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¿Hubo fraude en Ecuador?: Qué dicen los datos, los actores y los organismos

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Este domingo se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Ecuador, que dieron como reelecto al candidato oficialista y actual mandatario, Daniel Noboa, con el 55% de los votos, por sobre la candidata del correísmo, Luisa González, que cosechó apenas el 44%. En medio de los festejos sobre la Avenida Shyris, en el norte de Quito, la correísta denunció que hubo fraude y que “no reconoce los resultados”. Una posición que abrió la incógnita sobre la regularidad de los comicios, que puso en el ojo de la tormenta al Consejo Nacional Electoral. 

La candidata de Revolución Ciudadana expresó ante su militancia que “No reconocemos los resultados. Voy a ser muy clara, en nombre de los hombres, mujeres, los niños, los jóvenes a los que representamos todos los que estamos aquí. En nombre del pueblo que representamos, nosotros no reconocemos los resultados presentados por el CNE”.

Lo que llamó la atención, tras la denuncia de fraude por parte del correísmo fueron los números que había obtenido en la primera vuelta (44%) y los que apenas obtuvo en la segunda vuelta. En el balotaje, Luisa aumentó en 130.000, mientras que Noboa subió 1,28 millones de votos. A partir de esta comparación de números, el correísmo apuntó contra el CNE, que estuvo militarizado 24 horas antes de los comicios.

El Consejo Nacional Electoral vallado y militarizado. Créditos: Rocco Famularo, Escenario Mundial

Está claro que una elección en un país que sufre crisis institucionales desde principios del siglo y se encuentra en conflicto armado interno, levanta cualquier tipo de cuestionamiento, pero es la primera vez en Ecuador que una denuncia de fraude electoral levanta tanto vuelo, y escala a organismos internacionales, y lleva a líderes como Claudia Sheinbaum, Gustavo Petro y Lula da Silva a tomar diferentes posiciones. 

¿Qué dijeron los organismos internacionales sobre las elecciones en Ecuador?

Por el lado de la Organización de Estados Americanos, reconoció los resultados y a Noboa como presidente electo, pero difirió en algunas medidas tomadas por parte del presidente y el CNE de cara a los comicios, como fue la prohibición del uso del celular a la hora de la votación, como el “uso de recursos públicos y del aparato estatal con presuntos fines proselitistas durante la campaña”, apuntó contra Noboa, Heraldo Muñoz, jefe de la misión de la OEA.

 “La falta de claridad en las licencias para hacer campaña, el uso de recursos públicos y la celebración de elecciones bajo los estados de excepción. El Ecuador enfrenta desafíos profundos en materia institucional, social y de seguridad que exigen responsabilidad democrática”, manifestó en un vídeo Muñoz.

La OEA si hizo enfasis en el proceso electoral, y que deben ser mejorados. Desde la oposición criticaron a Noboa por no haber pedido licencia sin sueldo, como establece la ley ecuatoriana.  Este hecho “impactó en la equidad de la campaña electoral y debilitó la institucionalidad del Estado”, remarca el informe de la OEA. Los propios constitucionalistas de Ecuador describen que el accionar del presidente y su interpretación constitucional, siembra “serias dudas”, sumado a la designación de la nueva vicepresidenta, luego de suspender a la electa Verónica Abad, que reclamó suceder a Noboa, según marca la ley. En medio de su interna, Noboa designó por decreto a Secretaria de la Administración, Cynthia Gellibert.

Por último, a la misión de la OEA le preocupó el hecho de ir a elecciones en medio de un estado de excepción, decretado en las vísperas de los comicios. Estas fueron las principales preocupaciones de una de las misiones internacionales en Ecuador. “La Misión no tuvo conocimiento de documentación alguna que sustente las denuncias de irregularidades generalizadas”, concluyó el informe preliminar de la OEA. 

Mientras que, los observadores internacionales de la Unión Europea, repudiaron la denuncia del correísmo: “Aquellos malintencionados que han invertido grandes esfuerzos en generar incertidumbre en la población, desconfianza en las instituciones electorales y un relato de fraude masivo, sistemático, que rechazamos de plano”, dijo Gabriel Mato, jefe de la misión. 

¿Qué presidentes no reconocieron a Noboa?

Quienes sí se subieron al carro de Luisa González fueron líderes regionales como el presidente de Colombia, Gustavo Petro, que pidió que se publiquen las actas, la líder de México, Claudia Sheinbaum, que remarcó que las relaciones con Ecuador estan rotas, siempre y cuando Noboa sea el presidente, y el régimen de Maduro también respaldó a la correista denunciando fraude y que se publiquen las actas. 

Claudia Sheinbaum, presidenta de México; Gustavo Petro, presidente de Colombia; y Nicolás Maduro, líder del régimen venezolano

El caso Petro es particular, porque apunta contra Ecuador, pero contra Venezuela siempre buscó amagar cualquier tipo de pronunicamieno de fraude, mientras que contra Quito le tomó solo horas. El presidente de Colombia anunció haber recibido informes “preocupantes” sobre las elecciones en Ecuador. “Igual que en el caso venezolano, las cosas deben aclararse al máximo. Solo así tendré la seguridad de no equivocarme”, escribió en su cuenta de X, Petro. 

