Finalmente, tras las especulaciones y las expectativas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este jueves un nuevo desembolso para la República Argentina. El día de ayer, el personal técnico del FMI y las autoridades argentinas acordaron y aprobaron la primera revisión del programa económico de U$S 20.000 millones, suscrito en el mes de abril, que habilita el nuevo desembolso de U$S 2.000 millones.
A pesar de que el Gobierno Nacional no cumplió con la meta de acumulación de reservas netas, el organismo de crédito multilateral decidió avanzar con el desembolso, tras evaluar y destacar las medidas fiscales y monetarias implementadas por la administración de Javier Milei, especialmente la “sólida ancla fiscal” y la “postura monetaria estricta”. Sin embargo, resta que el desembolso sea aprobado por el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario, que próximamente podría estar liberando U$S 2.000 millones para la Argentina.

El origen del acuerdo económico
En el mes de marzo del corriente año, el Gobierno Nacional anunció que había negociado un acuerdo económico con el Fondo Monetario Internacional, por medio de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que daría de qué hablar y sería severamente criticado por la oposición y parte de la opinión pública. Sin embargo, el Gobierno envió el DNU N°179/2025, que determinaba la autorización del Poder Ejecutivo para la toma de crédito público, con amortización de diez años, al Congreso de la Nación, para formalizar su validez, que sería aprobada. Si bien, de esta manera, el programa económico con el Fondo Monetario Internacional contaría con validación legislativa, aún hasta día de hoy, la oposición y los diferentes sectores de la sociedad argentina ponen en tela de juicio el acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Javier Milei y el FMI.
El sector que principalmente rechazó la validez del DNU 179/2025 fue la oposición, encarnada en el kirchnerismo y la izquierda, quienes remarcaron que no existía necesidad real de tomar nueva deuda pública, teniendo en consideración los anteriores programas económicos que habían sido oficializados con el FMI, durante las presidencias de Mauricio Macri (2015-2019) y de Alberto Fernández (2019-2023).
Luego de la formalización de validez del DNU, el Ministro de Economía, Luis Caputo confirmaría la cifra del nuevo acuerdo económico que el Gobierno estaba intentando alcanzar con el organismo, con el objetivo de reforzar y respaldar las reservas del Banco Central, ante la salida del cepo cambiario. Según informaba Caputo en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, en el marco de la XXIII Conferencia Anual sobre Regulación y Supervisión de Seguros en América Latina ASSAL IAIS 2025, el programa económico sería de U$S 20.000 millones.

Sin embargo, mientras el Gobierno más avanzaba en el acuerdo el FMI, mayores críticas de la población recibía, especialmente por el contexto económico que atravesaba el país en marzo de este año, donde las multitudinarias protestas en materia de haberes jubilatorios eran las protagonistas de un nuevo capítulo de la historia económica argentina.
Sin embargo, por entonces, Caputo sostenía que “hay una intención de desestabilizar el Gobierno de Milei. Hay una especie de necesidad y urgencia de desestabilizarlo. La oposición canaliza esto organizando las cosas que han hecho en estas dos semanas, empezando por una marcha violenta que nos hizo recordar los peores momentos (…) Y después hubo una fuerte intervención al más alto nivel para tratar de voltear la sesión en el Congreso donde se pedía la posibilidad de tener un acuerdo con el Fondo”.

El Gobierno anticipaba un nuevo desembolso en mayo
Finalmente, el 11 de abril, el Directorio Ejecutivo del FMI aprobaría el programa económico acordado entre el staff técnico del organismo y las autoridades argentinas por U$S 20.000 millones e inicialmente, haría un desembolso inicial e inmediato de U$S 12.000 millones para el país. Con el objetivo de fortalecer las reservas del Banco Central y estabilizar la economía, tras la salida del cepo cambiario, el Gobierno esperaba que el organismo le diera luz verde al nuevo desembolso. Luego de vastas y extensas negociaciones con el organismo multilateral, así sucedió. Para el FMI, la rápida desinflación, la recuperación de la actividad económica y la agenda de reformas estructurales macroeconómicas y financieras han sido indicios de que la Argentina va por buen camino.
Sin embargo, en el mes de mayo, el Gobierno ya anticipaba la llegada de un nuevo desembolso de U$S 2.000 millones, tras los 12 millones que habían sido recibidos en abril. Se esperaba que dicha suma de dinero llegara en el mes de junio, independientemente de si el país lograba cumplir con las primeras metas de acumulación de reservas internacionales, que fijaba el acuerdo para mitad de año. En este sentido, resulta necesario resaltar que, el programa aprobado por el Directorio del Fondo establece revisiones trimestrales de metas fiscales, monetarias y de acumulación de reservas, siendo la primera de ella en junio. En este sentido, el programa económico acordado establecía que la Argentina debía acumular, al menos, 4.400 millones de dólares en reservas internacionales netas, entre finales de marzo, cuando se concretó el acuerdo, y mediados de junio.

