A inicios de esta semana la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, que depende del Departamento de Energía de los Estados Unidos, dio a conocer que ha logrado completar en tiempo récord la fabricación de la primera bomba nuclear de gravedad B61-13 para equipar a las Fuerzas Armadas de EE.UU. La novedad fue confirmada en la Planta Pantex por Chris Wright, quién se desempeña como actual Secretario de Energía estadounidense, al afirmar que el ensamblaje de la primera bomba se completó a menos de dos años del anuncio del programa al público y casi un año antes de la fecha originalmente estipulada.

Recogiendo algunas de las declaraciones realizadas por el secretario Wright: “La notable velocidad de producción del B61-13 demuestra el ingenio de nuestros científicos e ingenieros y la urgencia que enfrentamos para fortalecer la disuasión en una nueva era volátil. Tuve el honor de sellar hoy la primera unidad terminada en la planta Pantex en Amarillo, Texas, donde todos los esfuerzos de los laboratorios, plantas y sitios de la NNSA culminaron en este asombroso hito. Este logro demuestra la fortaleza estadounidense tanto a nuestros adversarios como a nuestros aliados.“
Ampliando en algunos detalles del nuevo armamento, el comunicado oficial de la NNSA recoge que la nueva bomba B61-13 se vale de la estructura productiva de su predecesora (la B61-12), cuya última unidad se terminó hace cinco meses; presenta además las mismas características de fiabilidad y precisión. Lo que agrega esta nueva versión, es un rendimiento especialmente orientado hacia la destrucción de “objetivos militares difíciles” de gran superficie, permitiendo contar con un reemplazo altamente capaz para sustituir las bombas B61 más antiguas.

Justamente, el empleo de capacidades y procedimientos ya existentes fue lo que permitió acelerar el proyecto en cuestión, tal y como lo manifestaba el Subadministrador Interino de Programas de Defensa, David Hoagland: “Acelerar la producción del B61-13, manteniendo los más altos estándares de seguridad y sin interrumpir nuestros otros seis programas de modernización, es un logro notable. Equilibrar el riesgo programático con la urgencia de la misión de disuasión demostró gran creatividad y previsión por parte de nuestros gerentes e ingenieros de programa. Confío en que muchas de estas prácticas podrán aplicarse a futuras iniciativas de modernización de armas, con prometedoras implicaciones para sus plazos de entrega.“
Por otra parte, cabe destacar que las nuevas B61-13 estadounidenses estarán certificadas únicamente para ser desplegadas desde bombarderos estratégicos (tales como los B-1, B-2 y B-52) que parten desde el territorio continental estadounidense. Ello demarca una importante diferencia en relación a otros modelos pertenecientes a la familia B61, los cuáles pueden ser lanzados desde un abanico mucho más amplio de plataformas de la Fuera Aérea de EE.UU., siendo este el caso de los cazas F-15 y F-16, además de los modelos furtivos F-22 y F-35.
*Créditos de las imágenes: NNSA
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