El subgobernador de Bermejo, Franz Gutiérrez, alertó que la actividad comercial en la frontera con Argentina cayó de forma drástica en las últimas semanas, afectando el movimiento económico del municipio boliviano. La baja se explica, según indicó, por la depreciación de ambas monedas frente al dólar y por el endurecimiento de los controles argentinos en los pasos fronterizos.

“Actualmente la circulación de comercio en Bermejo ha bajado de manera considerable”, explicó la autoridad, señalando que la diferencia cambiaria desincentiva el flujo habitual de visitantes argentinos. Aun así, reconoció que la devaluación del boliviano mantiene cierto atractivo para el comercio transfronterizo.
Caída del intercambio y cierre de pasos informales
Gutiérrez denunció además el cierre de fincas y pasos no habilitados utilizados históricamente para el tránsito de productos, que hoy están bajo custodia del Gobierno argentino. Esta medida, dijo, “impide el ingreso de mercaderías bolivianas hacia Argentina” y ha reducido considerablemente el volumen de ventas locales.
La advertencia coincide con lo informado por El Estratégico el 18 de septiembre de 2025, cuando se detalló que el comercio entre Bermejo y Aguas Blancas cayó más del 70 % desde que la Gendarmería Nacional reforzó los controles en el norte argentino. El refuerzo, implementado mediante el Decreto 1112/24 y la Ley 24.059 de Seguridad Interior, habilitó la participación del Ejército Argentino y otras agencias en tareas de vigilancia fronteriza.
Contrabando a la inversa y control de seguridad
Anteriormente desde El Estratégico hemos señalado que la devaluación del boliviano había favorecido un flujo de contrabando a la inversa, con productos bolivianos ingresando a Argentina a precios más competitivos. El Gobierno argentino respondió con una estrategia de interdicción y control integral, destinada a frenar tanto el comercio informal como el tráfico ilícito.
A un mes de la implementación del nuevo esquema, los municipios fronterizos bolivianos —entre ellos Bermejo— sienten el impacto directo de la medida. Comerciantes y transportistas advierten sobre pérdidas económicas significativas, caída del empleo y menor circulación de dinero en las economías locales.

Mientras Bolivia busca negociar ajustes bilaterales que flexibilicen el intercambio, Argentina mantiene su política de control como parte de su plan de seguridad y trazabilidad fronteriza, priorizando la lucha contra el contrabando y el narcotráfico.
La situación evidencia la interdependencia económica y social entre ambos lados de la frontera y el desafío de equilibrar los objetivos de seguridad con la necesidad de sostener la actividad comercial que sustenta a miles de familias del norte argentino y sur boliviano.
Te puede interesar: Preocupación en Bolivia por la caída del comercio fronterizo tras el refuerzo de los controles argentinos
