Según datos publicados recientemente por la Fundación Observatorio Pyme (FOP), el 33% de las empresas argentinas perdió mercado en el segundo trimestre, ya que la presión de las importaciones avanza sobre la cadena productiva nacional. El estudio relevó 407 firmas, indicando que el 45% de las empresas se siente amenazada por la competencia externa, el registro más alto desde 2007.

Para el titular de FOP, Federico Poli, el fenómeno responde a la combinación de apertura comercial, atraso cambiario, tasas altas y falta de crédito. Y es que los datos del INDEC confirman la tendencia, ya que en junio las importaciones sumaron 6.370 millones de dólares, un salto del 35,9% interanual.
Posiblemente, el aumento de costos internos y la caída de la demanda interna sean los principales factores que agravan la pérdida de competitividad de las empresas argentinas frente a bienes importados. Puntualmente, porque los bienes de consumo casi duplicaron su peso en un año, pasando del 8% al 14%, creciendo también las compras de piezas y accesorios, bienes intermedios y de capital.
Los textiles y el empleo en jaque
Tal y como expresó el medio La17, el golpe más duro lo sufren textiles y el calzado. En número, el 51% resignó ventas frente a productos importados. Pero el impacto también se observa en otros rubros: en metalmecánica la pérdida llegó al 42%, en caucho y químicos al 37%, en muebles y madera al 31% y en alimentos y bebidas al 10%.

Luciano Galfione, presidente de Fundación Protejer, señaló que en textiles la situación es crítica. “El 70% del mercado es importado”, destacó, afirmando que en el último año cerraron 300 empresas del rubro. En este contexto, China aparece como el principal origen de esta competencia para el 73,3% de los empresarios, seguida por Brasil con el 16,6%.
Otra consecuencia directa de esta situación es el deterioro del empleo, donde la ocupación industrial cayó 4,7% interanual y una de cada cuatro empresas redujo su personal. Para Marcelo Fernández, de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), la apertura gubernamental sin las medidas correspondientes de resguardo provocó suspensiones, adelantos de vacaciones y despidos en varias ramas de la industria.
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