El Gobierno Nacional ha decidido suspender la aplicación de las vacunas para la fiebre aftosa, mientras se designa a un nuevo titular para el cargo de Coordinador General de Fronteras y Barreras Sanitarias, dependiente de la Dirección Nacional de Operaciones del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria. En este escenario y considerando que la agroindustria es el principal mercado exportador del país, resulta importante analizar el impacto y las implicancias que esta medida tiene en el comercio internacional.
A través de la Resolución N°711/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina (SENASA), el Gobierno Nacional oficializó una serie de cambios y modificaciones en el plan de vacunación contra la fiebre aftosa, que entrará en vigencia, a partir del próximo año. La fiebre aftosa es una enfermedad viral animal, que afecta a la producción de ganado, sumamente contagiosa entre animales, a través de secreciones, excreciones y leche, y afecta tanto a bovinos, porcinos, ovinos y caprinos, entre otros. Si bien no suele ser letal en los animales adultos, los deja muy debilitados e introduce severos desafíos para la producción ganadera. Sin embargo, en los animales jóvenes sí suele tener una tasa de letalidad mayor.
Recientemente, el Gobierno Nacional tomó la decisión de que en la segunda campaña de vacunación, del próximo año, se dejarán de inocular vaquillonas, novillos, novillitos y toritos, generando un ahorro cercano a 14 millones de dosis. El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación Argentina, Federico Sturzenegger se refirió a los alcances de la medida y defendió los cambios impulsados, al explicar que “baja u$s 20 millones los costos de la ganadería”. De igual manera, se determinó que los establecimientos de engorde a corral deberán vacunarse solo en la segunda campaña, quedando exceptuado de la primera, lo que permitirá una disminución de casi 2 millones de dosis, con un ahorro estimado de U$S 3 millones.
De acuerdo a la explicación del Ministro Sturzenegger, el Gobierno Nacional busca “evitar la vacunación de ejemplares que ya recibieron previamente varias dosis o que están prontas a faenarse”, lo que “redunda en una baja de unos US$ 20 millones anuales en los costos de la ganadería, en definitiva una baja de costos para las familias argentinas”. La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación explicó que la medida generará un reducción de 16 millones de dosis de la vacuna contra la fiebre antiaftosa, lo que contempla un ahorro estimado de 25 millones de dólares, para los productores.
Además, se buscó resaltar que esta medida no compromete la sanidad animal ni el comercio internacional argentino. Incluso, se destacan beneficios adicionales, como el menor estrés para los animales, lo que en el largo plazo evita la disminución de su peso; la pérdida productiva; y la reducción de mermas en los frigoríficos. Paralelamente, esta semana, el Gobierno Nacional designó, transitoriamente, al médico veterinario Facundo Frick como Coordinador General de Fronteras y Barreras Sanitarias, dependiente de la Dirección Nacional de Operaciones del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria.
La palabra de las entidades y los referentes del sector
En términos generales, las entidades y los referentes del sector ganadero habían apoyado, inicialmente, la decisión del Gobierno Nacional de modificar la estrategia y el plan de vacunación contra la aftosa. En este sentido, la primer entidad que salió a hablar sería la Sociedad Rural Argentina, quien bajo la conducción de Nicolás Pino, sostuvo que “el anuncio de modificar el plan de vacunación contra la aftosa nos deja saber que podemos dialogar con el Gobierno y ese intercambio se traduce en medidas que mejoran la producción del campo y reducen sus costos”.
De hecho, frente a las críticas y la preocupación de una parte de la opinión pública, la Sociedad Rural Argentina expresaría que “la posibilidad de dejar de vacunar no debe abordarse como una decisión aislada o improvisada, sino como parte de una estrategia nacional cuidadosamente planificada, basada en evidencia técnica y epidemiológica, con un enfoque gradual, regionalizado, y con un fuerte componente de articulación institucional”, respaldando al Gobierno Nacional.
Desde la Asociación Argentina de Angus, se mostraron conforme con la decisión de la administración de Javier Milei. En tanto, su Presidente, Alfonso Bustillo, señaló que “como productor creo que está bueno que bajemos costos si son innecesarios”. No obstante, señaló la importancia de la fiebre aftosa y recalcó la necesidad de estar atenta a ella. En este sentido, Bustillo remarcó que “hay que tener siempre memoria de que la aftosa es un flagelo. Si el Servicio de Sanidad Animal, el SENASA, está de acuerdo, sus técnicos han estudiado el tema y están tranquilos con la medida que se toma, me parece muy bienvenida”. Hasta el momento, el resto de las entidades del sector ganadero no se han expresado.
La salud del rodeo y el impacto en el comercio internacional
Si bien, desde la Secretaría de Agricultura de la Nación han afirmado que la medida no conlleva ningún inconveniente ni riesgos sanitarios; la decisión ya comienza a preocupar y alertar a buena parte del sector y especialmente, a los productores, quienes temen perder la reputación sanitaria, que tantos años les ha costado conseguir. Cabe destacar que, desde la epidemia de la temporada 2000-2001, gracias al Plan Nacional de Erradicación de la fiebre aftosa ejecutado por SENASA, el país logró ser reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), como “libre de Fiebre Aftosa”.
