Ante las crecientes movilizaciones militares y ejercitaciones de China en la región, los países como Australia, Japón, Corea del Sur y Taiwán, entre otros, han comenzado hace ya unos años a reforzar sus capacidades con la incorporación de sistemas de armas. Varios son ya los ejemplos que demuestran la recién preocupación por la seguridad marítima y las amenazas en torno a reclamos de territorio en la región Asia-Pacífico.
Por un lado, Japón ha intensificado sus esfuerzos para fortalecer sus capacidades de defensa anfibia, especialmente en su archipiélago suroeste, considerado vulnerable ante posibles incursiones chinas. Las Fuerzas Terrestres de Autodefensa de Japón (JGSDF) recibirán 10 nuevas embarcaciones de desembarco antes del cierre del año fiscal 2027. Este lote incluye dos buques logísticos de 3.500 toneladas, cuatro lanchas utilitarias de 2.400 toneladas y cuatro embarcaciones más pequeñas de apoyo.
Estas unidades se integrán a un nuevo Grupo de Transporte Marítimo conjunto, cuya creación está programada para marzo de 2025, y tendrán como misión principal respaldar a la Brigada de Despliegue Rápido Anfibia, el equivalente japonés a un cuerpo de infantería de marina. Las autoridades han declarado que estas medidas son una respuesta directa al “entorno de seguridad severo” de la región.
Australia también está dando pasos firmes para reforzar su capacidad anfibia. La adquisición de 18 Lanchas de Desembarco Medianas (LCM) y ocho Pesadas (LCH) forma parte de su estratégia de defensa litoral. Se espera que las primeras embarcaciones medianas y pesadas estén operativas para finales de 2026 y 2028, respectivamente.
El gobierno australiano ha enfatizado que estas capacidades respaldarán una estrategia de “negación”, permitiendo el despliegue de fuerzas terrestres modernizadas con capacidades de ataque de largo alcance en su región de influencia. Esta modernización también subraya la cooperación entre el sector público y la industria local.
Filipinas y su enfoque en la movilidad
Filipinas ha incrementado su capacidad naval con la incorporación de dos buques de desembarco de plataforma tipo Tarlac y la construcción de dos más por parte de PT PAL en Indonesia. Estas unidades, programadas para ser entregadas en 2026, mejorarán significativamente la capacidad de transporte de tropas y equipos en su extenso archipiélago. Además, son esenciales para operaciones en el Mar de China Meridional, donde Manila enfrenta constantes tensiones con Pekín.
Taiwán refuerza su disuasión
En septiembre de 2022, Taiwán comisionó el buque de desembarco de plataforma Yushan, una unidad de 10.000 toneladas construida localmente. Aunque no puede contrarrestar una invasión a gran escala, el Yushan es clave para tareas como contramedidas contra minas, reabastecimiento de islas y apoyo logístico en operaciones anfibias. Esta incorporación destaca los esfuerzos de la isla por aumentar su capacidad de disuasión frente a una potencial amenaza china.
Perspectivas de seguridad en la región
Este panorama refleja una creciente preocupación compartida por garantizar la seguridad marítima en un entorno marcado por tensiones territoriales y competencia estratégica. A medida que la región avanza hacia una mayor militarización, el equilibrio de poder en Asia-Pacífico se perfila como un factor determinante en los próximos años, con implicaciones directas para la estabilidad global.
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