas en la materia, el convenio, que el Gobierno Nacional decidió no renovar, por medio del CONICET, le reconoció soberanía a China sobre territorio argentino, donde se alberga la instalación de la atenta, que resultaba ser operada por personal enviado chino.

Asimismo, el cambio en materia de política exterior explica, en buena parte, esta decisión del Gobierno de Javier Milei. El cambio en el rumbo ideológico de la política exterior argentina, explica la decisión de suspender la construcción del CART, bajo el alineamiento automático hacia Estados Unidos e Israel. La decisión podría analizarse, en este sentido, como un guiño del Gobierno argentino hacia Estados Unidos, que busca limitar la proyección de poder y expansión de China en el territorio nacional, bajo pretextos y argumentos de cooperación científica y tecnológica.
La expansión tecnológica de China es seguida de cerca por Estados Unidos, con desconfianza, en tanto el país asiático busca incentivar la proyección de poder, a través de la construcción de infraestructura crítica y proyectos de cooperación científica, no solo en Argentina ni en América Latina, sino en todo el mundo, desafiando la posición relativa de poder del hegemón occidental.
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