La economía argentina vuelve a estar bajo la lupa; según el último relevamiento del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), que analiza el Índice Líder (IL), la probabilidad de que el país abandone la fase expansiva y entre en recesión en los próximos meses trepó al 98,61% en agosto, el nivel más alto desde 2018. El dato no es menor: apenas un mes atrás, la probabilidad era del 56,16%.
El salto de más de 42 puntos porcentuales refleja la creciente fragilidad de la actividad económica en un contexto de tensión financiera y política. A grandes rasgos, la probabilidad de recesión que marca el Índice Líder es un llamado de atención contundente, ya que los datos de agosto muestran que la economía argentina se encuentra en una zona de riesgo extremo.
El Índice Líder y su señal de alerta
El Índice Líder (IL), diseñado para anticipar cambios de tendencia en el ciclo económico, cayó 4,72% en su versión desestacionalizada durante agosto de 2025, mientras que la serie tendencia-ciclo retrocedió 1,22%. Y si bien en la comparación interanual el indicador todavía muestra un leve crecimiento (0,20% en la serie desestacionalizada y 2,42% en la tendencia-ciclo), la dinámica mensual es la que preocupa: la caída abrupta sugiere que la economía podría estar entrando en una fase contractiva.
Cabe destacar que el IL se construye a partir de diez variables clave, entre ellas los Mercados financieros (Índice General de la Bolsa de Comercio (IGBC) y Merval Argentina); la actividad real (ventas de autos a concesionarios, despacho de cemento, producción industrial); indicadores de consumo y confianza (recaudación de IVA y el Índice de Confianza del Consumidor); factores externos y monetarios (precio internacional de la soja y agregado monetario M1)
El informe del CIF destaca que en agosto sólo dos de estas series mostraron variaciones positivas significativas: el precio de la soja y la recaudación del IVA. El resto se movió en terreno negativo, lo que explica que el Índice de Difusión se ubicara en apenas 20%, un nivel históricamente bajo.
¿Qué significa este escenario?
Aunque todavía no se registran dos trimestres consecutivos de caída en el EMAE —la definición técnica de recesión—, el salto en la probabilidad de recesión implica que las condiciones están dadas para que ocurra. La economía argentina viene de un breve período de recuperación tras la recesión de 2023-2024, pero los últimos datos sugieren que ese rebote podría agotarse rápidamente.
La caída del IL refleja desaceleración en la inversión, debilidad en el consumo y señales de fatiga en la producción industrial. A esto se suma un clima financiero volátil, con tensiones cambiarias y tasas de interés elevadas que restringen el crédito. En términos políticos, la incertidumbre también juega un rol: la falta de consensos claros sobre el rumbo económico y las tensiones sociales generan un entorno poco propicio para sostener la expansión.
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