Sin embargo, desde la Secretaría de Agricultura sostienen que “esta adecuación no pone en riesgo la sanidad animal ya que luego de la segunda vacuna antiaftosa, se garantiza la inmunidad por el período de un año”. De hecho, aseguran que la reducción de las dosis contra la fiebre aftosa estaría alineada con la estrategia y la política de otros países del Cono Sur, como Uruguay y Paraguay, quienes también vacunan contra la aftosa.
Pese a esta información, el mercado agroexportador argentino podría enfrentar severos desafíos, producto de esta medida. Sobre todo, teniendo en consideración que países como Chile e incluso China, ya comenzaron a suspender la compra de carne argentina. El cambio regulatorio del Gobierno Nacional podría generar un nuevo foco de conflicto, con impacto directo en la canasta comercial de la Nación argentina. La reputación sanitaria que tantos años costó conseguir ya preocupa a los productores, quienes consideran que podría afectar el vínculo comercial con socios estratégicos como la Unión Europea, Gran Bretaña, Japón y otros, quienes demandan y exigen altos controles de calidad sanitaria.
La reciente decisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria puede poner en peligro el estatus de calidad sanitaria que el país y los productores argentinos, lograron conseguir, luego de muchos años de esfuerzo; y comprometer a un mercado, que genera 50 millones de dólares en operaciones de exportación y más de 200.000 empleos. Además, la Resolución N°460/2025 del SENASA autoriza el traslado de carne con hueso y material genético de animales susceptibles a la fiebre aftosa, dentro del país, desde zonas libres de la enfermedad con vacunación, hacia zonas sin vacunación de la región patagónica.
En la Argentina, existen zonas libres de la enfermedad, donde se vacuna a los animales, pero otras zonas, como la Patagonia argentina, al sur del Río Colorado, donde no resulta necesario vacunar al ganado, dado que el virus no circula allí. Ello resulta bien valorado por los países importadores de carne y productos derivados. Sin embargo, la mencionada flexibilización sanitaria, que comenzó con la Resolución 460/2025 y se agudizó con la reciente Resolución 711/2025, ya comenzó a generar efectos adversos en el comercio internacional, con la decisión del Ministerio de Agricultura de Chile de suspender las importaciones de carne argentina y todo producto de origen animal, provenientes de la Patagonia argentina. Si bien la exportación de carne a Chile no resulta significativa, la medida afecta a todos los derivados, como el cuero y la lana, y pone en peligro a otros mercados exportadores de la agroindustria.
De esta manera, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile dejó de reconocer a la Patagonia argentina como una zona libre de fiebre aftosa, sin vacunación, lo que regía desde el año 2008. El organismo chileno considera que la flexibilización sanitaria, dispuesta por la Resolución 460/2025 “representa un cambio en las condiciones presentadas y evaluadas por la SAG, que otorgaron el reconocimiento de zona libre de fiebre aftosa sin vacunación”. Sin embargo, según se conoció, este mes podría llegar al país una comitiva de Chile, que buscará verificar las condiciones epidemiológicas del terreno y las medidas aplicadas por SENASA, para determinar la factibilidad del restablecimiento de las importaciones.
En este contexto, y ante la reciente decisión de modificar el plan de vacunación contra la fiebre aftosa, por considerar “innecesaria” la misma, el vínculo comercial con Europa podría verse severamente afectado, impactando, de lleno, en la balanza comercial de la Argentina, quien se estima que seguirá de cerca los resultados de la inspección chilena. Enrique Jamieson, Presidente de la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz (FIAS), advirtió que lo más preocupante sería que la Unión Europea adopte una postura similar a la de Chile. En este sentido, Juan Uccelli, Director Ejecutivo de la Cámara de Frigoríficos Ovinos y Bovinos de la Patagonia (CAFROPAT), remarca que “el año pasado la OMSA aprobó el comercio de mercadería con hueso de lugares con vacunación a los lugares sin vacunación, pero los países que votaron en contra fueron Chile, Reino Unido, la Unión Europea, Japón, todos los que nos compran a nosotros”. De hecho, todos estos países, exigen que los cortes con hueso, provengan de zonas libres de aftosa, sin vacunación.
En paralelo, el Ministerio de Comercio de China decidió prorrogar, hasta noviembre, el plazo de resolución de una investigación que se está realizando sobre la carne importada argentina. Inicialmente, la resolución se conocería en agosto. Sin embargo, producto del reclamo de la industria cárnica china, que denuncia una caída de los precios, por la sobreoferta, la investigación fue prorrogada hasta noviembre de este año. No obstante, el sector agroexportador argentino consideró positiva la prórroga, dado que permite ganar tiempo y mantener las operaciones de exportación, durante el segundo semestre del año; considerando que durante el primer semestre de este año, la Argentina fue el único país del Mercosur que redujo el volumen de sus exportaciones de carne vacuna, en comparación con los primeros seis meses del 2024.
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