“Las zonas de mayoría de la oposición fueron puestas bajo estado de sitio y control militar dos días antes de las elecciones. La dirección de las elecciones siempre estuvo bajo vigilancia militar directa y armada con rostros en capucha. Cada mesa tuvo fuerte presencia militar uniformada y con armas”, denunció Petro. Pero estas acusaciones no se sustentan con el hecho en si, porque desde las Fuerzas Armadas de Ecuador se había advertido que se llevarían a cabo guardias de 48 horas en los recintos electorales para evitar cualquiier tipo de atentado. 

A Ecuador hay que leerlo con lentes del país más violento de la región, con la tasa de homicidios más alta, y como el nuevo epicentro de la ruta de la cocaína. No en términos ideológicos. Cabe aclarar, que Rafael Correa y Gustavo Petro son amigos, y el primero siempre defendió sus políticas.

Por otro lado, la canciller de Colombia, Laura Sarabia, reconoció a Noboa como el ganador de los comicios: “Felicitamos al nuevo presidente de la República de Ecuador, Daniel Noboa”. 

El caso de la posición de México, si se trata de una cuestión más política. La presidenta Claudia Sheinbaum, que en otro acto de enfrentarse a un presidente de la región, no reconoció los resultados en Ecuador, los cuales tildó de “dudoso”. 

Ecuador y México rompieron relaciones diplomáticas desde abril de 2024, cuando por una orden de Noboa, la Policia ecuatoriana irrumpió en la Embajada de Méixco en Quito, para detener al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, acusado de corrupción. El caso fue leído por la presidenta como una violación a su soberanía

“No se van a reanudar las relaciones y, además, fue muy dudoso su triunfo, en particular reconocido por la propia OEA (Organización de Estados Americanos), ya ni siquiera es otro organismo internacional”, manifestó durante su conferencia. “Nosotros, para empezar, no tenemos relaciones con Ecuador ni vamos a seguir teniendo relaciones con Ecuador mientras Noboa ejerza el cargo de presidente porque él fue el responsable de la invasión a la Embajada de México, a nuestra soberanía”, sentenció la presidenta.

Un caso que era de esperarse fue el pronunciamiento del régimen de Maduro, que denunció fraude y reclamó que se publiquen las actas. Este es el posicionamiento menos serio del resto, porque en julio pasado se llevaron a cabo las elecciones en Venezuela, y tras unos resultados sospechosos toda la región, incluso Estados Unidos y la Unión Europea, le pidieron que mostrará las actas. El régimen ignoró cualquier pedido formal, y terminó rompiendo relaciones diplomáticas con algunos países del continente. Únicamente, Gustavo Petro y Lula da Silva, no denunciaron fraude, pero reclamaron las actas sobre Miraflores.

Como si el mundo no estuviese atento a la elección de Venezuela que puso en juego el futuro del país, Maduro ignoró los reclamos y asumió. Con este “backround”, los ecuatorianos no tomaron en serio el pedido del mandatario chavista. Igualmente, hay una lectura ideológica, ya que Maduro y Correa fueron aliados, y a Caracas le convenía una victoria de Luisa González. 

Una de las razones del voto anticorreísta fue que se había filtrado en un vivo de TikTok de la candidata de Revolución Ciudadana en el que mencionaba una “reforma venezolana”, lo que muchos ecuatorianos leyeron como un “reconocimiento” a Maduro como presidente electo de Venezuela, algo que la gestión Noboa no reconoció. Estos vínculos geopolíticos provocó que Luisa no sume votos, según analistas. 

Qué dicen los números: fraude o malas estrategias de campaña

Uno de los argumentos por parte del correísmo del cual se sostuvieron en reclamo del “fraude” fueron los números. Debido a que Luisa no creció ni un porciento en comparación a la primera vuelta, como si el techo del partido más popular del siglo en Ecuador fuese del 44%. La peor elección de un partido apoyado por Rafael Correa en segunda vuelta la vivió en carne y hueso Luisa González. Un partido apoyado por el líder popular moderno de la historia ecuatoriana nunca había sacado en una segunda vuelta menos del 47%. Lo que significaba un movimiento que atraía una gran mayoria del país andino, al menos eso se creía hasta el pasado domingo. 

Noboa se quedó con la batalla territorial, y eso lo explican las tres provincias claves que fueron Pichincha, en la que sacó 460.000 votos de ventaja; Azuay, donde subió 17 puntos hasta llegar al 62,36%; Ahí Luisa retrocedió -1,4&%.; En Guayas, Noboa creció 8,8%, y Luisa cayó 1%, en una provincia históricamente ganada por el correísmo; y por último, en los bastiones también dominados por el partido de Rafael Correa, Manabí y Los Ríos, Noboa avanzó 6,5% y 5,8%. 

