La cartera de Seguridad Nacional, dirigida por la ministra Monteoliva, avanzó con un recambio completo en la conducción de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), en el marco de la reconfiguración de las fuerzas federales. A través del Decreto 902/2025, publicado en el Boletín Oficial, se aceptaron las renuncias de las máximas autoridades de la PSA y se designó una nueva dupla de conducción política-operativa para la fuerza encargada de la seguridad en aeropuertos y terminales aéreas del país.
El decreto firmado por el presidente Javier Milei y la ministra Monteoliva aceptó, con efecto al 10 de diciembre de 2025, la renuncia del doctor Alfredo Hernán Gallardo como Director Nacional de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Gallardo había sido nombrado en el cargo en diciembre de 2023, bajo el Decreto 36/23.
En su lugar, a partir del 11 de diciembre, se designó al doctor Carlos Alberto Tonelli Banfi como nuevo Director Nacional de la PSA, en línea con lo establecido por los artículos 18 y 19 ter de la Ley de Seguridad Aeroportuaria N° 26.102, que regulan la estructura y el mando de la fuerza.
En paralelo, el Gobierno aceptó la renuncia del Comisionado General (R) Miguel Ángel Martino como Subdirector Nacional de la PSA, también con vigencia al 10 de diciembre de 2025. Martino había sido designado en diciembre de 2023 mediante la Decisión Administrativa 109/24. La subdirección será ocupada, desde el 11 de diciembre, por la Comisionado General Verónica Valeria Paolino, quien asume como Subdirectora Nacional. Su llegada consolida un binomio de conducción que combina perfil jurídico y trayectoria en la fuerza, en un área clave para la seguridad de la aviación civil y el control de flujos en aeropuertos.
Reorganización en Seguridad y rol estratégico de la PSA
Con estas designaciones, el Ministerio de Seguridad Nacional continúa el proceso de reorganización de mandos en las fuerzas federales, buscando alinear la conducción de la PSA con los lineamientos de la gestión Milei-Monteoliva en materia de lucha contra el crimen organizado, control fronterizo y protección de infraestructuras críticas. La PSA tiene un rol central en la prevención de delitos complejos vinculados al tráfico de drogas, terrorismo, trata de personas y contrabando en terminales aéreas.
Un cambio en la cúpula implica, además de un recambio de nombres, la posibilidad de redefinir prioridades operativas, coordinación con otras fuerzas y articulación con organismos de inteligencia y agencias internacionales. Aunque el decreto se limita a formalizar renuncias y nombramientos, el movimiento encaja en una lógica más amplia de “reordenamiento” del dispositivo federal de seguridad, en un contexto de mayor exigencia sobre los controles en aeropuertos, tanto por razones de seguridad interna como por presiones y estándares internacionales.
La nueva conducción de la PSA tendrá por delante varios desafíos: consolidar la cadena de mando, revisar protocolos en materia de seguridad aeroportuaria, actualizar capacidades tecnológicas frente a nuevas amenazas (drones, ciberincidentes, cargas de alto riesgo) y mejorar la coordinación con la aviación civil y organismos reguladores.
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