La gestión de Javier Milei enfrenta un escenario de desconfianza estructural que trasciende lo económico: según el Índice de Percepción de la Corrupción 2024, elaborado por Transparencia Internacional, Argentina obtuvo 37 puntos sobre 100 y se ubicó en el puesto 99 de 180 países. La medición se suma a los recientes datos confirmados por un estudio de la consultora Zentrix, que afirma que la mayoría de los argentinos no confía en los datos oficiales de inflación que publica el INDEC.

Con una puntuación de 180 países de todo el mundo, el Índice de Percepción de la Corrupción es el principal indicador mundial de la corrupción en el sector público, realizado por Transparency.org. En ese contexto, “Argentina ha obtenido una puntuación de 37 este año, con un cambio de 0 desde el año pasado, lo que significa que ocupa el puesto 99 de 180 países”, destaca el informe.
Metodología de corrupción y posicionamiento de Argentina
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) utiliza una escala de 0 a 100, donde 100 es “muy limpio” y 0 es “muy corrupto”. La última investigación, que tiene en cuenta el año 2024, concluye con resultados precisos: por séptimo año consecutivo, Dinamarca encabeza la clasificación, con una puntuación de 90 puntos, seguido por Finlandia y Singapur, con puntuaciones de 88 y 84, respectivamente. Nueva Zelanda se mantiene entre los 10 primeros, junto con Luxemburgo (puntuación del IPC: 81), Noruega (81), Suiza (81), Suecia (80), Países Bajos (78), Australia (77), Islandia (77) e Irlanda (77).
Otra de las cuestiones más precisas de tal estudio recae en que el índice remarca el contraste entre las naciones con instituciones fuertes e independientes y elecciones libres y justas de las que no. Según la organización, las democracias plenas tienen una media de 73 puntos en el IPC, mientras que las democracias imperfectas tienen una media de 47 y los regímenes no democráticos de sólo 33 puntos.

Y aunque 32 países han reducido significativamente sus niveles de corrupción desde 2012, 148 países han permanecido estancados o han empeorado durante el mismo periodo. Específicamente, la gestión Milei, medida por primera vez, repite el puntaje de 2023 durante el gobierno de Alberto Fernández, pero con un retroceso en el ranking global y en credibilidad.
“El aumento de las restricciones a la información pública y la participación ciudadana es uno de los retrocesos más significativos en toda la región. En Argentina (37), un nuevo decreto redefinió los conceptos de información pública y privada, limitando el acceso de la población a la información, mientras que la cantidad y la calidad de las respuestas del poder ejecutivo a las solicitudes de información disminuyeron”, destaca la investigación.
Poca creencia en las estadísticas
En paralelo, un estudio de la consultora Zentrix reveló que el 67,4% de los argentinos no confía en los datos oficiales de inflación que publica el INDEC. La percepción de manipulación estadística se acentúa en votantes opositores, pero también alcanza al 43,8% de los seguidores de Milei: solo un 29,9% respalda las cifras oficiales.
Específicamente, el 64% de los encuestados evalúa negativamente la situación económica nacional, y más del 40% considera que su situación personal es mala o muy mala. La inflación, convertida en un fenómeno político, erosiona la credibilidad institucional y alimenta el malestar social. Cabe aclarar que esta percepción está fuertemente influenciada por la identidad política, generando una marcada polarización, pero el estudio también refleja un escenario económico adverso para la mayoría.
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