Estos números muestran un aumentó en la base electoral de ADN. Parte de la denuncia de un fraude electoral también supuso en el argumento del correísmo de que su acuerdo con el partido indigena de Pachakutik, con quién había acordado Luisa para la segunda vuelta, no se reflejó en las urnas. En las provincias que concentraba el voto indigena apenas creció la candidata correísta, mientras que en Pichincha, que concentraba más del 20% del voto de este partido, González no creció. 

Y el voto nulo, al igual que la primera vuelta, permaneció igual en ambas rondas de los comciios. Por lo que no sirvió comoa arguemnto del fraude. En resumen, Noboa, creció en las provincias con mayor electorado y eso marcó la amplia diferencia, de más de 11 puntos, en los resultados. Su victoria se asienta así en Pichincha y Guayas, donde consiguió casi medio millón de votos, mientras que el otro medio millón lo logró a través ocho provincias más: Azuay, Manabí, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Imbabura, Loja y Los Ríos.

En cuanto a números, también hay que contar con la demografía, ya que el pasado domingo 13 de abril hubo una gran movilización del grupo de la tercera edad. Los más 65, que están exentos a votar en las elecciones en Ecuador, tuvieron una gran asistencia, y fue leído como un voto anticorrea en su mayoría.

Los cabos que quedan sueltos y llaman la atención del posible fraude son varios: en primer lugar, el informe preliminar de la OEA, la misma que reconoció a Noboa ganador, remarco que, entre las irregularidades, “se registraron inconvenientes porque la tinta utilizada para marcar las papeletas se transfirió entre las opciones políticas al doblarlas”, un hecho que se contrasta con la realidad misma, ya que el propio partido de Noboa había llamado a votar con sus propias lapiceras, pero lo que indica una floja tarea de los delegados de ADN y RC. 

Por otro lado, la fuerte presencia de las Fuerzas Armadas durante la elección, que presionaron a periodistas, delegados y votantes durante los comicios. Al corresponsal enviado por Escenario Mundial en una de las ocasiones le pidieron borrar fotos que podian comprometer a votantes. Sumado a que personal del Ejército se asomaba a ver cómo votaba el elector, y algunos sentían presión al ser revisados. De todas formas, fueron pocas las denuncias por la presencia de las fuerzas, ya que ellas debían realizar su despliegue en las elecciones, como en casi todos los países de la región.

Este viernes, salió la primera encuesta post elecciones por la consultora Trespuntozero, bajo la pregunta “¿Y si las elecciones volvieran a realizarse, por cuál de estos candidatos votaría?”: el resultado de la encuestadora indica que un 51% a Luisa González, mientras que un 45,8% a Daniel Noboa. Un resultado que se da vuelta con el que ocurrió en la realidad. El trabajo de campo se realizó entre el 14 y 16 de abril, con mil casos, y un error muestral de más del 3,1%.

En una entrevista con Teleamazonas, la presidenta del CNE, Diana Atamaint, declaró que “Cuando proclamemos los resultados también pueden hacer uso de ese recurso, pero hay que tener presente que no se habla de inconsistencias numéricas o de verificar las actas, están hablando de fraude como delito, y eso no cae en el campo electoral, sino en la justicia ordinaria”. 

“¿Puede este desequilibrio justificar poner en duda el resultado electoral?, desde mi punto de vista es un rotundo no”, dijo el jefe de la misión de observadores de la Unión Europea Gabriel Mato, a El País.

Igualmente, de lo que puede sobrevivir el correísmo en su reclamo, que hasta ahora parece escazo de argumentos, es el Código de la Democracia y su artículo 138, que contempla tres posibilidades sobre las que se pueden verificar los sufragios: cuando un acta sea rechazada por el sistema informático de escrutinio por inconsistencia númerica; cuando en el acta de escrutinio faltan las firmas del presidente o del secretario de la junta recerptorea dle voto; y, alguno de los sujetos políticos presente una copia del acta de escrutinio o de resumen de resultados firmada por el presidente o el secretario de la junta, pero la información no coincida con el acta computada.

Lo más probable es que Noboa continue su mandato y deba enfrentar sus dos principales desafíos: evitar un juicio político como le ocurrió a Lasso, y controlar la inseguridad, algo que viene fallando. El pedido de fraude recibió el respaldo menor al esperado por parte del ala correísta. La región habló, apenas tres líderes “respetados” acudieron al pedido de Luisa González, que según pasan los días, más sola queda en el marco. Los números dan para hablar de un fraude porque el partido más popular de Ecuador nunca había obtenido un 44% en una segunda vuelta, y con un acuerdo con el partido que cosechó 5% en la primera vuelta, todo indicaba que iba a ser una elección reñida, pero fueron unos comicios disparejos. Lo que esta claro, es que Ecuador ingresa a una nueva fase en su historia, y es la del rechazo al sistema político, donde ni ganar asegura gobernabilidad, ni perder significa silencio. Mientras tanto, las calles inundadas de violencia, y los ecuatorianos reclaman por un derecho tan básico como es la seguridad y la vida.

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