No obstante, se observaba que las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) habían estado en baja. Para el mes de junio, el Gobierno necesitaba adquirir y sumar nuevas reservas internacionales para la primera revisión del acuerdo. Pese a ello, en el Gobierno Nacional se respiraba cierto optimismo por los avances del programa económico y las señales que daban los mercados, aunque las dudas sobre la sostenibilidad comenzaban a asomarse.
Advertencia técnica del Banco Central
Pese a ello, en el mes de mayo, el Banco Central ya advertía la falta de reservas internacionales netas e informaba que la Argentina debía acumular más reservas para cumplir con las condiciones del acuerdo con el FMI. Para el 13 de junio, el Gobierno debía hacer que el Banco Central tenga acumulado alrededor de 4.500 millones de dólares, dado que a mediados de dicho mes, el Fondo evaluaría el primer objetivo de acumulación de reservas netas del Banco Central, acordado por U$S 5.000 millones.
De acuerdo a la información que se manejaba en ese entonces, se estimaba que el Gobierno mantendría su postura de evitar comprar dólares en el mercado interno, mientras el dólar oficial oscilara entre las bandas fijadas, a partir del nuevo esquema cambiario, que establecía que el Banco Central sólo podía comprar divisas en el Mercado Libre de Cambios (MLC), cuando el tipo de cambio oficial mayorista perfore el umbral inferior de $1.000. El régimen cambiario era, sin dudas, el principal obstáculo del Gobierno, en esos momentos. Pero, incluso, a pesar de la llegada de dólares al país, por parte de las cerealeras, el Gobierno mantenía su postura de no intervención. Solo en el mes de mayo, los exportadores ingresaron en promedio 145 millones de dólares por día.

Sin embargo, la postura oficial que mantenía el Gobierno en el mes de mayo dificultaba el cumplimiento de la meta de acumulación de reservas netas, pactada con el Fondo. Precisamente, bajo la premisa de no intervención en el mercado de cambios, las reservas del Banco Central habían caído más de U$S 1.000 millones, tras el giro de fondos del FMI y el Banco Mundial por 13.500 millones de dólares. Desde el Gobierno aseguraban que cumplirían las metas pactadas con el Fondo Monetario Internacional, a través de un “repo” u otro tipo de mecanismo financiero. Sin embargo, en el mercado prevalecía la creencia de que la mayor independencia de política económica se obtiene con dólares propios en el Banco Central, una concepción muy diferente a la que sostenía el Gobierno.
Medidas compensatorias: la estrategia de acumulación del Gobierno
En este contexto, el Gobierno Nacional buscaba sumar reservas, sin que el dólar toque el piso de la banda de flotación establecida, precisamente, para cumplir con las condiciones y las metas del acuerdo económico. Para ello, la administración de Javier Milei determinó medidas compensatorias y ajustó su estrategia de acumulación, ante la extensión del plazo de revisión del staff técnico del organismo. Inicialmente, el staff evaluaría el cumplimiento de la primera meta de acumulación de reservas del Banco Central el 13 de junio. Sin embargo, el Gobierno logró una extensión de este plazo, obteniendo una ventaja para alcanzar los U$S 4.000 millones que le faltaban para completar la cifra del primer objetivo (U$S 5.000 millones netos).
El cumplimiento de la meta fiscal mostraría el compromiso del Gobierno Nacional con el programa del FMI. Es por ello que, con tal fin, el Ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, anunció una serie de medidas y mecanismos que llevaría a cabo el Gobierno. En primer lugar, el Ministro destacó que el Tesoro Nacional compraría divisas, utilizando los pesos provenientes de su superávit fiscal alcanzado por la actual administración gubernamental, sin la necesidad de emitir nuevos pesos. Esta alternativa implicaba la intervención de la autoridad fiscal en el mercado cambiario, sin generar presión inflacionaria ni emisión monetaria.

Por otra parte, el Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos, que entró en vigencia el 1 de junio y busca incentivar el uso de los dólares no declarados por los ahorristas, fue interpretado como una estrategia del Gobierno para acelerar la acumulación de las reservas en el Banco Central. Otras posibles fuentes de ingreso y acumulación de divisas internacionales para el país eran la entrada de inversiones privadas, el financiamiento externo de compañías y/o provincias, la venta o concesión de activos del Estado Nacional, en cuya estrategia el Ministerio de Economía estaba trabajando activamente, y las privatizaciones, que serían impulsadas en el mes de julio, luego de la primera revisión del programa económico. En su momento, el Ministro Caputo explicaba que la forma en que se acumulan las reservas netas es decisión del Gobierno Nacional, donde se incluyen diferentes estrategias y alternativas, que no necesariamente implican que “el tipo de cambio tenga que ir al piso de la banda”.
Revisión técnica en Buenos Aires: la visita del FMI a la Argentina
A finales del mes de junio, finalmente la misión técnica del Fondo Monetario Internacional llegaría a la Argentina para evaluar las metas del acuerdo económico con la Argentina y realizar la primera revisión técnica. La misión estaría encabezada por el economista Bikas Joshi, Jefe de misión para la Argentina en el Departamento del Hemisferio Occidental, quien lideró la mesa técnica, y estaría acompañado de sus pares Ashvin Ahuja y Luis Cubeddu, quienes junto a los funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central revisarían los primeros números del acuerdo y programa económico, que contempla un financiamiento de U$S 20.000 millones para el país en un período de 48 meses, de los cuales resta desembolsar U$S 8.000 millones.

