El bloque peronista no logró reunir los dos tercios necesarios en el Senado para aprobar el proyecto que pretendía prohibir la eventual privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA). El anuncio fue anticipado por José Mayans el 29 de septiembre, cuando afirmó que el peronismo introduciría esa propuesta en la labor parlamentaria, de cara a la sesión en la que también se debaten el Garrahan y las Universidades Nacionales. Sin embargo, el 2 de octubre quedó claro que no consiguió los votos para blindar legalmente la empresa estatal.
Lo que implica vender el 44 % de Nucleoeléctrica
Tal y como adelantamos desde El Estratégico, el Decreto 695/2025 oficializó el esquema de privatización parcial de NASA, habilitando la oferta de hasta un 44 % del paquete accionario, mientras que el Estado conservaría el control mayoritario con un 51 %. Además, un 5 % se destinaría al programa de Participación Propiedad Pública (PPP), dirigido a trabajadores y pequeños inversores.
La medida llega en un momento clave para Nucleoeléctrica: la empresa ha generado récords energéticos —más de 10.449 GWh en 2024, con un factor de carga del 73,3 %—, pero depende de aportes estatales para sostener inversiones. En 2023, recibió transferencias por 700 millones de pesos para asegurar su operatividad. Entre los proyectos pendientes, están la extensión de vida útil de Atucha I (retorno estimado en 2027) y el programa ASECG II, esencial para el manejo de combustible nuclear gastado.
El marco legal respalda este giro: desde la Ley de Bases 27.742 aprobada en 2024, NASA quedó expresamente “sujeta a privatización”. Para el oficialismo, el ingreso de capitales privados responde al objetivo de mejorar eficiencia, diversificar riesgos y asegurar continuidad operativa, mientras que los críticos advierten peligros en la intervención de intereses privados sobre decisiones estratégicas como seguridad radiológica o los residuos nucleares.
Energía nuclear en el centro del debate
El revés parlamentario ocurre en un contexto de fuerte debate sobre el rol estratégico de la energía nuclear en el país. NASA no solo garantiza una parte sustancial del abastecimiento eléctrico nacional, sino que además constituye un sector sensible vinculado a la soberanía tecnológica y energética.
El proyecto peronista buscaba impedir que, en el marco de las discusiones por ajustes fiscales y eventuales privatizaciones, la compañía quedara expuesta a procesos de desinversión o transferencia parcial a capitales privados.
Próximos pasos
El tema podría volver a escena en próximas sesiones, especialmente considerando que el jueves el Senado también votará proyectos vinculados al Hospital Garrahan y a Universidades Nacionales, iniciativas que mantienen en tensión la agenda legislativa del oficialismo y la oposición.
Para el peronismo, la defensa de NASA se inscribe en una estrategia de preservar “empresas estratégicas” ligadas a la seguridad energética y a desarrollos de alta tecnología en un escenario de crecientes demandas de ajuste.
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