En la madrugada de hoy, las Fuerzas Armadas de EE.UU. llevaron a cabo una nueva demostración de sus capacidades de disuasión nuclear con el lanzamiento de un misil balístico Minuteman III desprovisto de ojivas y equipado con un vehículo de reingreso Mark-21, el cuál estuvo a cargo del Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea. Acorde ha sido informado, el lanzamiento se produjo desde las instalaciones de la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en el estado de California, que se constituyen como el principal campo de pruebas de este tipo para la mencionada unidad de la USAF.
Ampliando en detalles, el comunicado oficial estadounidense afirma que el lanzamiento se produjo como parte de sus actividades periódicas rutinarias para mantener en forma a sus capacidades de disuasión nuclear, asegurando que con ello se garantiza su eficacia y fiabilidad de cara a sus aliados y potenciales enemigos. Se ha hecho especial énfasis en la cuestión, despejando dudas respecto de que el hecho haya respondido a algún tipo de evento concreto en el escenario internacional y enmarcando la misma dentro de las más de 300 pruebas realizadas en el pasado.
Particularmente, el misil recorrió más de 6.800 kilómetros en dirección al Sitio de Pruebas de Misiles Balísticos Ronald Reagan (en el atolón de Kwajalein, Islas Marshall), donde los EE.UU. mantienen un importante número de sensores para evaluar el desempeño del mismo. En relación con esto último, la Fuerza Aérea estadounidense sostiene allí radares de alta fidelidad, sensores ópticos y de telemetría, cuyos datos obtenidos después son enviados a los equipos técnicos para su evaluación.
Recogiendo algunas declaraciones oficiales, destacan aquellas pronunciadas por el general Thomas Bussiere, quién se desempeña actualmente como comandante del Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea: “Este lanzamiento de prueba de ICBM subraya la fortaleza de la disuasión nuclear de la nación y la preparación del tramo ICBM de la tríada (…) Esta poderosa salvaguardia es mantenida por aviadores dedicados —misiles, defensores, operadores de helicópteros y los equipos que los apoyan— que garantizan la seguridad de la nación y sus aliados.“
Por su parte el coronel Dustin Harmon, actual comandante del 377.º Grupo de Pruebas y Evaluación (involucrado en el lanzamiento como unidad de apoyo), manifestaba: “El Minuteman III sigue siendo la piedra angular de la disuasión estratégica de nuestra nación, y la inquebrantable dedicación de los aviadores que garantizan su preparación es testimonio de su inherente letalidad (…) Su experiencia y compromiso son vitales para mantener esta fuerza creíble para la paz. De cara al futuro, estos mismos aviadores están allanando el camino para el misil balístico intercontinental Sentinel, garantizando una transición fluida a esta capacidad de nueva generación y la seguridad continua de nuestra nación.”
Haciendo alusión al mencionado futuro misil balístico intercontinental Sentinel, es menester destacar que se trata de uno de los programas más importantes de la Fuerza Aérea estadounidense para renovar sus capacidades de disuasión, siendo a su vez uno de los más problemáticos. Esto se debe principalmente a los importantes aumentos de coste asociados no sólo a su desarrollo, sino que además, a lo que se prevé sea una necesaria readecuación de los silos que los desplegarían en el futuro desde el territorio continental de EE.UU., lo que ya se tradujo en violaciones de la Ley Nunn-McCurdy de control presupuestario que sitúa en un 25% el margen de aumentos tolerables. La cuestión no es en absoluto menor, considerando que la institución tiene planificada la adquisición de un total de 634 misiles Sentinel y otros 25 ejemplares de práctica, con una capacidad operativa inicial prevista para 2029 que no llegaría a concretarse.
*Créditos de las imágenes: Sgt. Joshua LeRoi
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