La vocera del organismo de crédito multilateral, Julie Kozak, en su habitual conferencia de prensa ya había adelantado que la visita de la misión técnica del FMI, pactada para el 24 de junio, sería “para evaluar el avance en los objetivos, las metas del programa y también para discutir los objetivos de la agenda de cara al futuro”. Tras su visita oficial, el equipo del organismo debió elaborar un informe de la evolución del programa económico, para que el Directorio del Fondo decida, finalmente, si aprueba el nuevo desembolso de U$S 2.000 millones. Desde el Gobierno Nacional sostenían que dicho desembolso sería realizado, independientemente de si se incumplía con el objetivo de acumulación de reservas fijado para mitad de año.
Tras la revisión, el FMI aprueba el nuevo desembolso
Según dio a conocer la agencia Bloomberg, este martes el Fondo Monetario Internacional estaba discutiendo y debatiendo el nuevo desembolso de U$S 2.000 millones, tras analizar y evaluar el programa de metas de la Argentina, luego de la visita de la misión técnica al país, en lo que fue un encuentro informal entre el staff técnico y el Directorio Ejecutivo del organismo. El debate formal, pactado para la próxima semana, definirá si, efectivamente, el Directorio aprueba o no dicho desembolso.
El Gobierno aguarda expectante el segundo desembolso de este programa económico, mientras obtiene nuevas y diferentes fuentes de financiamiento, ante el complejo escenario económico y financiero doméstico. Dentro del Fondo Monetario, el nivel de las reservas argentinas fue planteado como un problema que el Estado argentino debe solucionar y por ello, se recomendó realizar esfuerzos adicionales para su fortalecimiento. De hecho, es por ello, que el propio Caputo, se comprometió y aseguró que las reservas del Banco Central van a superar la meta, para finales del corriente mes, debido a que el Tesoro Nacional viene comprando dólares en el mercado local para acumular más reservas.
Finalmente, el día de ayer, se dio a conocer que el Fondo Monetario aprobó la revisión del acuerdo con las autoridades argentinas y confirmó el nuevo desembolso. El FMI destacó que el programa económico, implementado desde el mes de abril, ha tenido un “sólido comienzo”, sustentado en la continua implementación de políticas macroeconómicas “sólidas”, entre las que se destacan la “sólida ancla fiscal” y la “postura monetaria estricta”.

En el informe que se dio a conocer, se destaca que la transición hacia un régimen cambiario más flexible y la eliminación de los controles cambiarios ha sido desarrollada de manera ordenada. Es por ello que, como resultado de estas medidas y políticas, el FMI observa que “el tipo de cambio oficial se ha mantenido cerca del punto medio de la banda, el proceso de desinflación se ha retomado, la expansión económica ha continuado y la pobreza ha seguido disminuyendo”. En línea con los objetivos del programa económico, ambas partes llegaron a un consenso sobre el cumplimiento del ancla fiscal, la reconstrucción de las reservas internacionales, la reducción de la inflación y el marco monetario, que según el FMI, será complementado con nuevas medidas para “avanzar hacia una economía más abierta, resiliente y basada en el mercado”.
El comunicado del staff técnico del FMI anunció que esperan la próxima reunión con el Directorio Ejecutivo del organismo de crédito para tratar y evaluar la primera revisión, ahora sí en el debate formal, con el objetivo de oficializar el segundo desembolso a fines de este mes. Si bien el acuerdo con las autoridades argentinas desbloquea el potencial acceso a U$S 2.000 millones, este aún está sujeto a la aprobación del Directorio, que es quien tiene la decisión final. No obstante, según señala el propio comunicado, todo indicaría que la revisión sería aprobada la próxima semana, habilitando el nuevo desembolso, que resulta, más que necesario, para el Gobierno Nacional. El cumplimiento de las metas del programa, sobre todo del compromiso en materia de superávit fiscal, pese al incumplimiento del objetivo de acumulación de reservas netas, haría que el Fondo apruebe la primera revisión, otorgándole a la Argentina un waiver (perdón) por las reservas acumuladas, aunque no sin recomendar una serie de medidas tendientes a alcanzar dicho objetivo.
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