La industria textil se enfrenta a una creciente crisis, producto de la apertura de las importaciones y la baja de la demanda local, que ya habría generado una pérdida de 11.500 puestos de trabajo, según aseguran los textiles. En este escenario, de acuerdo a los números presentados por este sector de la economía nacional, se asegura que ya cerraron alrededor de 380 empresas del rubro, a la vez que, las fábricas estarían trabajando al 57% de su capacidad instalada, por la baja del consumo. A ello, ahora se le suma una pérdida de 11.500 puestos de empleo registrados.
El sector textil es uno de los principales rubros, que desde hace meses, ha estado advirtiendo un significativo retroceso en su actividad productiva, como resultado de una serie de factores, entre los que se destacan el crecimiento de las importaciones y el auge de las plataformas comerciales extranjeras, la pérdida del poder adquisitiva de los consumidores, la baja del consumo y la apreciación cambiaria. Esta luz de alerta de la industria textil nacional pareciera estar lejos de apagarse, con cifras que preocupan al empresariado local.

De acuerdo al último relevamiento que realizó la “Fundación Pro Tejer”, la utilización de la capacidad instalada de las fábricas del sector, durante este año, promedia el 57%. Esto quiere decir que, casi la mitad de la actividad productiva en las fábricas del rubro está paralizada. Lo que tiene sentido, si se considera que la producción del sector, entre enero y julio de 2025, cayó un 14,5%. Además, de acuerdo al informe técnico, “Industria Manufacturera” del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC), la división de la industria que más caídas presentó, en agosto de 2025, fue la de los productos textiles, con un -18,1%, mientras que la división de prendas de vestir, cuero y calzado, registró una caída interanual del 14,1%.
La caída de la industria textil y especialmente, de la indumentaria, es un tema al que se le ha dado especial cobertura desde El Estratégico, alertando el impacto que el auge de las plataformas comerciales extranjeras, principalmente de origen chino, como Shein y Temu, han estado teniendo en la industria nacional. Entre diciembre de 2023 y junio de 2025, se estima que cerraron alrededor de 380 empresas del rubro, lo que equivale al 6% de establecimientos dedicados a la industria textil, la indumentaria, el calzado y el cuero. A la vez, durante el mismo período, se registró una pérdida de 11.500 puestos de trabajo. Con fábricas cerradas, una severa caída del empleo, la inversión frenada y el aumento de las importaciones, el panorama para la industria, en general, y para la industria textil, en particular, resulta poco alentador.

La palabra del empresariado textil
Desde la Fundación Pro Tejer, explicaron: “El modelo actual buscó desacelerar la inflación con tipo de cambio apreciado y un ancla en salarios y jubilaciones. Se sostuvo un dólar que aumentó consistentemente por debajo de la inflación y se utilizaron muchos recursos para sostener un tipo de cambio artificialmente bajo, que dificulta las exportaciones y abarata las importaciones”. La pérdida del poder adquisitivo de los consumidores, como resultado del incremento en los servicios y bienes, produjo una retracción en el poder de compra y en su defecto, en las ventas del rubro, sostienen desde el empresariado textil
En esta línea, “el peso de los gastos en servicios, alquileres y transporte achicó mucho lo que queda del salario para poder consumir bienes como la ropa. Se vio un fenómeno de consumo disociado: la clase alta pudo acceder a bienes de consumo, pero las clases medias y populares sufrieron más que proporcionalmente por la suba de los servicios” detalló la Fundación Pro Tejer, que explica este fenómeno y el impacto de la crisis de la industria textil en la matriz productiva nacional.

En este crítico escenario para la industria textil nacional, el crecimiento de las importaciones es otro de los factores decisivos, que impactó de lleno sobre la industria local. De acuerdo a las cifras oficiales, la importación de bienes creció alrededor de un 30% entre enero y agosto de este año, incentivada por las medidas del Gobierno Nacional, que oficializó la apertura de las importaciones. En esta línea, los empresarios locales advirtieron, en distintas oportunidades, que las políticas del Gobierno Nacional estaban impulsando y promoviendo la llegada de bienes extranjeros, a bajos costos, lo que incentivaba la competencia desleal e incluso, desequilibrada, para los comercios locales, que están sujetos a las condiciones y factores de la propia coyuntura económica local y deben someterse a altas líneas y cargas impositivas.

Expectativas para el futuro
De cara al futuro, las expectativas del empresariado textil no resultan alentadoras. De hecho, la luz de alerta, que inició hace tan solo unos meses atrás, pareciera estar lejos de apagarse, con cifras que, cada vez, preocupan más al empresariado local. Los empresarios nacionales avistan y proyectan una crisis prolongada, con una severa pérdida de rentabilidad y alta capacidad ociosa, pérdida de empleo y productividad y una sustitución del consumo nacional por los productos importados, tendencia que ha sido adelantada por este medio, a causa del auge de las plataformas comerciales internacionales, como Shein y Temu, contra las que las compañías y comercios locales no pueden competir. A lo que también, se le debe sumar el impacto sobre la balanza de pagos.
Las empresas textiles del rubro son conscientes de la baja del consumo y la pérdida de competitividad frente a las plataformas comerciales internacionales. Principalmente, a causa del aumento de los costos internos, la caída de la demanda interna y la apertura comercial. Hoy en día, la industria local es víctima de altos costos de producción y cargas impositivas y ocho de cada diez empresas locales del rubro han reducido significativamente sus ventas. Ante este escenario y con la preocupación de la industria textil e indumentaria local, la Cámara Argentina de la Indumentaria se propuso impulsar la “Ley Anti-Shein”, tomando el modelo de Francia de base. La disposición francesa ya comienza a ser utilizada como un modelo a seguir por diferentes países del mundo y ahora, también la Argentina se suma a esa lista de países que busca adoptar la “Ley Anti-Shein” para frenar el avance de esta plataforma comercial en el país y la región.

Por otro lado, los empresarios del rubro textil destacaron que “la industria está fuera de la consideración de este modelo. Las cosas que se hicieron fueron para no darle competitividad a la industria. Pareciera que el modelo se agotó, ya hace tres o cuatro meses”. En esta línea, se considera que “si sigue así, las cosas no van a ir bien para la mayoría de los sectores. Puede haber dos o tres con una dinámica independiente, pero para los que generan valor agregado y tienen una mirada federal, es preocupante”. El desafío de cara al futuro es descifrar cómo logrará adaptarse la industria textil argentina al escenario local y a una coyuntura económica poco alentadora, mientras el Fondo Monetario Internacional recorta sus proyecciones de crecimiento para el país y anticipa más desempleo.
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